En turbos de paso fijo, los de toda la vida sí es verdad que son casi eternos si se les cuida mínimamente. Los de paso variable son más delicados y tienen una vida más corta. Es lo que hay.
En teoría, y con un mínimo de cuidado, debería morir junto con el motor. La conducción agresiva y las recuperaciones exhaustivas (dejarlo en 5ª a 75 Km/h, por ejemplo, para volver a llevarlo a los 120 km/h) hacen que envejezca pronto.