Corría el año 1992 cuando Volkswagen decidió regresar al Campeonato del Mundo de Rallies o WRC, tras haberlo abandonado a finales de los años 80, y para ello pidió a su división de competición, Volkswagen Motorsport, un coche para el Grupo A. Como era habitual, para que aquel automóvil fuera homologado para competir en el mundial de la especialidad, el gigante alemán debía fabricar 2.500 ejemplares de calle, aunque como podrás deducir, el coche de las imágenes nunca se hizo realidad. El proyecto se puso en marcha junto a Schmidt Motorsport, que ya había demostrado su eficacia y saber hacer con el Audi V8 del Campeonato Alemán de Turismos o DTM, y con el S2. Juntos iban a fabricar la versión definitiva del Golf III, de tercera generación, mucho más potente y agresivo que el GTI o el VR6. Desde luego el aspecto de este prototipo de 1992, denominado Volkswagen Golf A59, era de lo más salvaje, gracias a sus pasos de rueda ensanchados, un agresivo capó ventilado o un prominente alerón trasero de techo. La receta nos recuerda ligeramente al Volkswagen Golf G60 Rallye de segunda generación. En el habitáculo equipaba un panel de instrumentos digital (muy rudimentario para los estándares actuales, lógicamente), asientos deportivos firmados por el especialista Recaro o una barra antivuelco, por ejemplo. El alma de este concept, en lugar del motor de 1.984 cm3 del Golf GTI 16V, era un bloque de 1.998 cm3, equipado con un turbocompresor Garrett T3, que llevaba la potencia hasta los 275 CV (400 CV en la versión de competición) y el par motor máximo hasta 370 Nm. Gracias a estas poderosas cifras, el Golf A59 era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 270 km/h. Además, cabe apuntar que gozaba de un sistema de tracción a las cuatro ruedas, equipado con un diferencial autoblocante central de control hidráulico y un autoblocante trasero al uso. La marca alemana fabricó únicamente dos ejemplares de este Volkswagen Golf A59 Mk3, aunque se dice que también se produjeron otros dos prototipos sin motor. En cualquier caso, el modelo no llegó nunca a materializarse, quizá por la situación financiera que pasaba el Grupo Volkswagen por entonces, tras la adquisición de Skoda el año previo, ya que se consideró que el modelo era demasiado caro de fabricar y difícil de vender.
Pues fue una pena no sacarlo al mercado , hubiera sido un éxito rotundo en esa época que el golf tenía tanto éxito, hoy valdrían una pasta y sin duda en esos años le hubiese dado un caché al Golf , menos mal que sacaron años más tarde el R32
El capó delantero super bien elaborado, hubiese creado tendencia en aquellos años ,un buen trabajo , desconocía la existencia de este proyecto