AGUA (a 90ºC) 4,205 AGUA 4,184 AGUA-ETILENGLICOL 50% (a 90ºC) 3,600 AMONIACO 3,263 ETILENGLICOL (a 90ºC) 2,700 ALCOHOL 2,438 ETILENGLICOL 2,382 ACETONA 2,176 ETANOL 1,925
El fluido conocido con mayor capacidad calorífica es el agua, pero su uso tiene inconvenientes como su punto de ebullición, el de congelación y que favorece la corrosión de los componentes del motor. Por lo tanto, se han buscado soluciones a estos problemas.
Hasta finales de los años 30, la mezcla de metanol y agua fue el anticongelante más usado. Tenía buenas propiedades ante la congelación, pero un bajo punto de ebullición y capacidad calorífica, siendo considerablemente peor refrigerante que el agua sola. Además, el metanol se evaporaba con facilidad por lo que reducía su concentración.
A partir de 1937 se empezó a usar el etilenglicol como
anticongelante, un tipo de alcohol que proporcionaba además al refrigerante un mayor punto de ebullición, siendo así útil tanto en invierno como en verano. Este es el componente usado actualmente, ya que sus propiedades son mejores que las de los otros alcoholes, teniendo una temperatura de ebullición de 197ºC en estado puro. Desgraciadamente su calor específico y conductividad térmica son inferiores a la del agua. Por esta razón se usa en dilución con agua destilada. Este componente representa el 90% de un
refrigerante concentrado. El resto está formado por aditivos inhibidores de la corrosión, anti-espumantes, colorantes, anti-oxidantes, anti-cal, estabilizantes, conservantes, etc.
PROPIEDADES
Con los motores modernos cada vez se exige más a los
anticongelantes, ya que tienen que soportar mayores temperaturas de trabajo debido a las altas potencias y prestaciones actuales. También se les dificulta su trabajo con el uso de distintos metales en los circuitos de refrigeración, como el aluminio, acero de distintos tipos, cobre, latón o aleaciones de otros metales.
El líquido refrigerante tiene un papel más importante en verano que en invierno, aunque normalmente se sobrevalora de forma equivocada su función anticongelante, la cual, en muchas ocasiones ni se llega a usar.
Las principales propiedades que debe tener un buen líquido refrigerante son:
- Una
gran capacidad calorífica que permita la conductividad térmica necesaria para evacuar el calor sobrante del funcionamiento del motor.
- Un
punto de ebullición elevado. Se consigue con el uso de etilenglicol como hemos explicado antes, y sometiendo los circuitos a presurización, aumentando así notablemente la temperatura de ebullición. Esta debe situarse por encima de la temperatura de funcionamiento del motor. Si el refrigerante entra en ebullición se generan burbujas y cavitación, que producen el aumento de presión y temperatura en el circuito. Estas burbujas provocan corrosión e impiden la transferencia de calor entre el motor y el refrigerante.
- Una
temperatura de congelación baja. La congelación del refrigerante provoca un aumento de volumen que puede generar fisuras en los componentes del circuito, incluido el motor. Para evitar que esto se dé, los bloques de motor disponen de tapones de seguridad que absorben el aumento de volumen desprendiéndose o rompiéndose.
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Propiedades anticorrosivas para evitar la formación de óxidos que producen depósitos sólidos que pueden llegar a obstruir el circuito, además de la destrucción de los elementos atacados. Actualmente el aluminio es usado con frecuencia en la fabricación de motores, lo que hace aún más importante esta cualidad, ya que este material es muy sensible a la corrosión.
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Propiedades anti-incrustantes que impidan la deposición de sales de calcio y magnesio. Estos depósitos empeoran el intercambio de calor entre el motor y el refrigerante. Muchas veces, al utilizar un
anticongelante con buenas propiedades desincrustantes se produce el desprendimiento de depósitos generados anteriormente. Pueden aparecer entonces restos de aspecto oleoso en el depósito del líquido refrigerante. Este fenómeno indica una buena calidad del producto, y no lo contrario como muchas veces se cree.
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Propiedades antiespumantes que se obtienen añadiendo aditivos como las siliconas, que aumentan la tensión superficial limitando la aparición de la espuma.
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Viscosidad baja que permita la fácil circulación por el sistema de refrigeración.
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Compatibilidad con los materiales usados en el circuito, como gomas, plásticos, etc. Los refrigerantes con base etilenglicol son muy poco agresivos con estos materiales, pero los que tienen bases de otros compuestos, como los aceites minerales, pueden provocar reblandecimiento e hinchamiento de las juntas y manguitos.
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Respetuosos con el medio ambiente. En la actualidad se han mejorado para reducir su impacto ambiental y resultar menos nocivos para el hombre con la utilización de nuevas formulaciones con aditivos orgánicos, que a la vez consiguen productos más estables que tardan más en descomponerse, ampliando su vida útil. Aun asi, los refrigerantes con base de etilenglicol son venenosos y para evitar su ingestión suelen añadirse agentes que producen un sabor amargo desagradable.
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Reserva alcalina capaz de neutralizar el ataque de los compuestos ácidos que alteran el pH del refrigerante, con la consecuente pérdida de propiedades.
Respecto al colorante, aclarar que no indica las características del producto ni la compatibilidad con otros refrigerantes. Solo cumple una función diferenciadora y facilita la detección de fugas. Varios productos con las mismas características técnicas pueden tener colores distintos o al revés, dos productos incompatibles o con características distintas pueden tener el mismo color.
CONCENTRACIONES
Las propiedades del
anticongelante varían en función de su concentración, a mayor cantidad de agua mayor capacidad refrigerante, pero menor protección anticorrosiva y efecto anticongelante. A mayor cantidad de etilenglicol, menos capacidad refrigerante, pero mayor poder anticorrosivo y anticongelante, además de menores perdidas por evaporación.
El líquido refrigerante se comercializa en gran cantidad de formatos, pero se pueden hacer dos grandes grupos:
concentrado o de
uso directo. El
concentrado está concebido para ser diluido en agua por el usuario con la concentración que necesite. Lo más aconsejable es que se añada agua destilada para hacer la mezcla, y si no se dispone de ella, con agua para el consumo humano con la menor cantidad de minerales e impurezas posible. En algunos casos, el fabricante contempla en las características del producto si esta previsto su uso con agua corriente.
La siguiente tabla puede usarse como guía orientativa para calcular las proporciones de
anticongelante puro y agua, pero es cada fabricante el que debe indicar las características de su producto.
El refrigerante de
uso directo viene preparado para que el usuario no tenga que hacer nada, únicamente verter el producto en el circuito. Este se comercializa en numerosas concentraciones
50%, 40%,
30%, 25%, etc. Este porcentaje hace referencia a la cantidad de anticongelante en el producto final, es decir, que un producto al 30%, tiene 30 partes de anticongelante y 70 de agua.
En los vehículos actuales no es recomendable una concentración inferior al
30% (-18ºC). La proporción más aconsejable es al
50% (-40ºC).
La mejor capacidad
anticongelante se obtiene con una concentración del 67%, y se consigue una temperatura de congelación de -70ºC. A partir de esta concentración, la temperatura de congelación se eleva, por lo que no se debe sobrepasar esta proporción.
El resto de propiedades protectoras también aumenta con la concentración y el punto de ebullición llega a los 140ºC.
RECOMENDACIONES
Por norma general se recomienda cambiar el
anticongelante cada dos años, de no ser que el fabricante especifique lo contrario.
Esta recomendación no se debe a que el refrigerante pierda propiedades anticongelantes, sino las de protección anticorrosiva y antiebullición que son reducidas por el ataque de los compuestos ácidos provenientes tanto de la oxidación, como de los gases de la combustión. La perdida de estas propiedades puede dañar componentes del sistema como radiador, conductos, termostato, etc.
Es necesario sustituir el líquido refrigerante después de cualquier reparación del circuito, ya sea en el motor, manguitos o radiadores, porque el producto puede entrar en contacto con agentes que lo contaminen y reduzcan su pH, lo que genera la perdida de las propiedades citadas.
Es importante destacar que algunos tipos de
anticongelantes son incompatibles entres si y solo pueden ser mezclados con otros del mismo tipo. Esta información la suele dar el fabricante en la etiqueta, diciendo si es compatible o no con otros productos.
Estos líquidos refrigerantes tienen base de agua, por lo que es muy fácil su manipulación fraudulenta aumentando la cantidad de esta. Hay en el mercado muchos productos con más cantidad de agua de la indicada y con muy pocos aditivos. Por lo que recomendamos usar siempre líquidos refrigerantes de calidad, de una buena marca y con homologación de garantía.
Esperamos que este articulo no os haya resultado demasiado pesado y os resuelva todas las dudas que pudieseis tener sobre los
anticongelantes. Si tenéis alguna más o algo no queda lo suficientemente claro, no dudéis en decirlo.