*NANO*
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La carrera como empresario en el mundo de la moda de Fernando Alonso no ha tenido el éxito que el asturiano esperaba: su marca, Kimoa ha acumulado unas pérdidas de 3 millones de euros desde que fue fundada y, por eso, el piloto ha decidido venderla.
Kimoa fue lanzada en 2017 como una marca de ropa con un enfoque ecológico y sostenible, de carácter urbano, y que ha sido promocionada principalmente Alonso, que no ha desaprovechado casi ninguna de sus apariciones públicas para lucir alguna de sus prendas. Aunque originalmente solo vendía textil (camisetas y gorras), ha ido expandiendo su oferta sumando gafas de sol y de esquí, ropa para hacer ciclismo e incluso patinetes eléctricos.
A pesar de ello, no ha servido para mejorar su trayectoria. Un año después de su fundación, en 2018, consiguió su mejor ejercicio con unos ingresos de 1,2 millones de euros. Sin embargo, en lugar de seguir una trayectoria ascendente, en 2019 la cifra bajó a 1,1 millones (-11%) y en 2020 a 843.000 euros (-20%).
De esta manera, las pérdidas acumuladas en estos cinco años han sido de tres millones de euros, suficiente como para que Fernando Alonso haya decidido vender la empresa (Quimoalar) a Revolution Brands, compañía estadounidense que, entre otras, es dueña de SimplyEV, especializada en moda urbana y patinetes eléctricos.
La venta contempla el 75% del capital, mientras que el 25% restante seguirá en manos de Alonso, que además continuará siendo embajador de la marca.
El piloto, en la nota de prensa que oficializaba la transacción, ha señalado que “creamos Kimoa con un alma sostenible y un espíritu de no rendirse nunca, inspirado en los deportes de motor. Es un honor seguir llevando el logotipo de Kimoa, construyendo la marca y dando la bienvenida a la familia a todos los que comparten nuestra visión”.
Kimoa fue lanzada en 2017 como una marca de ropa con un enfoque ecológico y sostenible, de carácter urbano, y que ha sido promocionada principalmente Alonso, que no ha desaprovechado casi ninguna de sus apariciones públicas para lucir alguna de sus prendas. Aunque originalmente solo vendía textil (camisetas y gorras), ha ido expandiendo su oferta sumando gafas de sol y de esquí, ropa para hacer ciclismo e incluso patinetes eléctricos.
A pesar de ello, no ha servido para mejorar su trayectoria. Un año después de su fundación, en 2018, consiguió su mejor ejercicio con unos ingresos de 1,2 millones de euros. Sin embargo, en lugar de seguir una trayectoria ascendente, en 2019 la cifra bajó a 1,1 millones (-11%) y en 2020 a 843.000 euros (-20%).
De esta manera, las pérdidas acumuladas en estos cinco años han sido de tres millones de euros, suficiente como para que Fernando Alonso haya decidido vender la empresa (Quimoalar) a Revolution Brands, compañía estadounidense que, entre otras, es dueña de SimplyEV, especializada en moda urbana y patinetes eléctricos.
La venta contempla el 75% del capital, mientras que el 25% restante seguirá en manos de Alonso, que además continuará siendo embajador de la marca.
El piloto, en la nota de prensa que oficializaba la transacción, ha señalado que “creamos Kimoa con un alma sostenible y un espíritu de no rendirse nunca, inspirado en los deportes de motor. Es un honor seguir llevando el logotipo de Kimoa, construyendo la marca y dando la bienvenida a la familia a todos los que comparten nuestra visión”.
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