A pesar de hacer un esfuerzo, estoy muy contento por haberme quedado con los dos bichillos, el 520 y el cabrio. Los puse a la venta pero me arrepentí, eché cuentas y al final se quedan con papito. Ahora los estoy disfrutando y,..., la diferencia es abismal de uno a otro, la sensación de conducirlos, todo. El 325 es la potencia en persona, el ruido del avión despegando, la sensación de un deportivo. Y el 520 es otra cosa, la relajación. En fin, que no os vais a deshacer de mi en una larga temporadita. Saludos a todos.