Guerra de Ucrania – Día 1288
Sep 3, 2025
La última jornada ha dejado nuevas declaraciones por parte de Putin en el marco de su visita a China. En este caso, «invitando» a Zelenski a que acuda a Moscú para negociar, una posibilidad que ya fue descartada por razones lógicas por el Gobierno ucraniano días atrás. Zelenski, mientras tanto, ha viajado a Dinamarca para reunirse con los líderes nórdicos y bálticos, desplazándose posteriormente hasta París para ser recibido por Macron, todo ello en preparación de la reunión de la «Coalición de Voluntarios». El francés, dicho esto, ha confirmado que los trabajos preparatorios relativos a las garantías de seguridad a Ucrania ya han concluido, por lo que hablarán con Trump en breve, una vez concluya la citada cumbre. Y, al margen de todo esto, mientras Rusia vuelve a lanzar una nueva oleada masiva de drones y misiles contra el corazón de Ucrania, el asunto más llamativo del día a nivel militar tiene que ver con un fenómeno que lleva semanas incrementándose: la «guerra de banderas».
Como cabía esperar, por los datos que iban trascendiendo durante la jornada anterior, el último recuento de drones y misiles lanzados por Rusia sobre Ucrania se corresponde
con un nuevo ataque masivo. En total, habrían sido 526 los vectores, incluyendo 502 drones de la familia Shahed, 16 misiles de crucero Kalibr-P y 8 misiles de crucero Kh-101 los empleados por Rusia. De este total,
los ucranianos afirman haber derribado o neutralizado 430 drones, 14 misiles Kalibr y 7 Kh-101.
Los ataques han dejado, un día más, daños
en diversos puntos de Kiev, incluyendo
objetivos industriales al norte de la región. También
explosiones e incendios en Znamyanka, en la óblast de Kirovogrado o en Ivano-Frankivsk,
en donde ha sido atacado un polígono industrial. En Khmeknytskyi, por su parte, impactaron
3 misiles de crucero Kh-101 según algunas fuentes, siendo alcanzada la empresa Kation. En Járkov, para finalizar,
fue atacado el distrito de Nemyshlyansky.
Por supuesto, también fueron empleadas
decenas de bombas planeadoras, una de las cuales al menos
causó un fallecido en Nikopol, mientras que otra
dejó idéntico resultado en Jersón. Además, un ataque contra Konstyantynivka se ha convertido en el más mortífero de la jornada, dejando al menos 7 muertos y 9 heridos,
en este caso como consecuencia del fuego artillero.
Del lado contrario, apenas se ha registrado un ataque con un dron táctico ucraniano contra
un camión cisterna ruso en Vuhlehirsk, en la región de Donetsk. Además, se
ha vuelto a registrar actividad de los Bayraktar TB-2 turcos en el Mar Negro y en la desembocadura del Dniéper, tomando parte en la pequeña guerra paralela de incursiones que unos y otros llevan protagonizando un par de años. Y, por último, también ha sido noticia que el gobernador de Bélgorod ha prohibido a sus ciudadanos que compartan imágenes en las redes sociales de los ataques ucranianos con drones,
salvo que se trate de las fotografías oficiales.
En suma,
un Putin al parecer en busca de la inmortalidad (
lo que está siendo motivo de mofa, siendo casi
imposible no pensar que se ha dejado embriagar por futurólogos como Ray Kurzweil) sigue dando largas a las negociaciones mientras presiona por la vía militar, dejando cada vez más claro que está dispuesto a tomar el resto de Donetsk por la fuerza, si no se lo ceden en los despachos. Y, como parte de esa presión, como se ve en el gráfico sobre estas líneas,
ha seguido incrementando el número de lanzamientos de armas de largo alcance, haciendo crecer no sólo la presión sobre Ucrania, sino también sobre sus aliados,
de los que Zelenski intenta obtener más apoyo material.
Al fin y al cabo, bajo toda la retórica de la defensa de los derechos humanos o las causas profundas del conflicto, lo que se esconde es la ambición de integrar en Rusia las regiones tradicionalmente rusoparlantes de Ucrania, independientemente de que, como hemos explicado en varias ocasiones, Rusia busque también un nuevo equilibrio y una nueva arquitectura de seguridad en Europa que le sean cómodas.
Mientras tanto, al tiempo que mantiene la ofensiva, aunque a menor ritmo en estas últimas semanas ya que
deben reorganizar sus fuerzas (
hay incluso quien habla de la mayor reorganización desde 2022) debido al desgaste acumulado, el Kremlin seguirá sosteniendo o incluso incrementando su campaña híbrida (palabra maldita, pues se ha convertido en un cajón de sastre sinsentido a base de ser utilizada por parlanchines y vendehúmos varios) en Europa, ya que es en la UE en donde más escollos está encontrando Putin para hacer realidad sus planes.
Una actividad que, como se ve en la siguiente imagen,
compartida como parte de un estudio más amplio por el IISS, ha sido intensa desde antes de que comenzara la invasión de Ucrania.
Pasamos ahora
a hablar sobre la realidad en el frente, comentando un tema al que hemos hecho varias referencias en las últimas semanas, pero que se ha convertido prácticamente en tendencia en las últimas horas:
la guerra de banderas.
A lo largo de esta guerra, en numerosas ocasiones -especialmente los rusos, pero no sólo- se han ido publicando imágenes de un par de soldados o un grupo pequeño (no más de un pelotón) colocando una bandera en determinada población, que poco tiempo después era «retomada» por el contrario, entre otras cosas porque el atacante nunca había sido capaz de ejercer un control efectivo y según colocaban la bandera, si no eran neutralizados, se retiraban rápidamente. El caso es que en las últimas semanas esta práctica se ha venido llevando al extremo, entre otras cosas porque los cambios que se han introducido, con la apuesta por los DRGs, lo facilita.
El problema es que este proceder multiplica las dificultades a las que se enfrentan los mappers y contribuye a complicar la evaluación de la situación real en el frente. Además, hay que entender que tiene una razón de ser clara, que es de índole psicológica y propagandística: Rusia pretende dar una imagen de avances constantes que no son tales, ya que en muchos casos se revierten (sólo hay que ver las líneas en torno a Pokrovsk en los últimos meses y su estabilidad general pese al riesgo permanente que corre la ciudad), aprovechando que el auge de la drónica y la apuesta ucraniana por ella ha creado extensas zonas de nadie.
Esto nos lleva directamente al frente, pues en Kupiansk
distintos DRGs rusos han izado banderas en puntos de la ciudad. Esta, como sabemos, venía siendo asediada desde tiempo atrás, especialmente desde el norte y el noroeste (un fallo ucraniano fue no ser más firmes en la defensa del curso norte del Oskil). Pese a ello,
no hay ningún indicio de que los rusos hayan tomado zonas céntricas, si bien las banderas colocadas en los alrededores permiten sembrar la duda en las redes y sirven para consumo interno.
Lo que hay, en realidad, son muchas zonas grises, a la espera de un previsible contraataque ucraniano que intente restablecer las líneas,
que en parte ya estaría en marcha.
En dirección a Konstyantinivka,
se vuelve a hablar de contraataques ucranianos hacia Stupochky, si bien lo cierto es que parece simplemente que algunos
mappers están recogiendo eventos ahora que tuvieron lugar días atrás.
En dirección a Dobropillia, los contraataques ucranianos de las últimas semanas seguirían según algunos dando frutos,
logrando al parecer atacar la base del saliente ruso, alcanzando Boikivka. Sin embargo, hay que tomar estos datos con precaución, porque lo que aplica a los DRGs rusos y la guerra de banderas, es también extrapolable a las AFU en este caso. De hecho, hay fuentes que dan una imagen totalmente opuesta, registrando avances rusos hacia el oeste en la base del saliente,
concretamente hacia Nove Shakove, al tiempo que
hacen lo propio al noreste, hacia Shakove, que sería su principal objetivo a corto plazo en el sector.
En Myrhorad/Pokrovsk, siguen los enfrentamientos particularmente al este,
en la zona de Myrne, con nuevos contraataques ucranianos. Al sur,
los rusos habrían retomado el control de Leontovychi, volviendo por tanto a la situación de dos semanas atrás.
En cuanto al Vovcha, las últimas horas habrían dejado diminutos progresos rusos
en Tolstoi, en la parte norte del sector, y hacia Vorone, más al sur. También, al norte del Vovcha, choques nuevamente en Dachne,
cuyo control reclaman ambos bandos, siendo también escenario de la guerra de banderas.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
“Si Zelenski está listo, que venga a Moscú”. Esta ha sido precisamente una de las
declaraciones estrella de la jornada realizada nada más y nada menos que por el presidente Putin, todavía de visita en China.
De este modo, el líder ruso ha señalado que está abierto a reunirse con su homólogo ucraniano, pero, eso sí, en Moscú, aunque ello no ha sido óbice para que, además, siga cuestionando la legitimidad de Zelenski. De hecho, Putin comentaba que conformarse con reunirse con “el actual jefe de la administración sería un callejón sin salida”.
Por otro lado, el mandatario ruso
ha declarado que existe la posibilidad de poner fin a la guerra por la vía diplomática “si prevalece el sentido común, será posible acordar una solución aceptable”, siendo esta su preferencia. Al mismo tiempo ha dejado claro que si las conversaciones con Kiev fracasan, tendrán que resolver sus problemas militarmente enfatizando que “Todos los grupos de las fuerzas armadas rusas están a la ofensiva” en todos los sectores del frente.
Además,
ha dedicado unas palabras a Occidente criticando al bloque de estar intentando “eludir su responsabilidad” por “la tragedia que está ocurriendo” en Ucrania y les acusa de ser los culpables de haber llegado esta situación al ignorar completamente los intereses de Rusia en materia de seguridad. En este sentido, Putin ha subrayado que jamás permitirán que se trate a su país con tanta indiferencia.
Estas declaraciones, además, hay que contextualizarlas, dado que el líder ruso las ha hecho después de asistir al desfile militar en Pekín en el que Xi Jinping
declaraba que “La humanidad se enfrenta una vez más a una elección entre la paz o la guerra, el diálogo o la confrontación”. Además, ha sido la primera vez en la que Putin ha aparecido en público simultáneamente con los líderes chino y norcoreano.
Según la jefa de la diplomacia europea, esta aparición y reunión entre los tres líderes no solo envía “señales antioccidentales”, sino que también es un “desafío directo al sistema internacional basado en normas, y esto no es solo simbólico”. Por tanto, Kallas sostiene que “Estas son realidades que Europa debe afrontar”.
En el caso del líder juche, este
ha declarado que Corea del Norte apoyará a Rusia en la defensa de su soberanía e integridad territorial y los intereses de seguridad del Estado, considerándolo una “deuda fraternal” y mantenimiento de su compromiso con el cumplimiento del tratado bilateral suscrito por ambos países.
Desde Washington mientras tanto, el presidente Trump reunido con el presidente polaco, Karol Nawrocki,
ha lanzado el siguiente mensaje al líder ruso: “Él sabe cuál es mi postura…Dependiendo de la decisión que tome, estaré contento o descontento, y si no estamos contentos, algo pasará”.
A colación de Polonia, Trump también
ha comentado que EE. UU. podría desplegar más tropas en el país “si quieren”, que les apoyarán y ayudarán a protegerse, enfatizando que la presencia seguirá y que están alineados con Varsovia.
El ministro de Exteriores de Ucrania no ha dudado en comentar en redes sociales que Putin “sigue burlándose del mundo al hacer propuestas inaceptables a sabiendas”. Así, critica que Putin proponga Moscú para una reunión con Zelenski cuando hay siete países que están dispuestos a acoger las conversaciones, a saber: Austria, el Vaticano, Suiza, Turquía y tres Estados del Golfo.
Por otro lado, la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova,
ha declarado en Vladivostok que las garantías de seguridad solicitadas por el presidente Zelenski son “absolutamente inaceptables” defendiendo que “Estas no son garantías de seguridad para Ucrania, sino una amenaza para el continente europeo”. Sobre este tema añadía, además, que “Rusia no tiene intención de discutir ninguna intervención extranjera en Ucrania, sea cual sea su forma y formato, que sea totalmente inaceptable y menoscabe la seguridad”.
Siguiendo con este asunto, el presidente Macron
ha recibido al presidente Zelenski en París en la que es su octava visita al país y en vísperas de la reunión de la Coalición de Voluntarios de la próxima jornada a las 10:30h. Por tanto, el objetivo del encuentro bilateral era el de alinear posiciones y discutir sobre las garantías y también el apoyo de defensa, el endurecimiento de las sanciones y la exploración de distintas formas para hacer uso de los activos rusos congelados en beneficio de Ucrania. Además, se ha anunciado que, tras finalizar la reunión de la Coalición, a las 14:00 Zelenski y los líderes europeos llamarán al presidente Trump. Posteriormente, a las 15:00 hay convocada una rueda de prensa en el Elíseo.
No obstante, hay que tener que en cuenta que ya incluso antes de esta jornada clave, el
líder francés ha confirmado al recibir al líder ucraniano que tras un largo periodo de trabajo preparatorio que ya “ha finalizado” los europeos están “dispuestos” a dar garantías de seguridad a Ucrania y a su población “el día de la firma de un acuerdo de paz”.
Más concretamente y siendo las palabras sobre este asunto especialmente importantes, Macron ha declarado que “Europa está presente, por primera vez, con este nivel de compromiso e intensidad”, así como que “las contribuciones preparadas, documentadas y confirmadas esta tarde por los ministros de defensa de forma extremadamente confidencial me permiten afirmar que este trabajo preparatorio ha finalizado. Ahora recibirá el respaldo político y nos permite afirmar con firmeza (…) que estamos listos para una paz sólida y duradera para Ucrania y para los europeos”. Sin embargo, afirma que ahora la cuestión es conocer “la sinceridad de Rusia y sus sucesivos compromisos cuando propuso la paz a EE. UU.”, ya que hasta ahora no han visto ninguna señal de Moscú de que quiera poner fin a la guerra. Sus declaraciones las completó diciendo que está convencido de que tanto Europa como EE. UU. ayudarán a Kiev a aumentar la presión sobre Rusia para avanzar hacia una solución pacífica.
Pese a que la visita de Zelenski a París era la más esperada, ello no significa que haya sido la única de la jornada. De hecho, el presidente ha comenzado el día dirigiéndose a Dinamarca, donde se ha reunido
con la primera ministra Mette Frederiksen para discutir sobre las sanciones y el apoyo militar, incluidos el modelo danés, la iniciativa PURL y la implementación de los acuerdos sobre la producción de armamento entre Ucrania y Dinamarca. Es más, Zelenski resaltó que Dinamarca ha sido el primer país en abrir plantas conjuntas con Ucrania para producir armamento para las AFU.
Durante la rueda de prensa conjunta, el presidente Zelenski ha hecho referencia a las futuras garantías de seguridad señalando que tienen una base sólida en forma de acuerdos bilaterales y que comparten la opinión de que la seguridad futura del país requiere una disposición similar a la del Artículo 5 de la OTAN. Además, recordaba que el presidente Trump dio un plazo de “unas semanas”, dos o tres como máximo, para tomar una decisión respecto de las sanciones contra Rusia si no se sienta a la mesa de negociaciones. Por tanto, es importante tener en cuenta que este nuevo plazo de dos semanas que Trump se dio finaliza durante la próxima jornada.
Por otro lado, ha descartado cualquier cesión territorial diciendo que “no existe un enfoque razonable para los intercambios territoriales” de modo que mientras que “para algunos, es solo un territorio; para nosotros, es nuestra vida, nuestra historia, nuestra Constitución. Son hogares, familias, muchos aspectos muy sensibles para Ucrania”.
Igualmente, la razón de Zelenski para ir a Dinamarca es que la primera ministra había convocado una reunión
con los líderes nórdicos y bálticos para discutir sobre la defensa de Ucrania mientras continúa la guerra y en el futuro, y sobre las garantías de seguridad, aunque también han tocado el tema de las sanciones y la adhesión de Ucrania a la UE.
Mientras tanto en Kiev, el ministro de Defensa Denys Shmyhal
ha recibido a su contraparte británica, el secretario John Healey, para discutir sobre las garantías de seguridad y continuar alineando posiciones teniendo en cuenta que el primer ministro Starmer co-lidera la Coalición de Voluntarios, así como sobre las medidas para fortalecer la cooperación en defensa.
Es más, el Reino Unido
ha anunciado nuevas sanciones durante la jornada dirigidas contra ocho funcionarios y tres organizaciones rusas involucradas en la deportación, rusificación y militarización de niños ucranianos.
Pasando al plano energético, ya que durante la jornada
ha entrado en vigor el nuevo tope al precio del petróleo ruso que se acordó como parte del 18º paquete de sanciones de la UE contra Rusia. Por tanto, el límite ahora queda fijado en 47,6 dólares por barril en lugar de los 60 dólares anteriores.
Para concluir, ha tenido lugar la
reunión inaugural del Comité Directivo del Fondo de Inversión para la reconstrucción integrado por tres representantes estadounidenses y tres ucranianos. En el caso de EE. UU. es interesante destacar que los miembros son el propio secretario del Tesoro, Scott Bessent, el jefe de Gabinete y responsable de inversiones del DFC, Conor Coleman, y el vicepresidente y asesor general del DFC, Robert Stebbins. Inaugurado el Comité, el próximo paso consistirá en la identificación de proyectos para las primeras inversiones piloto del Fondo que se discutirán cuando los miembros estadounidenses viajen a Kiev este septiembre.