De los 500 Lexus LFA que fueron fabricados allá por 2012, éste es el único acabado en un color denominado Brown Stone, que presenta un brillo único en la carrocería de este deportivo. A ese trabajo en pintura se suma el juego de llantas original de 20 pulgadas, tras las que se esconde un poderoso equipo de frenos con discos carbocerámicos y pinzas acabadas en color rojo. Es la unidad 225 de las 500 fabricadas El interior luce un esquema semejante a su particular carrocería, porque tanto sus asientos, como el sapicadero, la consola central, las puertas e incluso el volante lucen un suave cuero de color marrón, que contrasta con la gran cantidad de piezas fabricadas en aluminio o fibra de carbono. Sin olvidar de que una placa en su interior confirma que estamos ante la unidad número 225 de las 500 que fueron fabricadas. En su día su propietario pagó 394.400 dólares por esta joya única, cantidad que podemos traducir en algo así como en unos 333.275 euros al cambio actual. Durante todo este tiempo ha vivido a capricho y su impresionante corazón 4.8 V10 atmosférico, que fue desarrollado en colaboración con Yamaha y que proporciona 560 CV de potencia a 8.700 rpm, apenas ha recorrido 507 millas, que son como unos 816 kilómetros. Eso hace que ahora el exclusivo concesionario Marshall Goldman en Cleveland esté pidiendo una cifra superior a la original. No se ha dado a conocer, pero suenan rumores de una cantidad que ronda los 500.000 dólares. Como unos 422.500 euros.
Estéticamente jamás me gustó ni me entró por los ojos, pero hay que reconocer que sólo por el V10 que lleva, y cómo suena......... bien merece la pena, no llega al nivel de sonido del Porsche Gt, pero se le acerca algo