El Opel Tigra cumple 30 años convertido en el deportivo perfecto para iniciarse en el coleccionismo ¿Quién diría que el Opel Tigra tiene 30 años? Y, sin embargo, ahí está, tres décadas desde que se lanzó al mercado por primera vez. Se vendieron más de 250.000 unidades entre 1994 y 2001 y hoy día es sencillo encontrarlos en el mercado de segunda mano. por Javi Martín Antes de hablar del Opel Tigra, hagamos algunas reflexiones. Hemos recorrido más de 20 años del Siglo XXI, y el futuro utópico que nos prometieron no aparece por ningún lado. Llevamos más de 50 años sin pisar la Luna, el cáncer todavía es la enfermedad más mortífera a la que se ha enfrentado el ser humano y los coches no vuelan. Es cierto que se han logrado grandes avances en infinidad de cosas, pero es muy llamativo todo hay muchísimas cosas que sigen igual que hace 30 años. ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo? Los teléfonos móviles son como ordenadores pequeños -podríamos definirlos como dispositivos portátiles multifunción-, las televisiones son cada día más grandes, pero más delgadas y las redes sociales han vuelto a la gente un poco más idiota. Inexplicablemente, todavía se conducen vehículos bajo los efectos del alcohol y las drogas o sin abrocharse el cinturón de seguridad. Da la impresión de que en algunos apartados estamos involucionando… ¿HAN CAMBIADO LOS COCHES? Si nos fijamos en los coches, en este invento que tantos sueños protagoniza y tanto dinero mueve anualmente, las cosas no son muy diferentes. ¿Qué ha cambiado en 30 años? Básicamente, los coches son iguales: queman combustible fósil a través de un motor de combustión interna, que también se mantiene básicamente igual -pistones, bielas, cigüeñal, encendido por chispa, fabricado con metales-. Pisan el suelo con ruedas de caucho rellenas de aire, suspensiones por muelles, frenos por fricción, manejo por pedales y un volante para la dirección. Se ha evolucionado en el aprovechamiento del combustible, aunque sigue siendo muy bajo – del 40 o el 41 %-, se ha evolucionado en el diseño y la fabricación de los componentes y se ha mejorado la calidad de los materiales. Además, se han añadido infinidad de pantallas al habitáculo, tirando a la basura todo tipo de ergonomía y creando todo un festival de luces que molestan al conducir cuando cae la noche. Muchos pensarán en los híbridos, en los eléctricos o en la conducción autónoma, pero eso no cambia el hecho de que, en realidad, el automóvil sólo ha evolucionado a nivel de calidad de materiales, procesos de diseño y producción, y, sobre todo, en contenido tecnológico. Y si hay alguien que duda de todo eso, ahí va un dato: el Opel Tigra ha cumplido 30 años, ¡30 años! LEGALMENTE PUEDE RECIBIR MATRÍCULA HISTÓRICA ¿Qué diferencia al pequeño Opel Tigra de cualquier vehículo moderno? No es muy complicado responder: la tecnología y todo lo relacionado con el diseño y la producción. Incluso el diseño podría ser válido con unos pequeños retoques como un equipo de iluminación LED, unas llantas un poco más grandes o un par de pantallas en el habitáculo. Cualquiera de las versiones 1.2 PureTech que ahora usa Opel tras integrarse en Stellantis, podrían al Tigra en el candelero. El Opel Tigra Concept, casi idéntico a la versión de producción El Tigra es, legalmente, un coche clásico, o, mejor dicho, ya puede ser matriculado como histórico, aunque a simple vista, para muchos, sea sólo un “coche viejo”. Y esa sensación de “coche viejo” se debe, precisamente, a lo que se ha dicho al inicio: los coches actuales son básicamente iguales a los de hace 30 años. El Opel Tigra todavía se ve moderno, pero en realidad es un coche clásico, si aceptamos que los coches clásicos no volverán a ser iguales. Casi habría que tratarlos como “nuevos clásicos”. OPEL TIGRA: PEQUEÑO COUPÉ CON SANGRE ESPAÑOLA La primera vez que pudimos ver el Opel Tigra fue con motivo del Salón de Fráncfort de 1993. La marca lo presentó como concept car, que en realidad escondía el coche que llegaría a producción sin apenas cambios. Junto a él, el Opel Tigra Roadster, una versión de tipo speedster tremendamente interesante que nunca llegó a fabricarse. Sin duda, el Roadster fue un coche para llamar la atención. Un año después de su presentación, arrancó la producción del Tigra en Figueruelas, en Zaragoza, de donde salieron todas las unidades que se fabricaron del coqueto coupé alemán. Concretamente, se ensamblaron 256.392 coches entre 1994 y 2001. En 2004 volvería a usarse el nombre de Tigra para un descapotable de techo metálico, el Opel Tigra TwinTop, pero no tenía nada que ver con el modelo original. Para el desarrollo de este pequeño coupé, en Opel siguieron un método bien conocido en la casa de Rüsselsheim. Igual que hicieron con en otros casos como el Opel Manta -basado en el Ascona– o con el Opel Calibra -basado en el Vectra-, el Tigra también tomaba como punto de partida un modelo ya en producción: el Opel Corsa B. Era la segunda generación del utilitario que había iniciado su comercialización en 1993. De hecho, el parentesco con el Corsa B es uno de los motivos de que su fabricación se llevara a cabo en Figueruelas, pues allí también se montaba el utilitario. No obstante, decir que había parentesco entre los dos modelos era quedar corto. El Opel Tigra empleaba el mismo bastidor rodante del Corsa -plataforma, motores, suspensiones, frenos- y gran parte del habitáculo, como las plazas delanteras, incluido salpicadero, volante, paneles de las puertas, asientos, pedalier y selector del cambio. Era casi un Corsa B con una carrocería diferente, obra de Hideo Kodama y su equipo. Éste recaló en General Motors en 1966, llegando a trabajar con Erhard Schnell o Chris Bangle. Hideo también diseñó el Corsa B, el Opel Corsa C o el Opel Agila, antes de abandonar General Motors en 2004. COMPLETAMENTE DIFERENTE Aunque el Tigra fuera un Corsa con otro “traje”, era casi imposible detectar una relación entre ambos, más allá, obviamente, de la marca que los firma. No compartían un solo panel de la carrocería, aunque los intermitentes delanteros y los tiradores de las puertas eran idénticos, y es que estos últimos eran comunes en casi toda la gama Opel. Un vistazo a la ficha técnica delataba algunas semejanzas, como la distancia entre ejes de 2,44 metros o la anchura de 1,60 metros. Sin embargo, el Tigra era más largo -3,91 metros frente a 3,73 metros- y más bajo -1,34 metros frente a 1,42 metros-. Opel Corsa B tres puertas Cuando se abría la puerta y se accedía al habitáculo, el parentesco con el Corsa B era total, básicamente, porque todos los elementos eran los mismos, como ya se ha comentado anteriormente. Si metieras a una persona en el Tigra, para luego hacerlo en el Corsa, siempre sin ver el exterior, no sabría siquiera que habría cambiado de coche. Sin embargo, un análisis de las plazas traseras demostraría un cambio radical. Decir que el Tigra tenía asientos traseros sería por ser benévolo con el coche, ya que, en realidad, tenías unas zonas con un ligero mullido tapizado, colocado directamente sobre la moqueta, con un respaldo que repetía la misma receta. En este caso, estaba sujeto sobre la pieza de plástico que separaba el maletero del habitáculo. Quizá habría que definirlo más como un 2+2. Opel Tigra Ford Puma Toyota Paseo En la categoría de estos pequeños coupés había un modelo japonés, que además había llegado al mercado antes que los aquí mencionados: el Toyota Paseo. El coupé japonés se había lanzado al mercado en 1991, pero llegó a Europa en 1996, tras el éxito del Opel Tigra y del Ford Puma, aunque era algo más grande que estos dos. El Paseo tenía una longitud de 4,16 metros y, además, el diseño era muy diferente, más próximo a un coupé clásico, un sedán de dos puertas. Los rasgos del japonés también eran menos juveniles y deportivos, aunque no por ello estaba falto de encanto. Aunque el Tigra y el Puma demostraron que el concepto tenía hueco en el mercado, ningún otro fabricante se aventuró con un modelo similar. Si exceptuamos al citado Toyota Paseo o al Renault Mégane Coupé, que muchos lo encuadran en la misma categoría -por longitud sería una opción, pero se articula sobre la plataforma de un compacto, no de un utilitario- estuvieron solos en un segmento que ellos mismos habían creado -en Europa, claro-. MOTORIZACIONES DEL OPEL TIGRA El hecho de no tener apenas rivales y su enfoque económico y sencillo hizo que la oferta mecánica fuera muy limitada, tanto en opciones como en prestaciones. Evidentemente, los motores también se tomaron prestados del Opel Corsa B, y no destacaban por sus cifras, aunque sí por un buen resultado general. El motor de entrada era el bloque 1.4 atmosférico -todavía no había llegado a tendencia de poner turbo a todo- que rendía 90 CV y 125 Nm de par. Como máximo exponente se tomó el propulsor 1.6 del Corsa GSi, que alcanzaba los 106 CV y los 148 Nm de par. El cambio era manual, pero había uno automático de cuatro relaciones como opción en algunos mercados -¿alguien a vito alguna vez un Tigra automático?-. Con el motor más potente, el Tigra presumía de una velocidad de 203 km/h, que no estaba nada mal para su tamaño y aspiraciones. Sin embargo, aunque era un coupé bastante interesante por diseño, en el fondo era un Opel Corsa, con todo lo que ello conllevaba. Así, las pruebas de la época criticaban una suspensión mejorable que permitía bastantes movimientos de la carrocería, lo que restaba aplomo y sensación de seguridad. A partir de 1997, el Opel Tigra -y el Corsa- montaron suspensiones revisadas por Lotus, ganando dinamismo y aplomo en curva. No obstante, el motor de 106 CV se retiró del catálogo en 1998, así que las mejoras no se aprovecharon al máximo. No cabe duda de que era un coche coqueto y no muy caro, pues su precio base era de 2.045.000 pesetas -12.291 euros, que más inflación equivaldrían hoy día a 25.319 euros aproximadamente-, pero, como ya hemos dicho, sólo Ford con el Puma pareció interesarse en la propuesta. OPEL TIGRA V6, UN PROYECTO LOCO QUE NUNCA LLEGÓ A PRODUCCIÓN El Opel Tigra V6 que no llegó a producirse Opel llevaba décadas bajo el amparo de General Motors y como vimos con el Opel Kadett y sus múltiples vidas, el Tigra también se aventuró en otros mercados sellado con otros logotipos. Por ejemplo, se vendió como Chevrolet Tigra en Argentina, Brasil y México, aunque sólo durante unos tres años -en México solo uno- y sus ventas fueron muy limitadas. Obviamente, en Reino Unido no era Opel, sino Vauxhall y se llegó a considerar la opción de ponerle el sello de Pontiac y comercializarlo en Estados Unidos. Nunca se dio el paso porque su pequeño tamaño y sus prestaciones limitadas, no aptas para aquel mercado. Y ya que hablamos de consideraciones, el Opel Tigra sirvió como base para alguna que otra idea loca. Dejando de lado el speedster que se presentó como prototipo en 1993 -Opel lo denominaba Roadster-, se llegó a crear un Tigra con motor V6 colocado justo detrás del habitáculo. Además, era un V6 de 3 litros procedente del Opel Omega, así que hubo que hacer muchos cambios. La plataforma del Corsa nunca fue proyectada para acoger un motor en posición trasera central, ni siquiera había intención de usar motores que superaran los 1.600 centímetros cúbicos. La idea del proyecto era estudiar el potencial del modelo y no pasó de ser eso, un estudio, porque no tenía sentido en la gama y porque su precio se disparaba a cotas inadmisibles e injustificables. Además, el Opel Speedster ya estaba en desarrollo. Colocar el motor detrás de los asientos supuso realizar un rediseño de toda la parte posterior de la plataforma, así como añadir refuerzos a la estructura. El eje delantero se tomó del Opel Vectra -aunque se realizaron modificaciones- y el depósito de combustible se puso bajo el capó delantero. Una idea loca con 211 CV y 270 Nm de par, propulsión y, aunque no se publicaron cifras de prestaciones, este motor lanzaba al Omega hasta los 243 km/h. No vamos a negar que habría sido un juguete, pero algo como el Ford Racing Puma británico, con sus 155 CV y una puesta a punto casi de carreras, habría sido bastante más lógico y muy interesante. EL VERDADERO V6 Si hubo un Opel Tigra con mecánica de 6 cilindros en V, aunque nunca pisó la calle y tenía tracción total. Se trataba del modelo desarrollado para el Trofeo Andros, que tenía del Opel Tigra las formas de su carrocería, pues ese campeonato se corre con coches tipo “silueta”, con chasis de tubos de acero, motor central de entre 350 y 400 CV y tracción total. También se dejó ver por el campeonato de Autocross.
Cuando saqué el carnet y me compré el cordoba tdi 110, allá por 2006, un amiguete se compró el mítico tigra amarillo, le puso unas llantas, lo agachó... Era muy cuco aunque andaba poco al lado del cordoba, era el 1.4
Ya lo dije hace poco .. uno idéntico a ese de lo regale a un vecino por x . No es feo de carrocería . Fin de las cualidades . Me parece bastante mejor producto el puma de Ford . Sobre todo el tacto del cambio.
Yo no he probado ninguno. Fui a verlo al concesionario cuando se apuntó mi hermana al carnet, se iba a comprar uno. Pero después de tener la matrícula pagada se lo pensó mejor y dijo que prefería seguir en taxi y olvidarse del coche, seguro, impuesto y talleres. Con la mala hostia y soberbia que tiene fue lo mejor para todos que no fuera conductora
Al diseñador de semejante engendro le tendrían que dar una paliza cada 15 minutos por prescripción médica. De los coches más absurdos y feos, sin desmerecer el Nissan micra cabrio.
A saber la vida del coche . Solían j*der las culatas . El de mi vecino nunca llegó a ir fino . Culata , bobinas etc. . Un Opel Corsa disfrazado . Con las calidades de un corsa.
A mi feo no me parece . En la época era un coche que destacaba sobre el resto a un precio contenido. El segunda generación , pues igual .. un cabrio biplaza de precio contenido . En el caso de las plazas , ya pudieron haber dejado el primero biplaza también , para lo que servían las traseras . ..
Un amigo de juventud tenia uno de color violeta. Motor 1.6, bajado de suspensiones, spoiler delantero, Speedline en 17" blancas, escape Remus, cristales delanteros tintados....nos paraban en todos los controles allá por el 98/99
A mí siempre me pareció una filigrana de coche, muy bonito, igual que muy poco funcional. A día de hoy me sigue pareciendo una línea moderna.
La primera vez que pronuncié en mi vida lo de "que caiga ya el meteorito" fue cuando me compré una edición especial de la revista automóvil, "LOS MEJORES AUTOMÓVILES DEL MUNDO" y aparecía el Opel Tigra. En esas publicaciones normalmente encontrabas Ferraris, Aston, Porsches...pues nada...lo de "sujétame el cubata" en versión Luike-motorpress.
Ay el amigo Hideo, diseñó un cochecito juguetón, nos la metió doblada con el portón, el cristal hacia perrerias al ajuste,tuvimos que desarrollar un calibre ad hoc y un protocolo de montaje, pero era un tío súper majo, una tarde en russelsheim estuvimos viendo con el un inedito tigra descapotable , proto a escala 1:1 que no vio la luz, era la versión 1, el modelo posterior si tuvo versión cabrio. y el calibra era y es penoso, que lo sepas,…
Un amigo tenía uno de color marrón metalizado. Nunca me convenció el coche, aunque me resultaba agradable. Menudas carreras amistosas hice contra él, en la N340 por Cádiz y Malaga, de eso hace más de 20 años. Estamos enteros de milagro.
Para mí se dan la mano. Ni siquiera entiendo que pueda gustar uno y el otro no. De acuerdo que hay detalles diferentes, pero ...
Ford Puma u Opel Tigra, ¿cuál era mejor? Ford Puma u Opel Tigra, ¿cuál era mejor? Hablar de estos dos coches es hacerlo de dos de los mejores coupés de los años noventa. Sobre todo porque además eran asequibles y compactos, lo que les hacía perfectos también el día a día. No olvides, por cierto, que el Ford Puma 2020 se ha reencarnado ahora en un SUV. Y es que en su mayoría derivaban de otros vehículos, principalmente utilitarios, lo que significaba que para las marcas no suponía tantísimo esfuerzo desarrollarlos y, por tanto, podían ponerles precios que estuvieran más al alcance de un buen número de bolsillos. Los dos compartieron época pero... ¿en qué se parecían? ¿en qué se diferenciaban? En este cuál es mejor -o más bien, cuál era mejor- entre Ford Puma y Opel Tigra vamos a intentar dar respuesta a estas preguntas. FORD PUMA U OPEL TIGRA: DISEÑO Ford Puma y Opel Tigra se caracterizaban por un peculiar diseño que, en cierta forma, resultaba similar. Principalmente, porque estos dos coupés nacían con el mismo objetivo y las pautas a seguir tanto por Ford como por Opel tenían que ser parecidas si querían tener éxito con esta nueva filosofía de coches. El Puma llegó en 1997, estaba basado en el Ford Fiesta, aunque realmente se parecía más al Ford KA, y tenía una configuración de asientos 2+2. Las fluidas líneas de su carrocería le permitían tener un coeficiente aerodinámica mejorado de tan solo 0,31 (frente a los 0,34 del Fiesta). Hubo una versión llamada Ford Puma Racing, con un aspecto más deportivo gracias a elementos como asientos tipo baquet y carrocería ensanchada con llantas de 17 pulgadas. El Opel Tigra llegó al mercado en 1994, pero no por tener más años fue un rival menos duro para el Puma; derivaba del Opel Corsa, aunque solo compartía con él la plataforma, y aunque su coeficiente aerodinámico era también de 0,31, resultaba 150 kg más pesado que el coche sobre el que se basaba. Por cierto, también era un 2+2 y la particular caída del techo acristalada le daba un aspecto muy interesante. FORD PUMA U OPEL TIGRA: INTERIOR Al hablar del interior de Ford Puma y Opel Tigra tenemos que centrarnos principalmente en el espacio que ofrecían uno y otro, dada su naturaleza coupé. El primero de ellos, el Ford, tenía un maletero de 250 litros frente a los 215 litros del Tigra y aunque ambos tenían espacio para cuatro pasajeros, como comprenderás los de las plazas traseras no viajaban con demasiada holgura. Respecto a la calidad, tanto Ford como Opel aprobaron con nota, pero ninguno de los interiores destacaba demasiado ya que, con el objetivo de ahorrar costes, recurrieron a multitud de elementos de los coches utilitarios de los que procedían. Quizá el Puma estuvo un paso por encima, permitiendo la incorporación de algunos detalles en imitación de aluminio y la palanca de cambios metálica que transmitían una mayor sensación de refinamiento. FORD PUMA U OPEL TIGRA: MOTORES Tanto Ford Puma como Opel Tigra estaban disponibles con motores similares y lo cierto es que ninguno de los dos destacaba por unas prestaciones increíbles, pero supieron ganarse buena fama y conseguir un gran número de aficionados. El Opel Tigra, que fue el primero en aparecer, contaba con un bloque de acceso de 90 CV procedentes de un 1.4 litros y también tuvo un 1.6 de 105 CV heredado del Opel Corsa GSi, con el que podía alcanzar los 200 km/h. Algo parecido ponía a disposición de los clientes el Ford Puma, cuya gama arrancaba con un 1.4 litros con menos de 100 CV. Con los años este motor sería sustituido por un 1.6 litros de 103 CV y por último, llegaría una variante con un 1.7 litros de 125 CV; puede no parecer mucho, pero al no ser demasiado pesado y contar con unas suspensiones más rígidas que el Fiesta, aseguraban una buena dosis de diversión en carreteras de curvas. FORD PUMA U OPEL TIGRA: ¿CUÁL ERA MEJOR? Como ves, Ford Puma y Opel Tigra estuvieron muy al mismo nivel. Los dos contaban con una imagen peculiar, un comportamiento correcto -aunque el del Ford era algo más refinado (echa un vistazo a la prueba del Ford Puma)- y una calidad aceptable, dentro de su categoría de 'asequibles'. Y precisamente, el precio también marcó la diferencia: el Puma era más caro y su éxito no fue tan grande como se esperaba, porque lo que apenas tuvo cuatro años de vida; la producción del Tigra, sin embargo, acabó en 2002, después de ocho años de vida en los que algunos de sus principales puntos débiles fueron mejorados. ¡Las cifras de venta hablan!