PANDEMIC Topic Objetivo: Todo dios a pinchar. Semana negra del pinchito. Volumen I

Eso es que ya se vacunó com miedo hombre ...........

No conozco a nadie, ni cercano a mi, ni lejano, que haya tenido problemas con la vacuna, que alguien habrá, seguro, pero es tan anecdótico que ya ves ..,..

Después habría que ver si los problemas de salud, o secuelas, que se asocian a la vacuna, guardan realmente relación.

 

Hombre, un poco osado afirmar eso, no? A ver si resulta que no ha muerto nadie con la dosis completa…

 

Y creo fervientemente en la eficacia del cinturón de seguridad.

 

Una cosa es creer en la eficacia de las vacunas; otra lo que comenta el compañero.

Lo que defendéis es como decir que si alguien que se ha estampado a 200 km/h contra un muro indeformable, yendo sin cinturón, se habría salvado de haberlo llevarlo abrochado.

 

No, de Covid-19, los no vacunados tienen 10 veces más probabilidades de fallecer, metiendo ahí todas las casuísticas.

No sé trata de si iba a 50 o a 200, es la media de todas las velocidades con accidente.

 

Pues eso, que me estás dando la razón.

 

No, ni mucho menos. Renunciando al cinturón renuncias a la opción de que éste te salve y desde luego que el familiar creerá fervientemente que renunció a tener la opción de salvarse.

 

Vamos, que defiendes una cosa y la contraria.

Una de dos. O te inmunizan, o no te inmunizan, pero las dos, como que no.
No puedes defender que con la dosis completa no puedes fallecer (cuando está demostrado que sí) y a continuación afirmar que si te vacunas, la probabilidad de fallecer es menor, pero no nula.

 

No, si lo que yo defiendo desde el principio es el derecho del familiar a creer que la vacuna le habría salvado. Algo perfectamente lógico vistos los resultados.

 

Ah bueno, si de creencias se trata… También hay gente que cree en Dios. En su derecho están, pero no es demostrable.

 

Pues veremos éste invierno si ese porcentaje se mantiene.

 

Onvre, tener esa creencia con unas vacunas con una eficacia mayor al 90% frente a fallecimiento me parece bastante lógico, la verdad.

Pues por mí, cuantos menos mueran, vacunados o no, mejor.

A alguno parece que le vayan bien algunas muertes siempre que les den la razón en sus ideas.

 

Pues hombre, a mí me parece casi ridículo sostener que una persona con una dosis no habría fallecido de haber tenido puesta la segunda.

Estás en tu derecho de creer en ello, pero de ahí a afirmarlo como algo irrebatible, va un trecho.

 

Con Pfizer, con dosis completa, es decir, 14 días después de la 2ª dosis la eficacia es del 95%, a los 14 días de la primera dosis la eficacia ronda el 50%, y el compañero hablaba de primera dosis y contagio como muy seguidos, supongo inferior a 15 días.

 

En una marcha ciclista, piden certificado para participar, como alguno les quiera tocar los c.j.n.s juzgado y lo tumban...o no..

 

Ahi es obligatorio, para hacinarse en un vagón de metro no. Es una cualidad del virus y hay que respetarla.

 

No es una cualidad ni del virus ni de la vacuna. Es una cualidad del político o autoridad de turno.

 

A lo que voy. Si está DEMOSTRADO que puedes morir habiéndote vacunado, me parece incomprensible que alguien defienda que, en caso de haberse puesto la segunda dosis, X persona no habría fallecido.

Pero bueno, que no tiene más recorrido la discusión. Realidad y datos frente a creencias.

 

Supervivencia al cáncer de próstata, sobre el 90%, un señor decide no aceptar el tratamiento médico y tratar de curarse con zumo de limón.

Fallece.

¿En serio que no verías lógico que sus familiares pensarán que se hubiera salvado en caso de recibir tratamiento médico?

 

A ver si afinamos más a base de las primeras cobayas

 

Que les den el premio Nobel. Han hecho historia.

 

Es además muy sencillo ver que está demostrado. Basta observar que todos los días sigue habiendo muertos por covid. Y por supuesto nunca hacen referencia a si estaban vacunados. Que por supuesto lo estaban, porque cuando muere un no vacunado sale en todas partes. Por tanto, puedes morir vacunado. Luego vienen los matices. Si llevaba poco vacunado, que todavía no le había hecho efecto suficiente la vacuna. Si hace tiempo, es que ya había bajado la eficacia y tenía que poner la tercera dosis...

 

Al final los políticos consiguen lo que quieren: que nos peleemos entre vacunados y no vacunados..y lo más sorprendente es que tanto los que se vacunan como los que no se vacunan quieren lo mismo: volver a la normalidad. Y ni aún así lo conseguimos.

yo estoy deseando que llegue “la primera vuelta” al país en tema vacunas y ver qué pasa. Creo que sería el momento de plantarse y pasar todos de cumplir restricciones y llevar bozal

han venido dos compañeros de Bruselas y allí lo de llevar bozal ya no se lleva. Y no pasa nada j*der

 

Es totalmente cierto que se ha conseguido que haya una presión social muy grande al que decide no vacunarse. Y estamos hablando de algo voluntario. Hoy mismo he escuchado llamar asesinos a los padres que no quieren vacunar a sus hijos.

Esto es claramente pasarle el marrón a la ciudadanía. Si están tan convencidos de que las vacunas son seguras y eficaces y que la erradicación de la pandemia pasa sí o sí por usar estas vacunas, que la hagan obligatoria. Que saquen una ley de la noche a la mañana como tantas que han hecho durante toda la pandemia y se acabó el debate. ¿O acaso tienen miedo de que les empiecen a llover demandas si hay problemas a medio/largo plazo? Lo digo totalmente en serio.

 

Por muy efectiva que sea la vacuna, la obligatoriedad de esta pasa por encima de derechos fundamentales. Nunca, espero que nunca, sea obligatorio vacunarse de nada. Y no soy antivacunas, todo lo contrario. Lo mismo que defiendo la legalidad del tabaco o la marihuana y no me gusta fumar.

 

Los derechos fundamentales pasaron a un segundo plano ante la emergencia sanitaria. Un ejemplo bueno es el confinar a la población.

 

No es ningún secreto que la pandemia ha creado la coyuntura propicia para introducir una serie de cambios en la sociedad. Unos cambios, por cierto, de los que ya se hablaba antes, pero que jamás habrían podido ser implantados con tanta rapidez y eficacia. Sólo ha hecho falta un virus y mucho —muchísimo— miedo para que todos aceptemos participar de los delirios de unos pocos. Bueno, y para que nos alejemos de quienes no quieren participar; de esos «nuevos leprosos», que decía El Mundo.



Así, como un leproso, se sintió ayer un amigo mío en su primer día de clase. Sin saberlo, ha escogido una universidad en la que se diferencia entre vacunados y no-vacunados como diferenciaban en Sudáfrica o Estados Unidos entre blancos y negros. De momento no lo han sentado en un pupitre apartado, pero, en tanto que no-vacunado, sí lo obligaron a realizarse un test antes de poder pisar la universidad. Además, le han dado un pasaporte virtual que funciona con reconocimiento facial. El de los vacunados está siempre en regla; el suyo tiene que validarlo cada mañana respondiendo un cuestionario: «¿Se encuentra bien?, ¿ha estado con mucha gente?, ¿residen en su domicilio personas vulnerables?, ¿ha estado en contacto con un posible positivo?». Si sus respuestas son adecuadas, a clase; de lo contrario, a casa.



Dice Fromm en El miedo a la libertad que «una parte de la población se inició en el régimen nazi sin presentar mucha resistencia, pero también sin transformarse en admiradora de la ideología y la práctica política nazis». De modo que, al final, el problema no es tanto los entusiastas que obligan —que también— como los mansos que nos sometemos. Toleramos que se acceda a nuestro historial médico y que se nos exija revelar nuestro estado de salud o dónde hemos estado; permitimos que nos implanten pasaportes para poder viajar o tomar una copa; aceptamos inocularnos una vacuna que ha estado desarrollándose entre ocho y diez meses —aunque varía, el tiempo medio de desarrollo de una vacuna es entre ocho y diez años— y señalamos a los que se niegan a hacerlo. Luego, claro, que cómo pudieron triunfar los totalitarismos del siglo XX, que qué gente tan idiota, que en qué estaban pensando esos pobres infelices.


Así que eso he venido a pedirles hoy: que rechacen el Apartheid, que disientan de la nueva normalidad, que se opongan, en fin, al despotismo sanitario. Y si no lo hacen por ustedes háganlo por mi amigo: no quiero que lo echen de la universidad.

 

Lo mismo pasó después del 11-S, controles en los aeropuertos, medios de transporte y mil cosas más atentando a los derechos individuales, y luego también están los que quieren alcanzar la inmunidad de ¿rebaño de borregos? con macrobotellones de miles de personas. También aceptamos so pena de multa el cinturón de seguridad, los cascos en las motos y bicis , a pesar de que llevarlos puestos o no, sólo afecta nuestra seguridad, nunca a la salud o seguridad de los demás, que es cuando se pueden restringir algunos derechos individuales.