Hace unos meses BMW presentó la nueva Serie 4, una nueva gama que nace para hacerse un hueco en el siempre atractivo segmento de los Coupé y Cabrio medios, hasta ahora representado en la marca alemana por los exitosos BMW Serie 3 Coupé y Cabrio. La Serie 4 llega con una variedad de opciones que parece casi infinita. Cuando tienes el catálogo en la mano te encuentras con todo tipo de dudas: motores de gasolina o diésel, cuatro o seis cilindros, tracción trasera o total xDrive, cambio automático o manual de ocho velocidades. Además hay opción Coupé y Cabrio de techo duro escamoteable. Casi nada. Ante tanta variedad, nos hemos decantado por el BMW 428i Coupé automático por ser la opción más accesible entre los motores de gasolina disponibles actualmente, una motorización que parece la más lógica para quien busque algo de potencia y olvidarse de los diésel que dominan el segmento. Si hago memoria automovilística me doy cuenta de que me estoy haciendo viejo. Lo noto porque desde que me dedico a esto de probar coches, ya han pasado por mis manos tres generaciones de la mayoría de modelos. Cuando era joven con el carnet de conducir recién sacado y empezaba a hacer mis pinitos en el periodismo de motor, recuerdo perfectamente que era la época de los BMW Serie 3 Coupé y Cabrio de la serie E46. Mi sueño era tener algún día en el garaje un M3 E46 con la caja de cambios SMG II, aunque también me conformaba con el 330Ci, que era el coche que ocupaba el escalón inmediatamente anterior al todopoderoso M. Aquel BMW 330Ci desarrollaba 231 caballos de potencia gracias a un motor de seis cilindros en línea que además de un comportamiento excelente, también nos deleitaba con el inimitable sonido de los seis cilindros atmosféricos subiendo de vueltas. Las últimas versiones de este modelo además también incorporaban en opción la caja de cambios SMG, una maravilla de la técnica desarrollada por BMW. Hoy en día la escalada de potencia en todos los modelos nos lleva a que este BMW 428i Coupé esconda bajo el capó un motor de cuatro cilindros turboalimentado que desarrolla 245 caballos. Lo curioso es que esta sea actualmente la segunda opción entre los motores de gasolina disponibles, ya que por debajo solo está el 420i de 184 caballos. Hace 15 años un 330Ci de 231 caballos era un deportivo de armas tomar, una máquina que había que conducir con muchas manos para acercarlo a sus límites naturales. Hoy en día en cambio un 428i es simplemente un coche racional para el que quiera un comportamiento homogéneo en cualquier tipo de uso. ¿Tanto ha cambiado el mundo desde los Serie 3 Coupé hasta la llegada del Serie 4 actual? La respuesta es si, en los últimos 15 años el mundo del automóvil ha avanzado de forma tan rápida que el coche que hoy probamos no tiene nada en común con aquel coche que me provocaba insomnio hace algo más de una década. Una evolución más que evidente respecto al Serie 3 Coupé Los cambios saltan a la vista. El Serie 4 Coupé ha crecido a lo largo y a lo ancho. Ahora mide de largo 4,6 metros de largo y 1,8 de ancho. Sin duda ha crecido respecto a aquellos E46 que evocaba al comienzo del artículo, pero la evolución va mucho más allá. Es 2,6 centímetros más largo que un Serie 3 y 1,6 centímetros más bajo, de ahí que su aspecto sea completamente distinto al de los modelos de cinco puertas con quienes comparte muchos elementos mecánicos. Además si nos fijamos especialmente en el eje delantero apreciamos que ahora las ruedas van situadas mucho más hacia los extremos, lo cual ayuda a conseguir que la batalla haya crecido 50 milímetros. Su centro de gravedad se encuentra por debajo de los 500 milímetros de altura, lo que significa que se trata del modelo de toda la gama de BMW que tiene el centro de gravedad más bajo. Tiene mucha presencia, mucha fuerza y una pisada sobre el terreno que no pasa desapercibida. El nuevo modelo adopta las líneas que llegaron con el actual Serie 3, principalmente en el frontal dónde las ópticas ahora ocupan un espacio más destacado al unirse con los característicos riñones dobles que marcan el estilo de las parrillas de BMW desde años inmemoriales. Al haber crecido en tamaño, aunque su línea sigue siendo inequívocamente la de un Coupé, si que es cierto que la carrocería transmite un aspecto más elegante que antes. Los volúmenes son mayores y eso hace que sus trazos sean más suaves, recordando en cierta medida a su hermano mayor el Serie 6. Es algo que se aprecia fundamentalmente en la parte trasera, ya que desde la ventanilla posterior hasta el maletero hay mucha más distancia que antes. Eso, unido a unas ópticas y a un diseño de la trasera considerablemente más planos, hacen de el un deportivo elegante que consigue enmascarar bastante bien sus genes deportivos. Esta versión de pruebas además llevaba el paquete de equipamiento Luxury, que como su propio nombre indica trata de realzar los detalles elegantes y distinguidos del coche, dejando los rasgos deportivos para los acabados Sport y M. Al ser Luxury, encontramos detalles como los Air Breather con la moldura cromada, a juego con los marcos de las ventanillas que recorren el perfil acristalado a lo largo de la silueta del coche. A los lados de las luces antiniebla, dos franjas cromadas evitan el aspecto deportivo que tendría si ese espacio estuviese en color negro. Por último las llantas multiradio de 18 pulgadas cumplen con su función, ya que son elegantes, sobrias y otorgan al conjunto un toque señorial. En la trasera un listón cromado recorre la parte inferior del parachoques, combinando a la perfección con esos detalles del resto del conjunto que tanto gustarán a los amantes de los BMW menos ostentosos. Los 428i se identifican además porque disponen de una única salida de escape doble a la izquierda del coche. Las salidas a cada lado quedan reservadas para el 435i, y las dos salidas dobles a cada lado están reservadas al M4. Palabras mayores. El interior ha ganado en espacio Al abrir las enormes puertas, que por supuesto carecen de marcos para las ventanillas, encontramos un interior en este caso sobrio y minimalista, tal y como nos tiene acostumbrados la marca alemana en los últimos tiempos. El espacio para los ocupantes de las plazas delanteras es muy amplio, y destaca la superficie acristalada que nos rodea, que ayuda a incrementar esa sensación de amplitud que tenemos cuando estamos sentados al volante. Las formas del salpicadero están claramente enfocadas hacia el conductor. Al tratarse del acabado Luxury, los asientos delanteros están diseñados para premiar el confort de marcha. Son butacas casi planas que no ayudan especialmente a recoger el cuerpo en las curvas, pero que ofrecen un excelente nivel de confort. Encontrar una buena posición al volante es fácil con los asientos con regulación eléctrica, y uno de los puntos que me gustaron es que te permiten situarlos muy arriba o muy abajo, ya que el rango de movimientos es muy grande. El volante multifunción se ajusta en profundidad y altura, pero no te esperes encontrar un aro de volante demasiado ancho. El acabado Luxury no busca eso, busca ofrecer un tacto agradable que guste a todo el mundo. En el centro de la consola central se encuentra la palanca selectora del cambio automático de ocho velocidades. Es la palanca que incorporan desde hace años muchos BMW, una maravilla al tactocon la que es muy sencillo engranar las posiciones D, N, R o P o situarla a la izquierda para obtener un comportamiento más deportivo. Justo delante de la palanca de cambios, y precisamente en la zona central del precioso salpicadero,encontramos algunos plásticos muy duros, que desentonan con la calidad del resto del conjunto. Creo que esos detalles tan poco conseguidos son capaces de empañar un nivel de acabado como cabe esperar en un coche de este nivel, con un tacto excelente el resto de mandos. No me lo explico. Hay mínimos detalles en el interior que también combinan con los cromados que luce la carrocería. Hablo del marco que circunda los mandos del sistema audio y los del climatizador. Por último las molduras interiores son de madera. A algunos les gustará. Por lo demás el acceso a las plazas posteriores es bastante cómodo ya que los asientos delanteros se mueven hacia delante con sólo pulsar un botón situado en los laterales del respaldo. También ha crecido el espacio para los ocupantes de las plazas traseras, en parte gracias al aumento de batalla del que hablábamos al principio. Los cinturones de seguridad para los ocupantes de las plazas delanteras se recogen en una posición muy retrasada, de ahí que disponga de dos pequeños “brazos” que te los acercan cuando vas a ponerte en marcha, para luego replegarse rápidamente.
Pulsamos el botón de arranque y el coche despierta. BMW 428i Coupé. Tal vez esperes escuchar el sonido de un motor de seis cilindros con su característico aullido cuando están fríos, pero no dejes que la nomenclatura del coche te engañe. Bajo el capó del BMW 428i Coupé se esconde un motor de 1.997 centímetros cúbicos, BMW TwinPower Turbo con cuatro cilindros. Vale que queda un poco ridículo bajo semejante capó, pero hay que quitarse el sombrero con el rendimiento de este motor. Al ponerlo en marcha el sonido es ronco, pero nada de gorgoteos como los que hacen los seis cilindros en línea TwinTurbo. Lo primero que destaca del 428i es la instantaneidad con la que ofrece respuesta. Desde muy bajas revoluciones, y sin necesidad de pisar mucho el acelerador, el 428i se mueve como pez en el agua. El motor tiene muchos bajos, ya que entrega 350 Nm desde 1.250 RPM y eso se nota por ejemplo en las zonas urbanas dónde no es necesario jugar con la caja de cambios para obtener respuesta. El comportamiento del conjunto es extremadamente suave, especialmente por la caja de cambios automática de ocho velocidades, que una vez más vuelve a demostrar su perfecta sincronía con el resto del conjunto. Hasta ahora había probado esta caja de cambios siempre con motores de seis cilindros de gasolina o diesel, pero parece que se adapta perfectamente también a estos motores de menor cubicaje. El 428i lleva de serie un selector de modos, el mismo del que ya hemos hablado en otros BMW. El modo ECO PRO, el normal y el Sport son los que están disponibles dependiendo de nuestras necesidades. El Sport+ no está disponible en combinación con el acabado Luxury. En todos ellos destaca la suavidad, y especialmente en el ECO PRO dónde incluso en recuperaciones puede llegar a ofrecer una respuesta un tanto perezosa. Es lógico porque este modo debería usarse únicamente cuando viajamos en carretera y queremos que los consumos bajen hasta mínimos insospechados. Cuando el Serie 4 Coupé diesel pierde cierto sentido He tenido oportunidad de hacer un viaje de ida y vuelta Madrid – Vigo – Madrid con el BMW 428i Coupé automático, y cuando llegué a destino no podía dejar de pensar en lo mismo. ¿Para qué queremos un diésel si existe este motor? El motor de cuatro cilindros es un auténtico mechero, y más si tenemos en cuenta que tiene 245 caballos. Con el cambio manual de seis velocidades la marca anuncia un consumo medio de 6,6 l/100 km, mientras que con la caja automática el consumo medio baja 0,3 l/100 km. Con ritmos rozando el límite legal por autopista, con dos acompañantes y el maletero con tres maletas de mano, he conseguido sacarle consumos de 6,8 l/100 km sin usar el modo ECO PRO, y he conseguido bajarlos a 6,5 l/100 km con el modo ECO PRO activado. BMW asegura que con el ECO PRO se puede reducir el consumo hasta un 20%. El secreto para estos consumos tan bajos está en un conjunto pensado precisamente para eso, para conseguir optimizar los recursos. Por un lado su coeficiente aerodinámico es muy bajo, con 0,28 de Cw y los air courtain delanteros y conductos laterales de guiado del aire air breather permiten que el flujo de aire sea óptimo. Por otro lado, cuando llevamos activado el modo ECO PRO, rodando por ejemplo en octava velocidad a sólo 1.250 RPM en autovía y soltamos el acelerador, se activa el modo “a vela” que permite al coche avanzar mucho más con la propia inercia de la marcha, haciendo que la transmisión se desacople y el motor de cuatro cilindros entre en modo latente. Si nos fijamos en el motor diésel de cuatro cilindros del BMW 420d Coupé con 184 caballos, el consumo medio se sitúa dos litros por debajo del de gasolina. Vale que dos litros a los cien es bastante diferencia, pero si tenemos en cuenta que este tiene 60 caballos menos y que sus prestaciones son ridículas comparadas con las del 428i, creo que no merece la pena un diésel salvo que estés obsesionado por los consumos. Confort, una asignatura en la que ahora sacan nota Durante el viaje, una de las cosas que más me gustó del 428i Coupé es el confort de marcha que ofrece. Ya durante la toma de contacto que hicimos cuando se puso a la venta en España, ese fue uno de los aspectos que más destacaron de la Serie 4. Los Serie 3 Coupé, sobre todo en sus versiones más deportivas, siempre pecaban por ofrecer un tacto demasiado deportivo que penalizaba el confort tanto de conductor como del resto de pasajeros. La suspensión era muy seca y directa, y en las versiones con suspensión deportiva o equipamiento M, viajar era sinónimo de buscar una visita al fisioterapeura. En este sentido el Serie 4 Coupé está a años luz de sus antecesores, ya que a pesar del tacto inequívocamente BMW con el toque de deportividad necesario, también es capaz de ofrecer un nivel de confort que te permite llegar relajado a tu destino. Estirando un poco el motor Aunque esta versión Luxury no tiene un planteamiento deportivo ni mucho menos, lo cierto es que con 245 caballos al eje trasero es complicado resistirse a llevarlo un poco al límite. Sus prestaciones prometen sensaciones fuertes, ya que el 428i Coupé acelera de 0 a 100 km/h en 5,8 segundos y la velocidad punta que alcanza es de 250 km/h porque está autolimitado electrónicamente, siempre en combinación con la sensacional caja automática de ocho velocidades. Así pues, ya fuera de autopista y autovía, toca ponerlo en el modo Sport y buscar una zona de curvas dónde divertirse. Pronto encontré una de las muchas carreteras de curvas enlazadas que discurren por las montañas de Galicia, un paraje sobre el papel perfecto para divertirse al volante de un tracción trasera de casi 250 caballos. El coche acelera mucho, y lo hace con una progresividad pasmosa desde muy bajas revoluciones. Sorprende en este sentido que sea un motor turboalimentado, ya que para tener “chicha” tienes que estirarlo como se estiraban los E46 330Ci. Lo primero que llama la atención es que a pesar de estar al volante de un coche de más de cuatro metros y medio de largo, en todo momento tienes una sensación de agilidad como pocos coches de su segmento pueden transmitir. La dirección es muy directa y transmite muy bien las características del asfalto, es una dirección con mucho tacto. Por otro lado, el motor de cuatro cilindros con su reducido peso y la puesta a punto del chasis pensada para optimizar ese dinamismo, te trasladan mentalmente al interior de su primo pequeño el MINI. El conjunto es muy ligero, con un peso total de 1.545 kilos. Si nos vamos a sus competidores directos, un Audi A5 2.0 TFSI de 225 caballos con la caja de cambios Multitronic se va a los 1.550 kilos. Vamos, que casi pesan lo mismo pero lo cierto es que al volante el BMW se percibe mucho más ágil. Esta agilidad es una de las principales características del coche, y se agradece a la hora de rodar rápido. Una vez dentro de la curva, la estabilidad del conjunto es realmente asombrosa, gracias al aumento de la distancia entre ejes y a una puesta a punto del conjunto chasis-suspensiones que transmite mucha confianza. Puede parecer que entras pasado en esa curva, pero lo cierto es que el chasis ni se inmuta y basta con marcar la trazada y mantener un toque de acelerador para conseguir una circunferencia perfecta. A la salida de las curvas, el coche tracciona a la perfección aun pisando el acelerador demasiado pronto. Mientras en otros coches e incluso en su inmediato predecesor el BMW Serie 3 Coupé estarías provocando un sobreviraje y haciendo que la electrónica cortase potencia, lo cierto es que en este coche parece que los límites de la física se han llevado un paso más allá. El coche es tan estable que al menos en esta versión 428i de 245 caballos, con suelo seco es imposible sacarlo de sus casillas. Es más, durante toda la prueba no conseguí ver el destello del control de tracción actuando. Ese comportamiento impecable, puede tener una doble lectura. Por un lado el comprador medio de este coche estará encantado, ya que su coche le transmitirá un nivel de seguridad y confianza mayor que el que puedes esperar en un coche de planteamiento teóricamente deportivo con 245 caballos al eje posterior. El problema llega cuando alguien que ha estado toda su vida soñando con conducir un BMW que se compra un 428i Coupé, intenta divertirse al volante y no lo consigue. ¿El lema de esta marca no era “Te Gusta Conducir”? Efectivamente ese era el lema de BMW hasta hace muy poco tiempo, pero como hemos hablado ya varias veces en Motorpasión, parece que en algunos casos las tendencias automovilísticas nos llevan hacia coches con menos carácter, menos pasionales y en definitiva más válidos para todo el mundo. Este es un claro ejemplo, un coche excelente pero que está algo cojo de carácter. Si al comienzo de la prueba recordaba las sensaciones que transmitía hace más de 10 años un BMW 330Ci cuando lo llevabas al límite, ahora hay que aceptar que los nuevos tiempos hacen que un coche con esta base y 245 caballos no sean suficientes para disfrutar al volante. Vale que es el perfecto aliado para el tráfico urbano gracias a un motor muy lleno en toda la banda de revoluciones. Vale que es uno de los coches más cómodos para viajar de cuantos hay en este segmento. Vale que consume menos que algunos mecheros. Pero lo que no vale es que un BMW no sea capaz de transmitirte su carácter. El BMW Serie 4 Coupé en su versión 428i es el coche perfecto. El coche perfecto para mi abuelo. Pero no es el coche que un treintañero al que le van bien las cosas aspira a tener en el garaje y sacar a “pasear” los domingos por la montaña. Tal vez con esta conclusión siembre la duda aquellos que estaban pensando si comprarse o no comprarse este coche. Pero lo cierto es que los coches faltos de carácter nunca han sido mis favoritos. ¿Cambiará esta falta de carácter en las versiones más potentes? ¿Conseguirá el BMW M4 Coupé suplir esta falta de personalidad? Estoy casi seguro de que una versión con un poco más de motor y acabado M ya sería suficiente para disfrutar de la conducción. Mientras tanto, esta versión Luxury para quien quiera un coche muy válido y completo en todos los sentidos. Fuente: http://www.motorpasion.com/pruebas-de-coches/bmw-428i-coupe-prueba-parte-2
"Coche perfecto para mi abuelo"..... en fin..... yo no soy abuelo ni mucho menos y tengo claro el 428i sería un relevo que me haría olvidar mi GTI V.
Sinceramente esta prueba me parece una mi.... y llena de contrasentidos. Mismo coche probado por coches.net y dice todo lo contrario a "Coche perfecto para mi abuelo".
j*der, un coche para abuelos, madre mía que palo le ha pegado, yo creo que con la suspension variable o con una más dura sin duda mejorará ese aspecto
Entonces para un "treintañero" sólo sería ideal el M3/M4....???? Hombre si tiene pasta a retorcer..... Están flipados....
Jajajaja pero estos qué quieren, un avión? Con el planteamiento que se hace en el artículo, ni un 435i les llega... Como dicen por ahí, están flipados y conclusión final mi...a. No sé qué podrá decir de los A5 el autor del artículo si prueba uno... Por algo siempre cogen un quattro para hacer pruebas, porque con tracción delantera habría que ver qué clase de eufemismos y equilibrismos lingüísticos tendrían que emplear para no usar un lenguaje hiriente... Edito: @alvaro320, yo no puedo ver las fotos del artículo
De todas las contradicciones que cuenta en artículo ,me quedo con una tontería que es para que este tipo se dedique a otra cosa ,o que por lo menos yo ,no vuelva a leer un artículo suyo, no tiene ni p... Idea. Dice que es contradictorio siendo un motor turbo , que para encontrar chicha haya que estirarlo como se estiraban los e46 330ci, y mira por donde yo he tenido los dos motores y ni IDEA. El 28i turbo tira desde abajo 1000 veces mejor que el 30ci , ahora cuando se acerca a las 5.500 rpm ya se queda bastante plano por no decir que cae , y justo ahí era donde el 330ci pegaba el apretón definitivo , MACHOTE DEDÍCATE A OTRA COSA
@Nostromo, yo desde el móvil tampoco puedo ver las fotos. Por eso puse el enlace. Sabia que este artículo iba a crear polémica