450cvs 6.750 centímetros cúbicos V8 270kms/h de velocidad punta 0/100 en 5.5 segundos Woolf Barnato, heredero de una inmensa fortuna de las minas de diamantes Kimberley, fue el arquetipo de “Chico Bentley”. Un deportista consumado, entusiasta del buen vivir y anfitrión generoso, llegó a ser el presidente de Bentley Motors en 1926 cuando la empresa original de W.O. Bentley luchaba para conseguir capital. El mismo Bentley consideraba a Barnato el mejor conductor de todo el equipo, y el historial de éste con el cien por cien de victorias en las pruebas que compitió en Le Mans, tres victorias en tres salidas, confirma lo certero del juicio de W.O. Woolf Barnato estaba en una cena a bordo de un yate cerca de Cannes en marzo de 1930 cuando surgió el tema de correr contra el famoso Train Bleu. Un invitado cuestionaba la posibilidad de ganar al tren por carretera desde St. Raphael a Calai. Barnato apostó 200 libras a que al volante de su Speed Six, no sólo podría llegar a Calais antes del tren, sino que estaría en su club de Londres antes de que el tren llegara a su destino francés. Se aceptó la apuesta y, al día siguiente, a las 5:45 de la tarde, cuando Le Train Bleu salía de la estación de tren de Cannes, Barnato y su compañero, el golfista amateur Dale Bourne, partieron en el Bentley Speed Six de Barnato. A lo largo de las 185 millas entre Cannes y Lyon, los dos hombres se encontraron con una fuerte lluvia que les retrasó. Alrededor de las 4 de la madrugada, cerca de Auxerre, entre Lyon y París, el equipo perdió tiempo mientras buscaba el lugar en donde habían quedado previamente para repostar. A pesar de este contratiempo, una espesa niebla cerca de París y una ponchadura que les obligó a usar su única rueda de repuesto, Barnato y su compañero llegaron al final a Calais a las 10:30 de la mañana, una distancia de más de 570 millas, habiendo mantenido una velocidad media de 43.43 mph, una hazaña que no era poca cosa en las carreteras polvorientas y llenas de baches de aquel entonces. Después de cruzar el Canal de la Mancha en un vapor de mercancías y pisando fuerte a lo largo de casi 700 millas, eran las 3:20 de la tarde cuando Woolf Barnato aparcó su Speed Six delante del Club Conservative en la calle St. James de Londres Le Train Bleu llegó a la estación de Calais tan sólo cuatro minutos más tarde. Barnato había ganado la apuesta, aunque la Asociación Francesa de Fabricantes de Automóviles intentó multar a Bentley Motors por el equivalente a 160 libras por correr en caminos públicos; ¡Barnato respondió que había corrido como un individuo privado y no como el Presidente de Bentley! En todo caso, esta historia tiene un epílogo fascinante. Durante muchos años, se pensaba que el Bentley Speed Six en el que Woolf Barnato venció a Le Train Bleu era un cupé de dos puertas con carrocería de los carroceros Gurney Nutting. Es cierto que el presidente de Bentley era propietario de tal coche; y fue el cupé de Gurney Nutting el que el artista contemporáneo, Terence Cuneo, pintó en su excelente cuadro sobre el duelo. Sin embargo, recientemente, Bruce McCaw, el propietario actual del Speed Six de Gurney Nutting de Barnato encontró evidencias de que este Bentley en particular no se había terminado hasta después de la fecha del desafío, que tuvo lugar en marzo de 1930. Parece ser que Barnato, que tenía una flota de coches Bentley, probablemente corrió contra Le Train Bleu en su Speed Six de cuatro puertas con carrocería Mulliner, no con el coupé. En un gesto loable, McCaw, que vive en Seattle, siguió la pista del chasis y motor que habían pertenecido al coche con carrocería Mulliner, y también encontró la carrocería, aunque sobre un chasis Bentley diferente. Reunió el chasis con la carrocería original y exhibió el Speed Six de Mulliner restaurado al lado de su Speed Six de Gurney Nutting en el Concours d’Elegance de Pebble Beach en agosto de 2003.