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Feria de Milán 2021. A la busca de rarezas italianas con base FIAT
Hasta los años setenta Italia fue escenario para una multitud de talleres, preparadores y carroceros que trabajaban al amparo de FIAT y su suministro de chasis y mecánicas. En ese sentido son multitud las variantes, ensayos y piezas únicas con los 509, Balilla, 600 y 1100 como base. Todas ellas conforman un panorama estupendo para los seguidores de rarezas automovilísticas. Si eres uno de ellos no te pierdas esta selección de las que captamos en la pasada Feria de Milán.
por Miguel Sánchez
El pasado 2020 Rusia incluyó a los establecimientos de McDonald’s en la lista de empresas y servicios esenciales. Un último paso más allá después de que en 1990 la franquicia norteamericana abriera en el Moscú de la Perestroika su primer comercio en el país. De aquellas las colas daban la vuelta a la manzana. Con un público más seducido por los destellos del consumo que por la necesidad de una comida rápida y empaquetada. Otro ejemplo más de cómo el ritmo exponencial de la economía global está llevando irremediablemente a la homogeneidad de productos y hábitos.
Un hecho que también tiene su impacto en la industria del automóvil. Acelerándose aún más con la creación de enormes conglomerados capaces de aunar marcas muy diferentes en su seno. En ese sentido, Italia comenzó a vivir este proceso en 1969 con la entrada de FIAT en Lancia y Ferrari para evitar la compra de éstas por Ford. Uno de los gigantes norteamericanos caracterizados por la producción uniforme y masiva, el cual sólo sacó de aquella aventura transalpina la absorción del carrocero Ghia.
No obstante, lo cierto es que la propia FIAT fue haciéndose a partir de aquí más y más dominante. De hecho, fue tanto así que dos años después adquirió Abarth para convertirlo en el núcleo de su departamento deportivo. Así, entraba al creciente conglomerado industrial de los Agnelli este constructor de singulares automóviles de competición. Algo que también tuvo su símil en Francia, con Jean Rédélé poniendo Alpine bajo el control directo de Renault también por aquellas fechas. Ejemplos de cómo a partir de los setenta la industria automovilística se preparaba para un proceso de competencia global donde queda poco hueco para los fabricantes independientes.
Simca 5
Stanguellini FIAT Berlinetta
1100B Stella Alpina
Gilco Gianini 750 Siluro
Alfa Romeo 1900L
OSCA MT4
FIAT 2800 Torpedo Special
Justo aquello en lo que Italia fue extremadamente abundante. Con multitud de carroceros independientes, pequeños fabricantes de modelos en series cortas y preparadores que no paraban de hacer piezas únicas sobre bases FIAT. Así las cosas, su industria automovilística es todo un reto para los seguidores de rarezas, modificaciones y diversas arqueologías del motor. Característica que puede verse cada en año en lugares como la Feria de Milán, donde nuestro fotógrafo Unai Ona ha captado una buena lista de singularidades italianas.
Lancia Ardea Furgoncino
NSU Prinz 600 Cabrio
FIAT Abarth Zagato GT750
HACIENDO PARTICULAR LO GENERAL. CREACIONES SOBRE BASE FIAT
En la historia del automovilismo europeo pocos modelos ha sido tan masivos como los utilitarios y berlinas de FIAT. Responsables de motorizar sociedades enteras desde los años veinte, estos vehículos cuentan en su genealogía con los famosos 509, 508 “Balilla”, 1100 y 600. De todos ellos el más antiguo es el 509. Presentado en 1925 y del cual se llegaron a vender 90.000 unidades en tan sólo cuatro años. Además, la eficacia de su mecánica y la versatilidad de su chasis hicieron posible la coexistencia de variantes tan distintas como las preparadas para taxi o la Spinto Monza pensada para las carreras.
Modelo de competición basado en el 509
Ambas preparadas por la propia marca. No obstante, como FIAT ofrecía la posibilidad de vender el chasis desnudo el 509 también fue base para todo tipo de creaciones hechas a mano por pilotos aficionados o pequeñas escuderías. Una senda continuada por el 508 “Balilla” de 1932. Modelo que incluso llegó a ser soporte de interesantes ensayos aerodinámicos, aunque en la propia gran serie ya se ofrecía en acabados berlina, coupé, spider y torpedo. Una panoplia de carrocerías donde algunos no encontraron justo lo deseado, haciendo de forma artesanal modelos como el Balilla Siata.
Balilla de serie
Balilla Meccanica Siata
Un modelo de carreras firmado por la marca turinesa fundada en 1926, la cual hasta que hiciera sus propios deportivos tras la Segunda Guerra Mundial se enfocó en afinar modelos FIAT. La misma especialidad tomada por Carlo Abarth, cuyas intervenciones sobre el 600 son de sobra conocidas a espera de las sorpresas siempre encontradas en la Feria de Milán. Y es que aquí se dejó ver una rarísima unidad del FIAT Abarth 600 descapotable dotada de una generosa bancada trasera. Ideal para enlazar curvas bajo el sol de la costa italiana aunque algo atrevida si el objetivo es meterla a carreras.

Hasta los años setenta Italia fue escenario para una multitud de talleres, preparadores y carroceros que trabajaban al amparo de FIAT y su suministro de chasis y mecánicas. En ese sentido son multitud las variantes, ensayos y piezas únicas con los 509, Balilla, 600 y 1100 como base. Todas ellas conforman un panorama estupendo para los seguidores de rarezas automovilísticas. Si eres uno de ellos no te pierdas esta selección de las que captamos en la pasada Feria de Milán.
por Miguel Sánchez
El pasado 2020 Rusia incluyó a los establecimientos de McDonald’s en la lista de empresas y servicios esenciales. Un último paso más allá después de que en 1990 la franquicia norteamericana abriera en el Moscú de la Perestroika su primer comercio en el país. De aquellas las colas daban la vuelta a la manzana. Con un público más seducido por los destellos del consumo que por la necesidad de una comida rápida y empaquetada. Otro ejemplo más de cómo el ritmo exponencial de la economía global está llevando irremediablemente a la homogeneidad de productos y hábitos.
Un hecho que también tiene su impacto en la industria del automóvil. Acelerándose aún más con la creación de enormes conglomerados capaces de aunar marcas muy diferentes en su seno. En ese sentido, Italia comenzó a vivir este proceso en 1969 con la entrada de FIAT en Lancia y Ferrari para evitar la compra de éstas por Ford. Uno de los gigantes norteamericanos caracterizados por la producción uniforme y masiva, el cual sólo sacó de aquella aventura transalpina la absorción del carrocero Ghia.
No obstante, lo cierto es que la propia FIAT fue haciéndose a partir de aquí más y más dominante. De hecho, fue tanto así que dos años después adquirió Abarth para convertirlo en el núcleo de su departamento deportivo. Así, entraba al creciente conglomerado industrial de los Agnelli este constructor de singulares automóviles de competición. Algo que también tuvo su símil en Francia, con Jean Rédélé poniendo Alpine bajo el control directo de Renault también por aquellas fechas. Ejemplos de cómo a partir de los setenta la industria automovilística se preparaba para un proceso de competencia global donde queda poco hueco para los fabricantes independientes.

Simca 5

Stanguellini FIAT Berlinetta

1100B Stella Alpina

Gilco Gianini 750 Siluro

Alfa Romeo 1900L

OSCA MT4

Justo aquello en lo que Italia fue extremadamente abundante. Con multitud de carroceros independientes, pequeños fabricantes de modelos en series cortas y preparadores que no paraban de hacer piezas únicas sobre bases FIAT. Así las cosas, su industria automovilística es todo un reto para los seguidores de rarezas, modificaciones y diversas arqueologías del motor. Característica que puede verse cada en año en lugares como la Feria de Milán, donde nuestro fotógrafo Unai Ona ha captado una buena lista de singularidades italianas.

Lancia Ardea Furgoncino

NSU Prinz 600 Cabrio

FIAT Abarth Zagato GT750
HACIENDO PARTICULAR LO GENERAL. CREACIONES SOBRE BASE FIAT
En la historia del automovilismo europeo pocos modelos ha sido tan masivos como los utilitarios y berlinas de FIAT. Responsables de motorizar sociedades enteras desde los años veinte, estos vehículos cuentan en su genealogía con los famosos 509, 508 “Balilla”, 1100 y 600. De todos ellos el más antiguo es el 509. Presentado en 1925 y del cual se llegaron a vender 90.000 unidades en tan sólo cuatro años. Además, la eficacia de su mecánica y la versatilidad de su chasis hicieron posible la coexistencia de variantes tan distintas como las preparadas para taxi o la Spinto Monza pensada para las carreras.

Ambas preparadas por la propia marca. No obstante, como FIAT ofrecía la posibilidad de vender el chasis desnudo el 509 también fue base para todo tipo de creaciones hechas a mano por pilotos aficionados o pequeñas escuderías. Una senda continuada por el 508 “Balilla” de 1932. Modelo que incluso llegó a ser soporte de interesantes ensayos aerodinámicos, aunque en la propia gran serie ya se ofrecía en acabados berlina, coupé, spider y torpedo. Una panoplia de carrocerías donde algunos no encontraron justo lo deseado, haciendo de forma artesanal modelos como el Balilla Siata.

Balilla de serie

Un modelo de carreras firmado por la marca turinesa fundada en 1926, la cual hasta que hiciera sus propios deportivos tras la Segunda Guerra Mundial se enfocó en afinar modelos FIAT. La misma especialidad tomada por Carlo Abarth, cuyas intervenciones sobre el 600 son de sobra conocidas a espera de las sorpresas siempre encontradas en la Feria de Milán. Y es que aquí se dejó ver una rarísima unidad del FIAT Abarth 600 descapotable dotada de una generosa bancada trasera. Ideal para enlazar curvas bajo el sol de la costa italiana aunque algo atrevida si el objetivo es meterla a carreras.