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Los mejores coches del cine quinqui
A finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado, un género cinematográfico autóctono irrumpió con fuerza en España con directores como Eloy de la Iglesia, José Antonio de la Loma e, incluso, Carlos Saura y títulos como Colegas, Perros callejeros o Deprisa, deprisa. Eran retratos descarnados, aunque no sin cierta ternura, de jóvenes de barrios periféricos que, a base de trapichear para buscarse la vida, acababan convertidos en delincuentes.
Actores como Ángel Fernández Franco, José Luis Manzano o José Luis Fernández "Pirri" encarnaron a aquellos desheredados, confundiendo a menudo los papeles con sus propias vidas. La nueva película de Daniel Monzón, Las leyes de la frontera, coge el testigo de aquel cine en el que había otros protagonistas con mucha presencia: los coches que utilizaban los chavales para cometer sus fechorías y huir de la policía.
De Citroën a Seat
Citroën DS
Conocido popularmente como Tiburón por su singular diseño frontal y su llamativo perfil, parecido a la aleta de un escualo, en la primera entrega de Perros callejeros. El Torete estrella uno al final de la película. Su diseño futurista y las innovaciones técnicas que incorporaba en materia de suspensión, dirección y frenos, hicieron del Tiburón un vehículo adelantado a su tiempo. Gran parte se debió a la audacia del ingeniero francés Andre Lefèvre y del diseñador italiano Flamino Bertoni por haber conseguido fusionar por primera vez tecnología y estética.
Su revolucionario sistema de suspensión hidroneumática es una de las características técnicas asociadas al Tiburón. Sus creadores sustituyeron los tradicionales muelles de amortiguación por esferas, cuya parte superior contiene nitrógeno que asegura la flexibilidad de la suspensión, teniendo en cuenta las irregularidades del firme. La tecnología y precisión de su dirección asistida eran sorprendentemente modernos para la época. Los discos de freno, que sólo se habían visto antes en Las 24 Horas de Le Mans, fueron otras de las innovaciones que el Citroën DS aportó.
Chrysler 150
La secuencia inicial de Perros Callejeros II es una impresionante persecución entre un Seat 124 (del que hablamos más abajo) camuflado de la policía y un Chrysler 150. Su diseño, presentado en 1975, tenía unas formas muy de la moda de la época, con una vista de perfil que recordaba a otros modelos como el Passat o el Lancia Gamma.
Se caracterizaba por sus ventanillas laterales sin derivabrisas y un cristal de custodia muy característico y parecido entre todos esos modelos. Su calidad de fabricación era muy buena para la época. Su disposición mecánica era bastante moderna y sus motores muy fiables.
Se ofrecía con dos mecánicas: el básico equipaba el mismo motor de los Simca 1200, un 4 cilindros transversal de 1.294 cc y 68 CV, mientras que las versiones superiores su cilindrada y potencia subía hasta los 1.442 cc y 85 CV a base de alargar la carrera de los cilindros en 8 mm, lo cual mejoraba mucho el par motor y la respuesta a medio régimen. Al final de su vida comercial llegaría un 1,6 y también un diésel de origen Peugeot.
Renault 12
Uno de los coches que roban Pablo y Ángela, los protagonistas de Deprisa, deprisa. Se presentó en el Salón de París de 1969 y su génesis fue el proyecto 117, que proponía un coche económico, poco sofisticado, fácil de fabricar, con motor modesto, amplio, fiable y aceptable para el estándar francés. Tuvo una versión berlina y otra familiar, junto a una versión comercial.
Todas las mecánicas del R-12 fueron de cuatro cilindros y colocadas longitudinalmente por delante del eje delantero, pero con tracción delantera. El motor básico fue un 1.3 con 54 CV de potencia y tres marchas. Los modelos básicos eran los L, TL y S, este último solo en España. Con un peso de menos de 1.000 kg en vacío, el motor era suficiente para las exigencias de la época.
Seat 124
La auténtica estrella motorizada del cine quinqui, ya que aparece en prácticamente todas las películas del género, desde Volar por los aires hasta Taxi. En 2018 cumplió su cincuenta aniversario como el gran mito de la automoción española que es.
Montaba un motor de 1.2 litros ligado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades. Sus 60 CV de potencia pasaban a las ruedas traseras y, aunque puedan parecer pocos, eran suficientes para mover con soltura sus 855 kg de peso. Por no hablar de su completo equipamiento o de su comodidad.
En sus 14 años de comercialización se fueron sucediendo múltiples versiones. Un año después de su lanzamiento es presentado el SEAT 1430, con el que comparte bastantes componentes. También en ese momento se ponía a la venta la versión ranchera, conocida como 124 5 puertas, que ofrecía un mayor espacio. En 1970 llega el SEAT 124 Sport Coupé 1600, una variante de dos puertas con cuatro plazas y más cilindrada, que introducía una quinta marcha por primera vez en un modelo español.
Seat 131
En Deprisa, deprisa, dos de sus protagonistas roba uno. Fue el sucesor de otro mito, el 124, y resultó un paso adelante en las aspiraciones de la clase media española, estando en producción entre 1975 y 1984. Se trataba de un derivado del Fiat 131 que se presentó en el Salón del Automóvil de Barcelona de 1975 y que desde su irrupción en el mercado español conquistó al cliente gracias a una imagen más moderna, elegante y atractiva que la de sus hermanos.
Al año siguiente fue nombrado coche del año en España, utilizando de forma exclusiva motores del Fiat 124 S y del 132. La gama mecánica tenía sus versiones de acceso en el motor de 1438 cc., encontrando además un bloque de 1592 cc que se acercaba a los 100 CV.
Llegaron después las versiones 1800 de 107 CV y también opciones con motor de hasta 1995 cc. La versión diésel aparece en 1978. En sus años de vida, el Seat 131 contó con hasta tres series, todas ellas mejorando la anterior. En 1984 llegó el final de su vida comercial y la marca lo sustituyó por el Seat Málaga.
Seat Ritmo
https://youtu.be/TrgxT-EMKaM
Tiene sus grandes momentos de gloria en la trilogía de Perros callejeros, en la que protagoniza varias persecuciones. Se presentó en mayo de 1979, en el Salón de Barcelona, y se puso a la venta en julio. Tenía el mismo diseño, aunque con variaciones en el frontal, y el chasis del Fiat del mismo nombre, pero sus motores, un 1.2 de 64 CV y un 1.4 de 77 CV, procedían de los Seat 124 y 1430.
El 1.2 se comercializaba con dos acabados: el básico 65 L y el 65 CL, que añadía reloj digital, servofreno, llantas más grandes; y el 1.4, con otros dos: el 75 CL y el 75 CLX, aparecido en julio de 1980. Este último, además de cambio manual de cinco marchas, equipaba retrovisor derecho y asientos más ergonómicos. En una versión posterior incluye un nuevo cuadro de mandos, volante, y elevalunas eléctricos.
En marzo de 1982, se pone a la venta la versión deportiva Crono, con motor 1.6 de 95 CV y cambio de cinco marchas. En noviembre de 1980 recibió el primer motor diesel de su segmento: un 1.7 D de 55 CV con cambio de cinco marchas.
Talbot Horizon
https://youtu.be/gtlsbiMfnaA
Este modelo apareció en la gran pantalla tanto como coche de delincuentes (generalmente conseguido mediante un puente), como de las fuerzas del orden. Su carta de presentación era la fiabilidad y comodidad, además de un equipamiento nada despreciable para la época.
A España llegó en 1980 con las versiones LS y GLS, de 59 y 83 CV respectivamente. Ya en 1981 se lanzó el GL de 65 CV con la opción de caja de cambios automática de tres velocidades y el primer modelo con aires deportivos: el S1 y poco después el S2, ambos sobre la base del GLS y este último con cambio de cinco velocidades.
Las primeras versiones diésel llegan también a primeros de los 80 a través de las versiones LD y GLD, con mecánicas 1.9 de 65 CV. La tercera versión de gasóleo se lanza en 1983 con la denominación EXD, dirección asistida y cambio de cinco velocidades. La última versión en el mercado español fue la GT, lanzada ese mismo año con un motor de 90 CV, potencia nada despreciable para un vehículo de menos de una tonelada de peso y 3,9 metros de longitud.
A finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado, un género cinematográfico autóctono irrumpió con fuerza en España con directores como Eloy de la Iglesia, José Antonio de la Loma e, incluso, Carlos Saura y títulos como Colegas, Perros callejeros o Deprisa, deprisa. Eran retratos descarnados, aunque no sin cierta ternura, de jóvenes de barrios periféricos que, a base de trapichear para buscarse la vida, acababan convertidos en delincuentes.
Actores como Ángel Fernández Franco, José Luis Manzano o José Luis Fernández "Pirri" encarnaron a aquellos desheredados, confundiendo a menudo los papeles con sus propias vidas. La nueva película de Daniel Monzón, Las leyes de la frontera, coge el testigo de aquel cine en el que había otros protagonistas con mucha presencia: los coches que utilizaban los chavales para cometer sus fechorías y huir de la policía.
De Citroën a Seat
Citroën DS

Conocido popularmente como Tiburón por su singular diseño frontal y su llamativo perfil, parecido a la aleta de un escualo, en la primera entrega de Perros callejeros. El Torete estrella uno al final de la película. Su diseño futurista y las innovaciones técnicas que incorporaba en materia de suspensión, dirección y frenos, hicieron del Tiburón un vehículo adelantado a su tiempo. Gran parte se debió a la audacia del ingeniero francés Andre Lefèvre y del diseñador italiano Flamino Bertoni por haber conseguido fusionar por primera vez tecnología y estética.
Su revolucionario sistema de suspensión hidroneumática es una de las características técnicas asociadas al Tiburón. Sus creadores sustituyeron los tradicionales muelles de amortiguación por esferas, cuya parte superior contiene nitrógeno que asegura la flexibilidad de la suspensión, teniendo en cuenta las irregularidades del firme. La tecnología y precisión de su dirección asistida eran sorprendentemente modernos para la época. Los discos de freno, que sólo se habían visto antes en Las 24 Horas de Le Mans, fueron otras de las innovaciones que el Citroën DS aportó.
Chrysler 150
La secuencia inicial de Perros Callejeros II es una impresionante persecución entre un Seat 124 (del que hablamos más abajo) camuflado de la policía y un Chrysler 150. Su diseño, presentado en 1975, tenía unas formas muy de la moda de la época, con una vista de perfil que recordaba a otros modelos como el Passat o el Lancia Gamma.
Se caracterizaba por sus ventanillas laterales sin derivabrisas y un cristal de custodia muy característico y parecido entre todos esos modelos. Su calidad de fabricación era muy buena para la época. Su disposición mecánica era bastante moderna y sus motores muy fiables.
Se ofrecía con dos mecánicas: el básico equipaba el mismo motor de los Simca 1200, un 4 cilindros transversal de 1.294 cc y 68 CV, mientras que las versiones superiores su cilindrada y potencia subía hasta los 1.442 cc y 85 CV a base de alargar la carrera de los cilindros en 8 mm, lo cual mejoraba mucho el par motor y la respuesta a medio régimen. Al final de su vida comercial llegaría un 1,6 y también un diésel de origen Peugeot.
Renault 12
Uno de los coches que roban Pablo y Ángela, los protagonistas de Deprisa, deprisa. Se presentó en el Salón de París de 1969 y su génesis fue el proyecto 117, que proponía un coche económico, poco sofisticado, fácil de fabricar, con motor modesto, amplio, fiable y aceptable para el estándar francés. Tuvo una versión berlina y otra familiar, junto a una versión comercial.
Todas las mecánicas del R-12 fueron de cuatro cilindros y colocadas longitudinalmente por delante del eje delantero, pero con tracción delantera. El motor básico fue un 1.3 con 54 CV de potencia y tres marchas. Los modelos básicos eran los L, TL y S, este último solo en España. Con un peso de menos de 1.000 kg en vacío, el motor era suficiente para las exigencias de la época.
Seat 124
La auténtica estrella motorizada del cine quinqui, ya que aparece en prácticamente todas las películas del género, desde Volar por los aires hasta Taxi. En 2018 cumplió su cincuenta aniversario como el gran mito de la automoción española que es.
Montaba un motor de 1.2 litros ligado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades. Sus 60 CV de potencia pasaban a las ruedas traseras y, aunque puedan parecer pocos, eran suficientes para mover con soltura sus 855 kg de peso. Por no hablar de su completo equipamiento o de su comodidad.
En sus 14 años de comercialización se fueron sucediendo múltiples versiones. Un año después de su lanzamiento es presentado el SEAT 1430, con el que comparte bastantes componentes. También en ese momento se ponía a la venta la versión ranchera, conocida como 124 5 puertas, que ofrecía un mayor espacio. En 1970 llega el SEAT 124 Sport Coupé 1600, una variante de dos puertas con cuatro plazas y más cilindrada, que introducía una quinta marcha por primera vez en un modelo español.
Seat 131
En Deprisa, deprisa, dos de sus protagonistas roba uno. Fue el sucesor de otro mito, el 124, y resultó un paso adelante en las aspiraciones de la clase media española, estando en producción entre 1975 y 1984. Se trataba de un derivado del Fiat 131 que se presentó en el Salón del Automóvil de Barcelona de 1975 y que desde su irrupción en el mercado español conquistó al cliente gracias a una imagen más moderna, elegante y atractiva que la de sus hermanos.
Al año siguiente fue nombrado coche del año en España, utilizando de forma exclusiva motores del Fiat 124 S y del 132. La gama mecánica tenía sus versiones de acceso en el motor de 1438 cc., encontrando además un bloque de 1592 cc que se acercaba a los 100 CV.
Llegaron después las versiones 1800 de 107 CV y también opciones con motor de hasta 1995 cc. La versión diésel aparece en 1978. En sus años de vida, el Seat 131 contó con hasta tres series, todas ellas mejorando la anterior. En 1984 llegó el final de su vida comercial y la marca lo sustituyó por el Seat Málaga.
Seat Ritmo
https://youtu.be/TrgxT-EMKaM
Tiene sus grandes momentos de gloria en la trilogía de Perros callejeros, en la que protagoniza varias persecuciones. Se presentó en mayo de 1979, en el Salón de Barcelona, y se puso a la venta en julio. Tenía el mismo diseño, aunque con variaciones en el frontal, y el chasis del Fiat del mismo nombre, pero sus motores, un 1.2 de 64 CV y un 1.4 de 77 CV, procedían de los Seat 124 y 1430.
El 1.2 se comercializaba con dos acabados: el básico 65 L y el 65 CL, que añadía reloj digital, servofreno, llantas más grandes; y el 1.4, con otros dos: el 75 CL y el 75 CLX, aparecido en julio de 1980. Este último, además de cambio manual de cinco marchas, equipaba retrovisor derecho y asientos más ergonómicos. En una versión posterior incluye un nuevo cuadro de mandos, volante, y elevalunas eléctricos.
En marzo de 1982, se pone a la venta la versión deportiva Crono, con motor 1.6 de 95 CV y cambio de cinco marchas. En noviembre de 1980 recibió el primer motor diesel de su segmento: un 1.7 D de 55 CV con cambio de cinco marchas.
Talbot Horizon
https://youtu.be/gtlsbiMfnaA
Este modelo apareció en la gran pantalla tanto como coche de delincuentes (generalmente conseguido mediante un puente), como de las fuerzas del orden. Su carta de presentación era la fiabilidad y comodidad, además de un equipamiento nada despreciable para la época.
A España llegó en 1980 con las versiones LS y GLS, de 59 y 83 CV respectivamente. Ya en 1981 se lanzó el GL de 65 CV con la opción de caja de cambios automática de tres velocidades y el primer modelo con aires deportivos: el S1 y poco después el S2, ambos sobre la base del GLS y este último con cambio de cinco velocidades.
Las primeras versiones diésel llegan también a primeros de los 80 a través de las versiones LD y GLD, con mecánicas 1.9 de 65 CV. La tercera versión de gasóleo se lanza en 1983 con la denominación EXD, dirección asistida y cambio de cinco velocidades. La última versión en el mercado español fue la GT, lanzada ese mismo año con un motor de 90 CV, potencia nada despreciable para un vehículo de menos de una tonelada de peso y 3,9 metros de longitud.