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Invitado

Impresiones de conducción:
El Abarth 500 cuenta con un motor de 1.4 litros, 16 válvulas Turbo T-Jet de 135 CV gestionado por una caja manual de 5 velocidades.
La única forma de convertir a nuestro escorpión en un animal letal es presionando el botón "Sport" que tenemos en el salpicadero, si no, parece que solo "juguemos" con 100 CV. ¿Qué diferencias nos ofrece? El tacto de la dirección se hace más fuerte y "directo" y la ECU aumenta el soplado del turbo, por la contra la dureza de las suspensiones no se ve alterada. Estas mejoras nos permitirán trazar las curvas con tiralíneas y aumentar la respuesta de su acelerador casi a cualquier régimen de rpm.
La suspensión no varia, ni falta que hace, la dureza del sistema de suspensiones se encuentra calibrada como si de un coche de carreras se tratase. para carreteras en perfecto estado, una delicia, para las que no lo están o para pasar por los badenes, un suplicio.
Las diferencias de respuesta del acelerador con el botón Sport activado se notan, como ejemplo circulando a 90 km/h en modo normal el indicador del turbo marca un soplado insignificante, si lo accionamos a esa misma velocidad el turbo aumenta a 0,4 bar de presión. Hablando técnicamente en modo Sport nos ofrece un par motor máximo de 206 Nm a 3.000 rpm, en cambio, en modalidad Normal, el par es de 180 Nm a 2.500 rpm.
Con el modo Sport activado su potencia máxima se alcanza en un régimen de giro de 5.500 rpm., además se logra un 0 a 100 km/h en 7,9 segundos con una velocidad máxima de 205 km/h. De acuerdo, no es una aceleración de un deportivo, pero las sensaciones que transmite un coche de este tamaño son lo más parecidas a conducir un kart que se puede encontrar hoy en día en el mercado, estaremos disfrutando tras el volante.
Además de ESP, ABS, EBD, ASR y asistente de arranque en pendientes cuenta con control de tracción desconectable para si queremos disfrutar de un comportamiento óptimo en curvas. Cuenta con 7 airbags.
La suspensión delantera es independientes de tipo Mc Pherson, mientras que la trasera es de ruedas interconectadas (semiindependientes) con eje de torsión.
Los frenos son contundentes y de tacto duro, Si realizamos una frenada de emergencia saltan los intermitentes de emergencia y debido a sus suspensiones tan duras parece querer botar ligeramente.
El equipamiento está carente de sistemas como el control de velocidad, parktronic, encendido automático de luces, faros de xenon... EL Abarth 500 no es un coche racional, es un coche que se compra con el corazón.
-Ciudad:
Para un uso en ciudad el Abarth 500 tiene un tamaño muy reducido y una maniobrabilidad muy buena, además de las zonas reviradas y de curvas donde podremos disfrutar a tope con este modelos su uso en ciudad no supone ningún problema.
-Carretera y autovía:
Nos da sensación de estar pegado a la carretera, su esquema de suspensiones es configurable en dureza y parece estar fabricado para devorar kilómetros. Si a esto le sumamos una aceleración explosiva los adelantamientos son un visto y no visto.
Más fotos y resto de la prueba en: http://www.diablomotor.com/pruebas-coches/prueba-abarth-500/