La Audiencia Provincial de Sevilla condenó al torero a dos años y medio por los delitos de homicidio imprudente y conducción temeraria y contra la seguridad vial al encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Ortega Cano siempre negó haber bebido el 14 de marzo de 2011, el día en que su Mercedes R-320 arrolló al Seat Altea de Parra en Castilblanco de los Arroyos (Sevilla). Pero los análisis que efectuaron en el hospital donde fue ingresado determinaron que tenía una tasa de alcohol en sangre de 1,26 gramos, el triple de lo permitido. A pesar de la evidencia, siempre ha defendido su inocencia.
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