Ángel Bautista García
Forista
- Modelo
- BMW 220i Coupé
- Registrado
- 11 Sep 2016
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- 816
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- 1.294
Buenas tardes.
Menos de tres meses con el coche y hace unos días encontré el típico "toquecito" de una puerta en la parte lateral trasera derecha del mismo. Apenas era nada, pero sabiendo donde está era lo primero que veía cuando me acercaba a él.
Por una nimiedad me parecía inapropiado dar un parte y llevarlo a hacer una reparación tradicional de chapa y pintura, pero buscando por la red apareció el termino "varilleros". Qllons!!!, que será esto?, me dije a mi mismo. Así que por la red brujuleé y vi que era una forma de arreglar toquecitos y bollitos sin tocar la pintura original a base de ventosas, varillas y punteros de teflón. Usan la memoria de los materiales y su propia elasticidad para reparar esos pequeños golpes.
De perdidos al río y sabiendo que siempre quedaría la reparación tradicional, llevé el coche a éste taller, Martillo de Oro, en Alcalá de Henares. Lo último que quería era tocar la pintura original, así que decidí probar.
Los resultados: IMPRESIONANTES, allí se liaron primero con unas ventosas, luego con un punzoncito de teflón a retocar y dale que te pego hasta dejarlo igual que antes, como si nunca hubiera recibido el golpe. Todo esto conmigo de testigo en una hora y dándome mil explicaciones de su forma de realizar el trabajo. Unos verdaderos profesionales y un trato exquisito, la verdad que es todo un arte.
El taller se llama Martillo de Oro y la verdad, han realizado un trabajo impecable con mi coche. Muy de agradecer.
Saludos.
Menos de tres meses con el coche y hace unos días encontré el típico "toquecito" de una puerta en la parte lateral trasera derecha del mismo. Apenas era nada, pero sabiendo donde está era lo primero que veía cuando me acercaba a él.
Por una nimiedad me parecía inapropiado dar un parte y llevarlo a hacer una reparación tradicional de chapa y pintura, pero buscando por la red apareció el termino "varilleros". Qllons!!!, que será esto?, me dije a mi mismo. Así que por la red brujuleé y vi que era una forma de arreglar toquecitos y bollitos sin tocar la pintura original a base de ventosas, varillas y punteros de teflón. Usan la memoria de los materiales y su propia elasticidad para reparar esos pequeños golpes.
De perdidos al río y sabiendo que siempre quedaría la reparación tradicional, llevé el coche a éste taller, Martillo de Oro, en Alcalá de Henares. Lo último que quería era tocar la pintura original, así que decidí probar.
Los resultados: IMPRESIONANTES, allí se liaron primero con unas ventosas, luego con un punzoncito de teflón a retocar y dale que te pego hasta dejarlo igual que antes, como si nunca hubiera recibido el golpe. Todo esto conmigo de testigo en una hora y dándome mil explicaciones de su forma de realizar el trabajo. Unos verdaderos profesionales y un trato exquisito, la verdad que es todo un arte.
El taller se llama Martillo de Oro y la verdad, han realizado un trabajo impecable con mi coche. Muy de agradecer.
Saludos.