Cuando Fiat decidió que sería una versión descapotable del 124 el que relanzaría a la marca Abarth, recientemente adquirida, jamás se llegó a plantear que este modelo terminara por convertirse en una máquina de competición de lo más efectiva, el Fiat 124 Abarth Spider Rally. A principios de los 70 algunos poseedores de unidades 1600 del 124 Spider inscribieron sus coches en ciertas pruebas logrando cierto éxito. Para ello se unía físicamente el capó de plástico a la carrocería para que quedaran solidarios y poder entrar a competir. Su corta distancia entre ejes hacía de este un coche nervioso pero muy incisivo en los tramos virados, los más utilizados para marcar tramos de rallys, y abría la puerta a ser competitivo puesto en manos hábiles. Visto el potencial del coche, Fiat mandó a Abarth que construyera una versión para poder inscribir en el mundial de rallys, un modelo prototipo que debería estar a tiempo para ser presentado en el Salón de Ginebra de 1972. El 124 Abarth Spider se postuló así como el primero de los coches de rallys que Fiat desarrollaría en vistas a conseguir el campeonato del mundo de rallys para marca. Y para ello debería enfrentarse a rivales de gran talla, como los Renault Alpine. A partir de la presentación en Ginebra, Abarth se puso a trabajar para conseguir la cifra de 400 coches como mínimo que debía servir para homologar al 124 Spider en el Grupo 4 de rallys, el de Gran Turismo Especial. Y es que los cambios efectuados en el coche de rallys eran demasiado pronunciados como para que la producción de calle sirviera de homologación. Al fin y al cabo todo el esquema de suspensión trasero, sin ir más lejos, era totalmente distinto. Se aprovechó la producción de esta serie especial para reducir el peso final del conjunto eliminando elementos superfluos en el coche de calle, dejando un vehículo espartano, claramente deportivo y con un peso final de 938 Kg. El problema fue que la homologación se encaró tanto hacia el Grupo 4, facilitando a los particulares que lo quisieran la adaptación relativamente fácil a esta categoría, que el inesperado éxito del coche hizo posible a partir de 1974 su homologación en el Grupo 3, Gran Turismo de Serie, pero con ciertas partes que no se podían tocar, pues el reglamento lo impedía. A lo largo de 1973 se presentó un paquete de mejoras basadas en las del 124 Spider de rallys que aumentaban el rendimiento del coche de calle llevando la potencia desde los 128 Cv hasta casi 170. Se construyeron un total de 1013 unidades del Fiat 124 Abarth Spider para carretera, de los cuales algunos llegaron a participar en pruebas de rallys, aunque su producción se vio truncada por la crisis del petroleo de 1972 y sus limitaciones de consumo, haciendo de este deportivo una pieza de coleccionista casi imposible de encontrar y alzándolo a la categoría de coche de culto. MOTOR Y TRANSMISION Basado en el popular Fiat 124 Spider 1600, el modelo Abarth se convirtió rápidamente en objeto de deseo al sublimar las prestaciones del atractivo descapotable. Para ello el preparador italiano aprovechó una mecánica mayor dejando atrás el techo impuesto por los motores de 1608 c.c., el propulsor que equipaban los Fiat 132, de 1756 c.c. Este montaba doble árbol de levas en cabeza y fue equipado con dobles carburadores Weber IDF44 de 36 mm por Abarth. La preparación de la mecánica pasó también por el escape, en el que se montó un nuevo sistema tubular 4-2-1, por los árboles de levas, más cruzados, y por el interior del motor, al que se le montaron pistones especiales para aguantar una mayor relación de compresión. Las mecánicas de rallys tuvieron diversas variantes posteriormente, añadiendo un sistema de inyección mecánica e incluso una culata de 16 válvulas, y es por ello que el 124 Spider de carreras daba un abanico de potencias entre los 200 y los 235 Cv según disposición mecánica. Se conservó el cambio, manual de 5 velocidades que montaban los Fiat 132 y 124 1'8 de calle, conservando el mismo escalonamiento, y el diferencial, cuya relación de 4'3 a 1 era la misma que montaban los coches de calle de la marca equipados con 5 marchas. BASTIDOR Se aprovechó la base del 124 conservando el chasis de calle pero se trabajó para modificar la suspensión trasera intentando aportar mayor manejabilidad. Por ello el eje trasero del 124 Spider de rallys difería totalmente del eje que disponían los coches de calle. Se trataba de un esquema independiente con puntales McPherson y engranajes apoyado por una barra de torsión. También el eje delantero recibía una barra antivuelco que ayudaba a la direccionalidad. Las ruedas ganaron en anchura y disminuyeron su perfil en pos de un mayor agarre y menor deriva, pasando a ser unas 185/70 montadas sobre llantas Abarth CD30 de aleación, lo que provocó la incorporación de aletines en los pasos de rueda que comportaron un ensanchamiento de la carrocería. Se conservó el sistema de dirección que montaban todos los 124 de calle, cuya desmultiplicación de 16'4 a 1 conseguía un buen compromiso entre dureza y rapidez, pero en este coche particularmente, debido a la mayor anchura de los neumáticos, era bastante más dura. Para conseguir reducir la cifra de peso se sustituyeron algunos de los paneles de la carrocería original por otros de fibra de vidrio, como el capó delantero, además de incorporar el techo duro obligatoriamente para poder ser homologado tal y como manda el reglamento de rallys construido en fibra de vidrio y con la luneta trasera en plexiglas cuyo mayor problema era la facilidad con la que se empañaba, impidiendo ver lo que pasaba detrás, aunque en un rally, ¿quien va a usar los retrovisores?. Las puertas pasaron a ser de aluminio y se le despojó de los parachoques delantero y trasero y en el frontal se añadieron en ocasiones hasta cuatro faros de larga distancia, dos de ellos integrados en la misma punta del capó dándole un aspecto algo extraño. En el interior se prescindió de elementos como los tapizados de puertas o alfombrillas y se montaron asientos Recaro para acoger a los pilotos y la obligatoria jaula de seguridad. COMPETICION El Fiat 124 Abarth Spider debutó con mal pie en el Rally de Portugal de 1972, pues una bomba de gasolina defectuosa dio al traste con la primera participación de este coche pilotado entonces por Alcide Paganelli, inscrito en el mundial como Gr.5 por no haber sido homologado aún en el Grupo 4. Fiat llegó a alinear hasta 7 unidades en algún rally para conseguir luchar con los Alpine, consiguiendo finalmente tras una lucha atroz con los Renault Alpine alzarse con el campeonato de Europa de rallys de 1972 y algunos subcampeonatos posteriores, pero no fue posible conquistar el mundial por la presencia de los Lancia Stratos y por cierta fragilidad mecánica
