Noticia Los desconocidos coches a leña

RADASON

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Los desconocidos coches a leña

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Tiempos de la Segunda Guerra Mundial. El planeta dividido en dos bandos y los ejércitos devorando los combustibles fósiles en la batalla. Ante la escasez de la gasolina, los usuarios particulares tenían que ingeniárselas para poder utilizar los vehículos y como de la necesidad nace el ingenio, comenzaron a popularizarse los llamados «coches a leña«. No eran una solución elegante ni plenamente respetuosa con el medio ambiente, pero su eficacia era sorprendente y su autonomía parecida a la de los actuales vehículos eléctricos.

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Según los cálculos estimados, solo en Alemania llegaron a coincidir en las carreteras 500.000 de estos automóviles. Para abastecerlos, el Gobierno germano instaló una red de 3.000 puestos de recarga, que además de los vehículos privados también eran frecuentados por camiones, autobuses, tractores o motocicletas. Incluso algunos tanques, farrocarriles y grandes barcos fueron equipados con las llamadas «unidades de gasificación de madera«, aunque en líneas generales, para la maquinaria de guerra, los alemanes seguían optando por los combustibles tradicionales.

En 1942 había contabilizados 73.000 vehículos a leña en Suecia, 65.000 en Francia, 10.000 en Dinamarca, 9.000 en Austria y Noruega y al menos 8.000 en Suiza. En 1944 por las carreteras de Finlandia circulaban 43.000 de estos automóviles, de los cuales 30.000 eran autobuses y camiones, 7.000 vehículos privados, 4.000 tractores y hasta 600 barcos. Su popularidad cruzó las fronteras europeas hasta llegar a Estados Unidos, Asia y particularmente Australia, con más de 70.000 vehículos a leña.

Una vez finalizado el conflicto bélico y con la gasolina nuevamente a disposición de todos, la popularidad de estos coches fue decayendo a ritmo acelerado. A principios de los años 50, tan solo quedaban 20.000 unidades en Alemania Occidental.

Programa de actualización en Suecia
Debido al crecimiento imparable de los precios del petróleo y al devastador efecto de los combustibles fósiles sobre el medio ambiente, decenas de ingenieros amaters de todos los rincones del mundo han transformado vehículos convencionales en coches de gas madera, la mayor parte de ellos localizados en Suecia.
En 1957 el Gobierno escandinavo inició un ambicioso programa para una rápida transformación a vehículos de leña, ante el temor de una inmediata escasez de la gasolina. Suecia no tiene reservas de petróleo pero si cientos de miles de hectáreas de bosques de madera, que podrían ser utilizados como combustible.

El proyecto, auspiciado por Volvo, tuvo como resultado un gran conocimiento y desarrollo tecnológico acerca de esta materia y la fabricación de vehículos y camiones capaces de recorrer hasta 100.000 kilómetros de distancia. Los resultados del estudio fueron publicados en un documento oficial fechado en 1986 y que puede ser consultado en internet.

Un generador de gas de madera convencional puede ser instalado en un trailer o en una plataforma localizada en la parte frontal o trasera del vehículo, siendo esta última la opción más popular en Europa. Además de la madera, estos vehículos también pueden utilizar carbón vegetal, aunque provoca una pérdida del 50% de la energía contenida en la biomasa original. Por otro lado, el carbón vegetal contiene más energía.

Uno de los vehículos más exitosos de gas madera fue fabricado el pasado año por Dutch John. Bautizado como Dutchman´s Volvo 240, está equipado por un moderno sistema fabricado con acero, y es capaz de alcanzar una velocidad máxina de 120 kilómetros por hora, con una velocidad de crucero de 110 km/h. El «tanque de gasolina» contiene 30 kilos de madera, útiles para recorrer una distancia aproximada de 100 kilómetros. Si se utilizan los asientos traseros como parte del tanque, la autonomía puede llegar a crecer hasta los 400 kilómetros.

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Dutchman´s Volvo 240

Vesa Mikkonen es otro de los nombres propios a tener en cuenta. Este ingeniero aficionado transformó un Lincoln Continental Mark V de 1979 en un auto de gas madera con un consumo de 50 kilos de madera a los 100 kilómetros. Mikkonen repitió proeza con un Toyota Camry, mucho más eficiente que su predecesor. El vehículo solo consumía 20 kilogramos de madera en la misma distancia.

El estadounidense Dave Nichols, otra de los pioneros en estos lares, fue capaz de cargar 400 kilos de madera en la parte trasera de un Ford de 1989, que le condecía una autonomía de hasta 965 kilómetros. De acuerdo a los cálculos de Nichols, medio kilo de madera es suficiente para recorrer 1,5 kilómetros.

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Ford de Dave Nichols

Tan convencido estaba de su éxito que fundó su propia compañía, la 21st Century Motor Work, con la que planeó vender su tecnología a gran escala. Nichols llegó a utilizar su camión para generar la electricidad suficiente para alimentar su casa.

Pros y contras

La gran ventaja de este tipo de vehículos es que su combustible principal, la madera, es accesible para casi todo el mundo y no necesita de ningún tratamiento previo. Además, convertir la biomasa en un combustible líquido, como el etanol o el biodiésel, conlleva un mayor consumo de energía y con ello más emisiones de CO2. En el caso de los coches de gas madera, salvo la tala y la recolección de la materia, no es necesaria la utilización de ningún tipo de energía, o lo que es lo mismo, se trata básicamente de carbón neutro, sobretodo cuando la tala y la recolección son hechas a mano.

Por otro lado, los coches de gas madera no requieren de ningún tipo de batería química, una diferencia sustancial con respecto a los vehículos eléctricos. Por último, un generador de gas madera produce menos contaminación que uno de gasolina o diésel.

En el otro lado de la balanza, la deforestación se antoja como el principal inconveniente para la viabilidad de estos automóviles. Buen ejemplo de ello fue lo sucedido en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, en pleno apogeo de estos vehículos, cuando los bosques madereros se vieron seriamente mermados.

¿Tienen futuro los coches a leña?

Durante los años 90 los vehículos de hidrógeno parecían la gran alternativa a los combustibles tradicionales. Después llegaron los eléctricos y asumieron el papel principal. Teniendo en cuenta la constante transformación que vive el sector de la automoción, ¿es factible el regreso de los vehículos de gas madera? Hemos conocido algunos ejemplos actuales de coches movidos por leña.

2-650x445.jpgCoche a leña actual

A pesar de lo que inicialmente se pueda pensar, los vehículos a leña son una opción respetuosa con el medio ambiente, en comparación con otros combustibles alternativos. La gasificación de la madera (que puede realizarse también con otros materiales como el café) es ligéramente más eficaz que la combustión y es que tan solo se pierde el 25% de la energía contenida. Sin embargo, el consumo de energía de un vehículo de gas madera es 1,5 veces superior al de un coche similar impulsado por gasolina, aunque si tenemos en cuenta el transporte y refinado del petróleo, los niveles de eficiencia son muy parecidos. Además, y este es un punto a tener muy en cuenta, a diferencia de la gasolina, la madera es un combustible renovable.
 

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La primera de estas transformaciones nos llega desde Estados Unidos. Un granjero ha cogido su Mercury Cougar XR7 con turbo de 20 años y, con su motor original, ha conseguido que funcione con pellets (madera comprimida) o cualquier otra materia orgánica biodegradable, manteniendo su motor original.

En el maletero del coche han instalado un un gasificador, algo parecido a un horno donde la materia orgánica arde lentamente a alta temperatura, controlada regulando el oxígeno que entra. Los gases resultantes es una combinación de monóxido y dióxido de carbono, hidrógeno y metano, que se enfrian y alimentan el motor de gasolina. El proceso es parecido al de los coches con GLP, aunque aquí el gas que sirve como combustible se produce en el maletero. Pero desde luego, funciona, como podemos ver en el siguiente vídeo:



El coche alcanza 75 km/h (dicen que es el récord mundial). Pero hay porblemas. La densidad energética de la madera es baja, así que se necesitan unos 100 kg de pellets para recorrer 350 km. Además, los gases se producen a temperaturas superiores a 1.300ºC, así que habría que «encender» el coche un buen rato antes de usarlo. Y claro, el enfriado tampoco es instantáneo. Además, habría que ir limpiando constantemente el «horno».
 

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En Suecia se hizo un experimento parecido con un Volvo movido con madera. Un buen final para esos muebles de Ikea (también suecos) que se han quedado viejos, ¿verdad?

Empezaron a construir el coche en la víspera de año nuevo de 2010 y trabajaron duro hasta la primavera para que el sistema de gas de madera y el coche funcionase. Su idea era combinar la industria tradicional de automóviles sueca, y «el ingenio a los agricultores». Los «aventureros» recorrienron con el 5420 kilometros en 20 días, gastando menos de 7 metros cúbicos de madera.

El coche es un Volvo 142 Deluxe de 1968. La familia de Borg (uno de los ingenieros) lo compró en el otoño de 2006 por poco más de 300 euros. La modificación es muy similar al anterior, salvo que su sistema de combustible permite cambiar entre el productor de gas y la gasolina con un interruptor, incluso mientras el coche está funcionando.

Dudábamos de la afirmación del «récord mundial» del Mercury porque estos chicos aseguran que su Volvo de 1460 kilos de peso alcanza 90 km/h (incluso 105 km/h con madera seca Björk). También dicen que, algunas veces es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h. Pueden recorrer hasta 1.000 km con un metro cúbico de madera y, con una sola carga, 70 km. Para arrancar, se necesitan entre dos y diez minutos, dependiendo del frío.

El vídeo no tiene sonido, pero lo hemos elegido porque se ve perfectamente lo «cómodo» que es repostar, conducirlo…

 

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Pero sin duda alguna, de los coches que funcionan con madera, el más entrañable es este que se fabricó en Serbia. Anton Peterka trabajó duro con su equipo (entre ellos estaba su hijo Igor, ingeniero mecánico), para modificar su Yugo 45 de 1985. Querían que pudiera usar madera y carbón como combustible.

El proceso se basa, como los anteriores, en la combustión incompleta de la madera, donde se crea una mezcla de gases tan inflamable como los vapores de gasolina. El mecanismo se fabricó de chapa de acero y pesa 60 kg. Como curiosidad, la tapa es de un tanque de leche, por su adherencia.

Según Peterka, el Yugo es el coche más adecuado para hacer esa transformación, porque tiene un montón de espacio libre alrededor del motor para alojar el ventilador, que se alimenta de la batería del coche y absorve el gas de la cámara de combustión.

La mezcla de gas tiene unos 2.590 kJ de energía, mientras que la mezcla de gasolina 3344 kJ. Así, el motor alimentado por madera no es tan potente y en lugar de 45 CV, se redujo a 28 CV. La velocidad máxima que el Yugo alcanza con este motor es de unos 85 km/h, (por la menor potencia, el aumento de peso y la peor aerodinámica debido a la cámara de combustión externa).

El coche tarda unos 15-20 minutos en arrancar, pero los 35 kg de leña o carbón que caben en la cámara son suficientes para recorrer 150 km. En lugar de un litro de gasolina, gasta 2,5 kilogramos de madera. El consumo medio es de de 20 kg de madera cada 100 km. Peterka asegura además que los gases de escape de la madera tienen componentes menos dañinos y que contamina menos.

Por la salud de los bosques del planeta (poca vida les quedaría si este tipo de motores se extendiese), esperemos que los experimentos de propulsores que funcionan con madera se queden en una anécdota.
 

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Hostia

El coche que funciona con whisky

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Como si de un maestro destilero se tratase, Mickey Nilsson hizo su obra de artesanía poco a poco, recolectando viejas partes de coches que guardaba en su taller. Después de seis meses de trabajo y unas botellas de Maker’s Mark (su marca favorita de whisky), ya tiene listo su coche, que funciona con oro líquido.

“El coche funciona con casi cualquier whisky, pero ronronea de gusto cuando se le carga de Maker’s Mark”, asegura Nilsson refiriéndose con cariño a su coche.

Sólo hay un problema: El precio medio del Maker’s Mark es de 17 € , así que el coche sigue siendo una opción de combustible costosa. Eso sí, en poco tiempo puede resultar ser una buena propuesta como la gasolina siga subiendo en la forma en que se está disparando su precio.
 
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