El mismo artículo habla de ello como mera excusa : "..., las autoridades galas
continuaron con la obligación de las luces amarillas imbuidos en un cierto
chovinismo, olvidando el motivo original de tal medida y escudándose en las más variopintas
excusas para explicar el mantenimiento de la misma. Entre ellas, la que más fortuna hizo fue la de que se ve mejor en la
niebla con luces amarillas, cosa
medio cierta, pero más debido al
descenso de la intensidad de la luz reflejada por la niebla -al generar menos luz que una blanca- que por una real mejora de la visibilidad."