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Prueba de los 100.000 km al Audi RS 4 Avant: una fantasía vestida de azul
Nunca hemos tenido un coche como este en el test de 100.000 km. Pero tras un par de años de uso intensivo, el Audi RS 4 Avant se despide de todos con un rendimiento impecable y sin darnos ni un solo problema
litros y 450 CV ayuda a desenvolverse al RS 4 en el día a día de una manera casi provocativamente relajada y con gran placer.
Y eso que es capaz de ponerse a 100 km/h desde parado en unos cuatro segundos y en la Autobahn se coloca en los 280 km/h sin despeinarse demasiado y siempre confiado gracias a sus 600 Nm de par máximo.
La combinación de un motor potente, la siempre deseable tracción en las cuatro ruedas y una transmisión automática de ocho velocidades no dejó a nadie indiferente, desde los probadores acostumbrados a estos modelos hasta los compañeros de otros departamentos que no suelen conducir este tipo de vehículos.
Las paradas para repostar en las gasolineras sí que pueden provocar algún que otro sofoco, porque al final es un motor grande que necesita ser alimentado a menudo. Incluso el promedio a lo largo de los 100.000 km ha sido elevado: 12,2 l/100 km dejan claro que el gran rendimiento del RS 4 no sale barato.
En tramos en los que podíamos correr, acelerar sin piedad y alcanzar la velocidad máxima llegamos a marcar medias de 20 litros (¡de gasolina de 98 octanos!). Eso también conlleva una autonomía escasa, pues hubo sesiones de prueba donde apenas se superaban los 250 kilómetros antes de que el depósito de 58 litros mandara la señal de activar el piloto de la reserva.
Por otro lado, nadie esperaba con ganas la aparición de los números 1-0-0-0-0-0 en el velocímetro. Todo lo contrario: a medida que se acercaba la fecha final, la redacción empezaba a vestirse de luto.
En la última sesión de mediciones nos sorprendió una distancia de frenado de casi 40 metros de 100 a 0 km/h, casi cinco metros más que al inicio de la prueba. ¿Había algún problema con los discos cerámicos de 6.000 euros? No, mucho más fácil: los neumáticos estaban bastante desgastados: el avisador de la goma ya era visible de un simple vistazo.
Nos encontramos unos pequeños problemas técnicos
En Ingolstadt, el RS 4 impresionó con un rendimiento casi impecable. El desmontaje reveló algunos problemas cosméticos, un raíl deslizante desgastado y un anillo del cigüeñal que estaba empezando a permitir una ligera fuga, pero no había motivo de preocupación. Esto fue lo más destacado:
Nuestra opinión
Los 100.000 km se han pasado muy rápido... en todos los sentidos. Por un lado, porque el potente y práctico RS 4 Avant nunca te aburre. Por otro lado, porque era una maravilla arrancarlo y escuchar su sonido. Y, además, no nos dio ningún tipo de problema, obteniendo así una nota final de 9,5.
Prueba de los 100.000 km al Audi RS 4 Avant: una fantasía vestida de azul

Nunca hemos tenido un coche como este en el test de 100.000 km. Pero tras un par de años de uso intensivo, el Audi RS 4 Avant se despide de todos con un rendimiento impecable y sin darnos ni un solo problema
litros y 450 CV ayuda a desenvolverse al RS 4 en el día a día de una manera casi provocativamente relajada y con gran placer.
Y eso que es capaz de ponerse a 100 km/h desde parado en unos cuatro segundos y en la Autobahn se coloca en los 280 km/h sin despeinarse demasiado y siempre confiado gracias a sus 600 Nm de par máximo.
La combinación de un motor potente, la siempre deseable tracción en las cuatro ruedas y una transmisión automática de ocho velocidades no dejó a nadie indiferente, desde los probadores acostumbrados a estos modelos hasta los compañeros de otros departamentos que no suelen conducir este tipo de vehículos.
Las paradas para repostar en las gasolineras sí que pueden provocar algún que otro sofoco, porque al final es un motor grande que necesita ser alimentado a menudo. Incluso el promedio a lo largo de los 100.000 km ha sido elevado: 12,2 l/100 km dejan claro que el gran rendimiento del RS 4 no sale barato.
En tramos en los que podíamos correr, acelerar sin piedad y alcanzar la velocidad máxima llegamos a marcar medias de 20 litros (¡de gasolina de 98 octanos!). Eso también conlleva una autonomía escasa, pues hubo sesiones de prueba donde apenas se superaban los 250 kilómetros antes de que el depósito de 58 litros mandara la señal de activar el piloto de la reserva.
Por otro lado, nadie esperaba con ganas la aparición de los números 1-0-0-0-0-0 en el velocímetro. Todo lo contrario: a medida que se acercaba la fecha final, la redacción empezaba a vestirse de luto.
En la última sesión de mediciones nos sorprendió una distancia de frenado de casi 40 metros de 100 a 0 km/h, casi cinco metros más que al inicio de la prueba. ¿Había algún problema con los discos cerámicos de 6.000 euros? No, mucho más fácil: los neumáticos estaban bastante desgastados: el avisador de la goma ya era visible de un simple vistazo.
Nos encontramos unos pequeños problemas técnicos
En Ingolstadt, el RS 4 impresionó con un rendimiento casi impecable. El desmontaje reveló algunos problemas cosméticos, un raíl deslizante desgastado y un anillo del cigüeñal que estaba empezando a permitir una ligera fuga, pero no había motivo de preocupación. Esto fue lo más destacado:
- Protección contra la corrosión: en cuerpo, ejes y cavidades es muy bueno. En cuatro tornillos del revestimiento de los bajos había algo de corrosión incipiente.
- El motor: el endoscopio muestra pistones y cilindros sin desgaste. Todos los cojinetes principales y las bielas dejan claro que el cigüeñal sigue en perfecto estado.
- El habitáculo ha aguantado. Temíamos por las inserciones de carbono, pero se mantienen como el primer día. Otras superficies han empezado a mostrar el brillo típico del paso del tiempo...
- La culata nos recibe con una leves marcas de descomposición, con finas grietas en los asientos de las válvulas. Pero son síntomas que aún no deben llevar a nadie a preocuparse.
- La transmisión muestra ya los puntos de contacto de los discos de fricción . Pero no es nada que deba impresionar a nadie: el comportamiento ha sido impecable en todo momento.
- Los asientos muestran unos pequeños pliegues en los laterales. Pero el cuero se mantiene bien y todos los asientos conservan sus propiedades, a pesar del uso al que se les ha sometido.
Nuestra opinión
Los 100.000 km se han pasado muy rápido... en todos los sentidos. Por un lado, porque el potente y práctico RS 4 Avant nunca te aburre. Por otro lado, porque era una maravilla arrancarlo y escuchar su sonido. Y, además, no nos dio ningún tipo de problema, obteniendo así una nota final de 9,5.