El Maserati Biturbo es un clásico olvidado, pero con este restomod lo verás de otra manera El trabajo del artesano Modena Automobili convierte al cupé del tridente en una máquina retrofuturista lista para quemar el asfalto con 500 CV de potencia y estilo a raudales. Desde la perspectiva del aficionado medio, algunos coches clásicos reciben una valoración mucho más generosa y cariñosa que otros. Impulsados por ese cariño, unos se convierten en iconos. Y, al revés, por la falta de él, no pocos automóviles terminan arrumbados en el rincón del olvido o, lo que resulta aún peor, etiquetados con títulos ciertamente injustos como el de clásico casposo. Entre este último grupo podemos encontrar al Maserati Biturbo. Producido en breves series entre 1982 y 1995, el Biturbo fue uno de los modelos más longevos en la marca del tridente, y aún a día de hoy es un clásico apetecible por su precio asequible, su exclusividad y las sensaciones de conducción que puede ofrecer. Sin embargo, su estética y acabados, fuertemente vinculados al particular estilo de la década de los ochenta, ha convertido a este modelo en una rara avis tanto en colecciones como en salones y concentraciones dedicados a la automoción clásica e histórica. Ahora, existe una posibilidad de que el Maserati Biturbo reivindique su atractivo frente al grueso de la afición. Dicha posibilidad está en manos de Modena Automobili, el preparador italiano que ultima su nuevo proyecto restomod con esta misma base: el MA-01 Biturbo Shamal Un restomod al estilo del Grupo B Por ahora Modena Automobili tan sólo ha compartido los renders que desvelan el aspecto definitivo del MA-01 Biturbo Shamal, ya que no estará listo hasta el primer trimestre de 2025. Pero ya en ellos se percibe una estética extremadamente agresiva que envuelve al veterano cupé italiano y lo transforma en algo muy parecido a la variante de Grupo B que nunca tuvo. No se nos ha ocurrido una mejor manera para definir un diseño muy musculoso con ambas vías, delantera y trasera, sensiblemente ensanchadas merced al uso intensivo de la fibra de carbono en la carrocería. Desde fuera, el habitáculo aparece dividido por un pilar en negro que marca una gruesa frontera entre ambas ventanillas laterales y prosigue por el techo. El frontal mantiene el planteamiento bifaro del Biturbo original, rematado por una calandra modernizada donde ya no hay sitio para el cromo y un paragolpes que negocia más amablemente el paso del aire gracias a sus tres toberas y el labiado del splitter en su extremo inferior La trasera, por su parte, experimenta quizá el cambio más drástico, ya que las habituales formas cuadrangulares del Biturbo se ven notablemente suavizadas con la adición de un alerón, pieza que no era habitual ver en este modelo. El paragolpes posterior recibe un elaborado difusor que deja ver las cuatro colas del sistema de escape. Dicho sistema de escape es la salida de lo que se esconde bajo el capó, un 3.0 V6 biturbo (¡cómo no!) procedente de otro Maserati, el moderno Ghibli S. Este propulsor entrega aquí nada menos que 500 CV de potencia y 550 Nm de par, los cuales prometen un 0 a 100 km/h en sólo cinco segundos y una más que respetable velocidad punta de 290 km/h. La transmisión automática de ocho relaciones, firmada por ZF y también procedente del Ghibli S junto al diferencial trasero y sus palieres, permite cambiar de marcha en apenas 150 milisegundos El ensanche de la carrocería permite abordar también una exhaustiva remodelación del chasis, con un esquema de suspensiones McPherson delante y brazos de arrastre detrás. Los frenos Brembo detienen en seco las cuatro ruedas, dotadas con llantas cuyo diseño rinde homenaje a las del Maserati Shamal original, la que fue la última iteración del Biturbo ya en los años noventa. Si con todo esto ya estás dispuesto a hacerle un hueco en tu corazón (y en tu garaje) al Maserati Biturbo, nos toca decirte lo que menos te va a gustar: Modena Automobili planea construir tan sólo 33 unidades del MA-01 Biturbo Shamal, a un precio que arrancará en los 585.000 euros