Aquellos maravillosos años: las trail para adolescentes En los años 80 se produjo la explosión del fenómeno trail. Comercialmente se inició con la Yamaha XT500 de 1976, pero el verdadero tirón vino de una prueba deportiva: el París-Dakar. La aventura está presente en la historia y la literatura desde siempre. El viaje siempre estará presente (salvo otro tipo de aventuras) de una manera u otra. En siglos pasados, el hecho de subir a un barco ya era una aventura, pero a finales del siglo XX todo está descubierto, todo es conocido. En 1977 Thierry Sabine inventa una prueba deportiva que combina velocidad y resistencia.Desde París, la cómoda civilización europea, a través de paisajes recónditos e ignotos para los medios y público en general, hasta Dakar, capital de Senegal y, antaño, puerto africano de abastecimiento camino de las Indias. Ha nacido el París-Dakar. Es el final de siglo y el viaje vuelve a ser la aventura. Un vehículo autónomo, veloz y resistente, capaz de llegar a los lugares más remotos. Parece la carta a los Reyes Magos de un publicista. La sola imagen en televisión y prensa de las motos cubiertas de polvo, con mostrencos de 1,90 sedientos y exhaustos, fue la chispa del nacimiento de un segmento, el de las motos trail, que ahora se ha convertido en otra opción más para viajar por carretera y goza de plena salud. Cómo no, los modelos de motos destinadas a los adolescentes no podían abstraerse de un tirón semejante. Tanto en ciclomotores como en 80 cc (en los años 80 y 90 se podían llevar desde los 16 años) surgieron multitud de modelos de la industria nacional y extranjera a imagen y semejanza de las grandes trail africanas. La publicidad de la época es un reflejo de lo que se estaba vendiendo, aventura e independencia. Los modelos más avanzados estéticamente generalmente venían de Italia y estaban lejos del alcance de la mayoría de los bolsillos. Esa época coincidió con la incorporación de España a la CEE y la apertura a los fabricantes extranjeros. Las marcas japonesas encontraron en España calidad de manufactura y precios contenidos (entonces) y se instalaron asociándose con fabricantes españoles. Suzuki se afincó en Asturias, en la factoría de Puch. De ahí surgieron dos modelos míticos, la Puch Cóndor, con estética de motocross en sus primeras versiones y que tornó a dakariana en su última versión. Suzuki lo tenía mucho más fácil, pues tenía en el mercado la icónica Suzuki DR Big 750, el monocilíndrico mas grande del mercado cuyo “perolo” creció más tarde hasta los 800cc. y que se veía con asiduidad en la salida de París. El pico de pato era su otra característica distintiva, hoy en día presente en multitud de modelos trail, si bien se usó por primera vez en la Suzuki Katana, otro modelo icónico de carretera. En Barcelona, Honda se había asociado con Montesa, y construiría primero la Honda MTX 75 y más tarde la Honda CRM 75, si bien ambas con vocación más endurera y con intención de disputar las ventas a la Yamaha DT 80 LC. Derbi adaptaba sus chasis y motores y sacaba modelos como la Derbi FD y la Derbi FDS, estéticamente menos agraciadas y también más cerca del enduro, pero con unos precios muy competitivos que se traducían en ventas. Rieju se apuntó a la refrigeración líquida en la célebre Rieju MR80, objeto de deseo entonces y ahora. Con cualquiera de ellas podías llegar donde quisieras. Por aquel entonces no había limitación en cuanto a rodar en moto por el campo y las excursiones con la panda de amigos son ahora recordadas como míticas. Su aspecto de moto gorda servía para otro aspecto muy importante: fardar de moto. Hacerlo a la puerta del colegio o del instituto siempre fue un extra point en el proceloso mundo del ligar, aunque solo servía de rompehielos. El valor y el pico de oro eran necesarios para rematar faena. En la actualidad apenas quedan unidades en buen estado de aquellas motos. La legislación las dio la espalda y hoy no tiene sentido fabricarlas; los motores de 2 tiempos, aunque baratos, potentes y ligeros, no cumplen la estricta normativa actual de emisiones de gases. En muchos casos fue la primera moto de sus dueños, y la mayoría la vendieron o cambiaron como parte del precio para la siguiente moto, pero su carácter iniciático las convierte en inolvidables y aun perduran en la memoria, último testigo de nuestras aventuras de juventud. 10 motos de la adolescencia Hay motos y ciclomotores que marcaron tu juventud. Aquí recopilamos diez modelos que han sido icónicos para algunas generaciones. Para los que hemos nacido en los 70, 80 y primeros de los 90, en nuestros 'años mozos' soñábamos con subirnos por primera vez a una moto (hoy sueñan más con tener el mejor smartphone del mercado). Algunos heredábamos la de nuestro hermano mayor y otros se esforzaban en sacar buenas notas para que su padre les comprara ese ciclomotor de 50 cc con el que tanto había soñado durante todo el curso. Muchos suertudos podían compartir esta pasión con sus amigos y los pequeños pueblos castellanos y playeros se llenaban de ruidosos jóvenes veraneantes que empezaban a circular por las calles y las carreteras con esos pequeños vehículos. Por supuesto, pocos se podían resistir a 'trucarla', desmontándola y volviendo a montarla decenas de veces para ajustar el nuevo cilindro, carburador o tubo de escape o intentar averiguar dónde narices estaba la avería. A continuación, vamos a recordar algunas motos y ciclomotores que han marcado nuestra adolescencia: Vespino Sin duda, el Vespino es uno de los ciclomotores que han marcado una época en España. Se fabricaba en Madrid desde 1968 a través de la empresa Moto Vespa (participada por Piaggio y con ayuda estatal). Su simplicidad y ligereza marcaron el carácter de este novedoso modelo con depósito bajo el reposapiés que fue deseado por todos los adolescentes como primera moto, aunque su uso se extendió a todos los rangos de edad hasta finales de los noventa con diferentes versiones y actualizaciones. Derbi Variant Con una historia similiar y coetánea al Vespino (de hecho eran rivales), Derbi apostó a finales de los setenta con un ciclomotor con interesantes innovaciones como el primer arranque eléctrico Spacetronic, el ya famoso botón rojo. Su dinámica y componentes eran ligermanete mejores que los del Vespino y tenían un legado evidente de la marca española "Derbi, campeona del mundo". Su punto máximo de popularidad se lo ganó con las versiones Sport y Start. Hoy en día, el Grupo Piaggio, dueña de Derbi, ha recuperado el nombre de Variant para un scooter, lo que para muchos es un sacrilegio... Yamaha Jog El concepto scooter, más allá de la Vespa, no terminaba de calar en los jóvenes, pero la llegada del Yamaha Jog fue clave para la explosión del segmento en nuestro país. Fabricado desde los años ochenta, las pequeñas dimensiones del Jog lo hacían perfecto para moverse por las grandes ciudades, pero también muy accesible y manejable para cualquier chaval todavía no muy crecidito. No era un scooter muy rápido, pero fue base de infinidad de preparaciones que lo convertían en un verdadero misil. Rieju Drac Rieju era otra de las marcas españolas con solera y que habían resistido a la debacle de los ochenta. A principios de la siguiente década nace la Rieju Drac, un ciclomotor todoterreno que compartió época con su hermana RR 50 (ésta más estilizada y con horquilla invertida). Se convirtió en un modelo reconocible, deseado y para muchos la primera moto de campo. La Rieju Drac fue una magnífica base para 'trucar' y mejorar sus prestaciones experimentando con infinidad de componentes. Suzuki DR Big 50 'Pico-Pato' Si alguien te dice que tuvo una 'Pico Pato', sabes que disfrutó. Suzuki lanzó en 1989 la DR Big 50, un modelo basado en modelos superiores muy reconocible por su frontal en pico, muy discutido estéticamente por algunos, pero sin duda, muy característico y original. Fabricado en la extinta planta de Gijón, contaba con componentes de calidad y un rendimiento perfecto para iniciarse en el offroad de verdad. Yamaha Aerox Fueron unos años donde los scooter deportivos de 50 fue una gama muy popular: Gilera Runner, Peugeot Speedfight, Aprilia SR, Piaggio NRG... Seguramente el modelo más icónico entre ellos fue el Yamaha Aerox con un estudiado y atractivo diseño que aún perdura en los modelos actuales. Sus innovadoras motorizaciones, sus avanzados componentes y, sobre todo, sus modernas estéticas hicieron que esta saga de modelos fueran objeto de deseo de todos los adolescentes de finales de los noventa. Honda NSR / Yamaha TZR /Aprilia RS Eran palabras mayores. Motos como la NSR, la TZR y, más tarde, las RS, eran motos deportivas de marchas y disponibles en diferentes cilindradas (desde 50, pasando por 75, 80 y 125). Era un paso adelante en las aspiraciones racing del joven que se subía a estas pequeñas y agresivas motos de iniciación en conducción deportiva. Honda Hurricane MBX 75 La Honda Hurricane MBX 75 llegó a mediados de los ochenta como un 'huracán'. El campeón del mundo Freddie Spencer aparecía en sus anuncios, por lo que los chavales de la época babeaban al hablar de ella como lo más cercano a imitar al ídolo americano. Era una moto con soluciones técnicas muy avanzadas para su cilindrada y muy cara, pero aun así, tuvo un gran éxito de ventas. Honda CRM Derivada de la MTX, que era una derivada trail de la MBX, a finales de los ochenta llegó la Honda CRM con diferentes cilindradas aunque quizá la más juvenil y popular fue la de 75/80 cc. En el motocross las bestiales Honda CR estaban dominando y los jóvenes querían emular a los ídolos del motocross y el supercross. Las CRM se convirtieron en una buena forma de empezar en el campo. Puch Cobra Las Cobra fueron uno de los modelos más populares de Puch y se convirtieron en una de las motos de 75 cc mejor valoradas y mejor vendidas de la época. Las versiones MC 75, TT y MC 82 estaban por todos los rincones de España e incluso tuvieron adaptaciones a modelos de carretera.
No tuve ninguna porque no me dejaban, pero no sería porque no tuviera ganas, soñaba con muchas de las que has puesto.............. Que recuerdos de niñez...........
De esas, tuve la DT80, pero en versión Liquid cooled. Luego la "Urraca" (Honda MBX75 Hurricane) era el objetivo pero mis padres optaron por subvencionarme una Vespa... Al principio, muy decepcionado, luego supe apreciarla... y lo que aguantó Acabó trucada hasta las trancas....
Un colega mío cambió su Cota 49 por una DT80 y menudas aventuras pasamos con ella, yo de paquete claro, pero alguna vez pude trastear con ella, fue mi desvirgamiento con una moto con marchas. Luego me compré mi XT350 con la que disfruté 2 años hasta que, por culpa del taller donde la llevaba que atornilló mal el tornillo de vaciado del aceite haciendo que perdiera casi toda, me gripó. La rectifiqué pero acabé vendiéndola. Desde esa he tocado alguna más prestada, una XT600, una Bandit 400, una CBR600F, una Zephir 750 o una Dominator pero me quedé con las ganas de volver a tener una moto.
Yo soy de la época de la Derbi Diablo de 50 que le compró mi padre a mi hermano con 16 años, moto que conducía yo también a mis 14 con el carnet de mi hermano (A-1). En aquellos tiempos mi sueño era la Puch Cobra. Luego mi hermano con 18 se compró la Ossa Phantom de 250, un tiro que llevaba yo también con su carnet. No quiero ni pensar si se llega a enterar Pere de que era un impostor encima de las motos hasta que cumplí los 18...
Yo lo hacía también con la cota 247 a pesar de tener ciclomotores, Vespino, Derbi GT 4v y Derbi FDS, pero la Montesa siempre estuvo en casa, e incluso alguna temporada alguna Montesa enduro. Delincuentes juveniles
Muchas ya se me olvidan, pero de mis tiempos así que recuerde entre otras muchas para jovenzuelos: Gillera GP50 Aprilia Area 51 Derbi Senda Dichas ya en ese reportaje que también se me caía la baba al verlas, Aprilia Racing RS 50 y la Yamaha TZR 50. Nunca me dejaron tener moto, hoy tengo una Yamaha DT 125RE, que la tengo toda emputecida de hacer el cabra por el campo, eso sí, dura como carne de perro.
No me peguéis pero hubo una moto allá por 1994 que todos los “casi” adolescentes queríamos... la Typhoon de 49 cc (no teníamos carnet de moto si quiera y entonces “molaba”). Sin marchas sin ser nada más que dos ruedas pero se veían muchas (amarillas) y con la Yamaha jog eran de lo más tentadoras. Yo tuve una amiga con una Drac y era el más feliz cuando me dejaba llevarla. Que mayor estoy
Yo tuve la cota 123 con la cual me "desvigué" con marchas...y empecé y acabé con las ñapas mecánicas....
Anda que no se ve dieron dr big en mi zona .. la blanca y azul .. Lo que no se es que pinta ahì una 500 pej ..
Aquellos maravillosos años: ¿Vespino o Derbi Variant? Hasta los años 80, en España la oferta de motocicletas era escasa debido al proteccionismo estéril que imperaba, pero en las cilindradas menores, y concretamente en los ciclomotores, no nos podíamos quejar. La inmensa mayoría de los motoristas comenzamos nuestra relación con las dos ruedas en la adolescencia, y casi todos con un ciclomotor de 2T. Algunos lo heredaron de sus hermanos mayores, a otros les fue regalado tras un buen curso escolar, y no pocos lo tuvieron a escondidas de sus padres después de haber ahorrado secretamente. Muchos eran los modelos de las diferentes marcas, pero dos de ellos sobresalieron sobre el resto: el Vespino en Madrid y la Derbi Variant (una Derbi siempre lleva artículo femenino) en Barcelona. Se vendían por miríadas, pero curiosamente pocas Derbi Variant se veían por Madrid, y menos Vespinos aun en Barcelona. El éxito de ambos modelos fue tal que pasaron a formar parte de la idiosincrasia urbana de ambas ciudades. Raro era, fuese Vespino o Variant, que mantuviese su configuración de serie. Según salían de la tienda se retiraban los pedales (nunca se vio a nadie pedaleando en un ciclomotor). Escape, chiclé y variador eran los cambios mínimos para mejorar las prestaciones. Los más osados también cambiaban carburador y cilindro (subidos a 74cc) con el objeto de tener el ciclomotor más veloz de su pandilla. Si tienes uno al fondo de tu garaje y te planteas ponerlo en funcionamiento, es importante saber que para ello es necesario matricular el ciclomotor, y no en todos los casos será posible. Vespino Se fabricó en Madrid desde 1968 en la fábrica de Moto Vespa, fundada por Enrico Piaggio, en las instalaciones de la calle Julián Camarillo, hoy Centro Cultural José Luis López Vázquez. Su diseño es completamente español, a cargo del salmantino Vicente Carranza, y no cambió en lo sustancial a lo largo de su producción. Constaba de un monocilíndrico de 2 tiempos de 49,77 centímetros cúbicos. Al principio la admisión era por válvula rotativa (después por láminas) y el cigüeñal actuaba como leva. Dentro del cárter estaba la transmisión automática por correa y variador centrífugo y la cadena de arrastre de los pedales. Hasta su desaparición en 1999, contó con innumerables versiones, la primera de ellas, la denominada L (1968), de Lujo (reminiscencia cañí). Disponía de faro redondo y llantas de radios de 18 pulgadas. Por supuesto, su versión mejorada no podía ser otra que la GL (1973), de Gran Lujo, con faro rectangular. Hubo otras versiones que no eran una evolución, sino una simplificación del modelo, como la Vale, con lo mínimamente imprescindible, pero más moderna: las llantas habían pasado a ser de aleación ligera y de 17 pulgadas. La SC (1980), de Súper Confort, también tenía el faro rectangular, y es la última "versión metálica", referida al material de la carrocería, porque la siguiente, si bien más moderna AL (1985), de Admisión por Láminas, contaba con carrocería de plástico y volvía al faro redondo original. La ALX era una AL con intermitentes, y la XE (1988) una ALX con arranque eléctrico y llantas de 7 palos (8 en la AL y ALX). Eran finales de los 80, y los ciclomotores de rueda alta estaban en su apogeo. A partir de aquí, los pujantes scooter empezaron a comerle el terreno. Las siguientes versiones no fueron sino cambios en la decoración y adhesivos que evidenciaban la decadencia del modelo: al NL (1990), de New Look, le siguió el F9 (1992), que se desdobló también en el Fast Rider, con freno de disco. El Velofax (1995) y el F18 (1999) fueron las últimas versiones, y apenas se vendieron. Es por esa razón que son los más buscados por los coleccionistas. Su historia termina con la última unidad, entregada para reparto comercial de Telepizza. Derbi Variant Derbi llegó tarde al mercado de los ciclomotores de rueda alta. O más bien, tardó en hacerse hueco, porque en los años 60 y 70 fabricaron ciclomotores automáticos, concretamente el Derbimatic y el Scotmatic, pero no funcionaron en el mercado de entonces, copado por las Mobylette de GAC (Gárate, Anitúa y Cía), también en el ámbito rural, y las Vespino de Motovespa en las urbes. Eso le da a Derbi la oportunidad de analizar el mercado y diseñar un producto que desde el principio tuvo la impronta de calidad de fabricación. Si la Derbi Variant fue presentada en 1977, ya en 1978 había una versión denominada TT que montaba ruedas de tacos y suspensiones más largas. Derbi quería (y consiguió) gran parte de la cuota de mercado de sus competidores con una gama de versiones muy amplia. Además contaban con la impronta de ser una marca española campeona del mundo varias ceces, y nada menos que con Ángel Nieto. En 1980 (hace 40 años) fueron pioneros en instalar el arraque eléctrico en un ciclomotor en la versión llamada "Botón Rojo". Nunca funcionó como se esperaba, pero ahí estaban los pedales, o empujar, para arrancarla. Las siguientes versiones fueron la Variant América (1981), Variant Start (1984, con cesta de transporte), Variant Sport (1986) y culmina con la Variant Sport R de 1992, auténtica máquina de carreras con refuerzo central y unicornio para coleccionistas. Derbi pertenece ahora al Grupo Piaggio.
Yo tuve una Derbi FDS Savannah allá por el 93, y luego estuvo esperándome en el garaje una CRM 75 pero por “buen” comportamiento no me dejaron sacarme el carnet para poder conducirla.
La mía fue exactamente ésta, me costó nueva 16000 pts. tendia 2,2 cv y, salvo en bajada, a duras penas pasaba de 50 km/h. La mantuve los 3 años que la tuve, en ese estado:
Como esa es la que empecé a conducir con 8 años para ir de recadero en las vacaciones del 83. Tenía que tirarme en modo bici y meter el modo moto para arrancarla, jeje
Cagonros hubiera matado por una fds o una drac Como no me llegaban los cuartos me tuve que conformar con la vespino Eso si cuando la truqué partía la pana en El Barrio
un vespino f9 tenia yo con un 65 gilardoni y un tavi inox luego me pille una peugeot spitfire refrigerada por agua