Renault 4 E-Tech eléctrico: ¡lo conducimos por Bilbao y la costa de Getaria!
Joan Dalmau
2 de noviembre de 2025
Para descubrir todos
los secretos del nuevo Renault 4 E-Tech eléctrico, el SUV de segmento B de la marca francesa,
nos hemos ido a Bilbao, una ciudad que, como el Renault 4, ha evolucionado radicalmente en las últimas décadas sumándose al carro de la modernidad y del medio ambiente. El pequeño SUV
mantiene la practicidad y la funcionalidad de su ancestro, al que recuerda en sus líneas y en numerosos elementos de diseño, pero ha sabido también adaptarse a los tiempos actuales ofreciendo tecnologías punta en aspectos como
la seguridad, la conectividad y el respeto al medio ambiente gracias a su sistema de propulsión 100% eléctrico.
Un poco de historia de Bilbao
Bilbao o Bilbo en euskera, es la capital de la provincia de Vizcaya y la ciudad más poblada de Euskadi con cerca de 350.000 habitantes que se elevan hasta el millón si sumamos toda el área metropolitana a lo largo de la ría del Nervión.
Fundada en el siglo XIII por Diego López V de Haro, señor de Vizcaya, se convirtió en salida natural de Castilla al mar y devino uno de los más importantes puertos de Europa comerciando con Flandes y Gran Bretaña. En 1511, Juana I de Castilla estableció el Consulado de Bilbao, que gestionaría durante siglos el puerto y la ría impulsando el crecimiento de la ciudad.
Protagonista en la Guerra de la Independencia y en las guerras carlistas, Bilbao vivió un periodo de esplendor económico con la consolidación de la industria siderúrgica, la llegada del ferrocarril y la fundación del Banco de Bilbao. Más tarde, la industria resurgiría después del castigo de la Guerra Civil con bombardeos y un asedio que finalizó el 19 de junio de 1937 y
fue muy importante durante el periodo de autarquía.
A partir de 1980, la crisis de la metalurgia abocó a la ciudad a
un proceso de desindustrialización que provocó un notable descenso de población. Pero Bilbao salió adelante con un cambio radical. De una ciudad gris y oscura, depresiva casi,
se pasó a la ciudad de servicios actual, moderna y preocupada por el medio ambiente. En una ciudad así, nada mejor que disponer, para descubrirla, de un coche eléctrico como el Renault 4 E-Tech.
Nuevo Renault 4 E-Tech eléctrico
El nuevo Renault 4 E-Tech tiene una silueta similar a la de su ancestro, el Renault 4 de la década de 1960 con el que solo comparte el nombre.
Desarrollado sobre la misma plataforma que el
Renault 5 E-Tech,
el nuevo Renault 4 E.-Tech es más grande que su hermano y ofrece una mayor habitabilidad interior, así como
una capacidad de maletero superior de modo que, sin dejar de ser un coche perfecto para la ciudad, puede utilizarse también sin problemas como vehículo familiar gracias a una polivalencia heredada de su antecesor del mismo nombre.
El nuevo
Renault 4 E-Tech Eléctrico mide 4,14 metros de largo por 1,80 de ancho y 1,55 de alto y pesa 1.357 kilos, una cifra más que correcta para un coche eléctrico de este tamaño. Además,
tiene una altura libre al suelo de 18 cm, propia de un SUV, otro detalle que lo empareja con el Renault 4 original que era un coche alto que facilitaba la circulación por malas carreteras o por caminos.
El maletero del Renault 4 E-Tech tiene 420 litros de capacidad y, sobre todo, un umbral de carga muy bajo.
El maletero tiene 420 litros de capacidad, dispone de un portón eléctrico y
tiene un umbral de carga muy bajo, de apenas 61 cm, lo que facilita las maniobras de
carga y descarga. Esta cualidad, así como el diseño en diagonal del portón, son otros dos guiños a su antecesor, uno de los primeros modelos que, en Europa, contó con la funcionalidad de la quinta puerta para acceder al maletero y la posibilidad de plegar la fila trasera. En el caso del nuevo Renault 4, c
on ella plegada alcanzamos los 1.405 litros. Además, para el transporte de objetos largos,
puede abatir el respaldo del asiento del acompañante hacia delante y debajo del piso hay un hueco para, por ejemplo, los cables de recarga, que perderemos, eso sí, si optamos por el equipo de sonido Harman Kardon opcional.
Las plazas delanteras (asientos pétalo y diseño del salpicadero) del Renault 4 E-Tech son casi idénticas a las del Renault 5 E-Tech.
En las plazas delanteras encontramos
los asientos de tipo pétalo, los mismos que los del Renault 5, así como un salpicadero de diseño similar, con
dos pantallas de 10 pulgadas, una para la instrumentación y otra para el equipo de información y entretenimiento que
funciona con el sistema operativo Open R Link con Google integrado que incorpora el asistente RENO desarrollado con ChatGPT y compatible de manera inalámbrica con Apple Car Play y Android Auto. El navegador, que funciona con Google Maps, dispone de
una función de programación de rutas que tiene en cuenta el estado de carga de la batería, la localización de los puntos de recarga y la orografía de la carretera. Y que tiende a recomendar paradas más numerosas, pero muy cortas.
La gran diferencia con el Renault 5 es el espacio trasero, más generoso en el Renault 4.
La buena anchura del coche permite que dos pasajeros disfruten de mucho espacio para las piernas y hasta el techo mientras que incluso tres pueden acomodarse con cierta facilidad. Disponen de tomas de USB y diferentes huecos y bolsillos para dejar objetos.
D iseño del Renault 4 E-Tech eléctrico
El Renault 4 E-Tech tiene un diseño neoretro que recuerda a su ancestro, pero con toques moderno y de SUV.
El diseño del Renault 4 es muy peculiar ya que se trata de
una reinterpretación de las líneas sencillas y funcionales de su antecesor, pero adaptadas a los gustos y necesidades actuales. Elementos como la parrilla de metacrilato con fondo negro con los faros redondos, las salidas de aireación del capó, los topes de los parachoques, las bandas en los bajos de las puertas,
la icónica ventanilla trasera, el portón inclinado, el portaluz de la matrícula y, por supuesto,
los pilotos traseros verticales en tres partes son reinterpretaciones de los elementos de diseño más característicos del modelo original, lanzado en el año 1961.
Pero es evidente, que el Renault 4, como buen SUV moderno, tiene una serie de elementos que contribuyen a expresar robustez en su diseño, como
los pasos de rueda y los protectores inferiores en negro, las barras de techo en un techo que puede ser de color contrastado o
las grandes llantas de 18 pulgadas, de dimensiones idénticas para todas las versiones y que cambian, eso sí, en su diseño según elijamos los acabados Evolution, Techno o Iconic.
S istema eléctrico del Renault 4 E-Tech
El sistema eléctrico de este coche le permite alcanzar unos 400 km de autonomía en circulación mixta entre recargas.
Este coche está disponible en dos combinaciones de motor y batería.
La más económica combina un motor de 120 CV con una batería de 40 kWh y ofrece una autonomía homologada de 308 KM, suficiente para un uso urbano. La más potente tiene u
n motor eléctrico de 150 CV y batería de 52 kWh para una autonomía de hasta 408 KM.
La recarga se efectúa a hasta 11 kW en corriente alterna mientras que en cargadores rápidos puede cargarse hasta a 80 kW en la versión de batería pequeña y
hasta a 100 kW en la de batería grande con una recarga del 10 al 80% en 30 minutos en ambos casos. La versión de batería grande, que es la que estamos conduciendo en este vídeo, acelera de 0 a 100 km/h. en 8,2 segundos y tiene una velocidad máxima de 150 km/h. Y, por supuesto,
cuenta con el sistema V2L que nos permite conectar aparatos externos para cargarlos o para hacerlos funcionar gracias a la energía almacenada en la batería.
Este coche
tiene un consumo homologado de 15,1 kWh que en ciudad se rebajan y en carretera o autopista aumentan, pero no mucho. En nuestro viaje completo el consumo medio fue de 15,7 kWh.
En ciudad, la autonomía puede superar incluso los 408 km homologados, sobre todo si utilizamos al máximo el sistema de regeneración.
Con las levas situadas detrás del volante puede modificarse la regeneración y, por lo tanto, la recarga de la batería al desacelerar.
El Renault 4 tiene unas levas detrás del volante mediante las que
podemos variar la regeneración de la batería al desacelerar o frenar. En su posición de mayor regeneración,
el coche permite circular en el modo de pedal único, es decir, con una fuerte desaceleración al levantar el pie del acelerador que hará que prácticamente no debamos utilizar los frenos físicos. En ciudad, usar esta función
nos permite incrementar la autonomía al producirse recargas constantes de la batería y necesitar muy poca energía al acelerar y mantener velocidades bajas.
Además, para la circulación urbana, nos vendrán muy bien algunas de las ayudas a la conducción como la alerta sonora para peatones,
la alerta de distancia de seguridad con frenada de emergencia, el sistema de mantenimiento de carril, la cámara de marcha atrás con alerta sonora o la alerta de velocidad excesiva con limitador de velocidad, todas ellas de serie.
A lo largo de nuestro periplo por la costa vizcaína y guipuzcoana pudimos comprobar el comportamiento de nuestro Renault 4 E-Tech eléctrico, un coche más confortable que el Renault 5, que es más vivo y deportivo.
El enfoque más familiar del Renault 4 ha decidido a la marca a apostar por un confort más elevado sin que eso signifique ninguna pérdida de agilidad en el chasis. Como su hermano pequeño, este coche hace gala de una gran estabilidad y de un comportamiento vivo, con una suspensión muy bien calibrada que aporta confort sin restar eficacia.
Desde Bilbao a Getaria, al volante del Renault 4 E-Tech eléctrico
Las mejores vistas de Bilbao se obtienen desde el mirador del monte Artxanda, de 251 metros de altitud.
Empezamos nuestro recorrido en el
Monte Artxanda, uno de los que delimitan Bilbao. No es el más alto (tiene 251 metros) pero es el más cercano al casco urbano y, por lo tanto, el que
permite obtener una mejor perspectiva de la ciudad. Al monte se puede llegar en funicular, pero también en coche. De la edificación intensa de los años del desarrollismo se ha pasado a una recuperación como parque urbano con un mirador, la escultura de la Huella y la fuente central, así como el paseo del mirador,
un recorrido de 6 km entre Deusto y Santo Domingo, peatonal y con diferentes puntos desde los que divisar espléndidos panoramas.
El Museo Guggenheim justifica por si solo la visita a Bilbao, tanto por las obras que contiene como por la espectacularidad del edificio.
Si hablamos de diseño, en Bilbao acabaremos seguro en
su edificio más emblemático, el museo Guggenheim. Inaugurado en 1997, el museo, que
recibe más de un millón de visitantes anualmente ha sido uno de los principales vectores de transformación de la ciudad gracias a su impacto en la economía, la cultura y la sociedad vasca. Además de las obras de arte contemporáneo y de las diferentes exposiciones temporales que aloja, el propio edificio del museo justifica la visita.
Propiedad del Gobierno Vasco, tiene una superficie de 24.000 metros cuadrados de los que 10.540 se destinan a las 19 galerías de exposición. Sus complejas formas y su acabado en piedra calcárea, cortinas de cristal y planchas de titanio se deben a la imaginación del arquitecto canadiense Frank Gehry, autor del proyecto.
El puente Zubizuri, diseñado por Santiago Calatrava, es una de las pasarelas peatonales que une los dos márgenes de la ría
El mismo año en que se inauguró el museo,
se abrió también al tráfico peatonal el puente Zubizuri, que significa puente blanco en euskera y al que se le llama popularmente el puente de Calatrava al tratarse de un diseño en metal y cristal del arquitecto valenciano Santiago Calatrava.
Tiene una longitud de 75 metros y une los dos márgenes de la ría entre el Campo de Volantín, en el margen derecho, y Uribitarte en el izquierdo. Este puente y
la pasarela Pedro Arrupe, así llamada en honor al sacerdote del mismo nombre y que está realizada en acero con un peso de mil toneladas y recubierta de madera de ipé representan
una conectividad a la medida humana y contrastan con el antiguo puente de Vizcaya también llamado puente colgante o puente Palacio, que enlaza Portugalete con el barrio de Las Arenas de Getxo construido en hierro en 1893 y dotado de transbordador. Su singularidad no está en los 160 metros de longitud sino en los 45 de altura, indispensables para no interrumpir el tráfico fluvial de barcos. En la actualidad, y además de mediante el transbordador, puede atravesarse a pie por una pasarela.
La ribera del Nervión actual, propia de una ciudad verde, contrasta con la de hace medio siglo donde la industria pesada era la protagonista. La ría,
navegable desde Bilbao hasta el mar, 23 km más al norte, es indisociable de la ciudad. En el siglo XIX, el ensanche de la villa se creó en el margen izquierdo y, con el desarrollo de la industria pesada,
la ría fue el elemento clave tanto para el establecimiento industrial como para sacar la producción por mar. La actividad industrial comportó la asfixia de la ría, cuya recuperación se inició en la década de 1990 consiguiendo, mediante un importante plan de saneamiento,
que la oxigenación del agua vuelva a permitir la vida en ella. La recuperación de las zonas industriales abandonadas, la construcción de nuevos y emblemáticos edificios en su orilla y la creación de paseos
han convertido a la ría en el principal eje de desarrollo urbanístico y turístico de Bilbao que ha cambiado el color gris por el verde y el negro por el azul.
Bilbao ha sabido recuperar ambos márgenes de la ría, así como el propio cauce, que vuelve a ser apto para la vida de fauna y flora.
El margen derecho, antaño la zona residencial de la ciudad,
con el casco viejo y la catedral de Santiago, patrón de la ciudad, como principales atractivos, mantiene hoy la autenticidad y pasear por sus calles nos permite mantener el contacto con la cultura local y la mejor gastronomía. El margen izquierdo, antiguamente obrero y fabril,
es hoy el renovado centro económico de una ciudad que se ha transformado por completo.
Y como el Renault 4 E-Tech no es un coche para quedarnos solo en la ciudad, viajamos con él hasta Getaria, un precioso pueblo pesquero en la vecina provincia de Guipúzcoa, ya muy cerca de San Sebastián. Para llegar hasta allí teníamos dos opciones, la corta y aburrida, es decir, por la autopista AP8 y
la larga y divertida, la que nos llevó por la costa pasando la zona de la reserva de la biosfera de Urdaibai y por pueblos como Ondarroa o Zumaya.
La costa entre Vizcaya y Guipúzcoa
Urdabai, con 220 km2, es el humedal más grande de Euskadi y se encuentra en la desembocadura del río Oca. Se le llama también el estuario de Mundaca o de Guernica y es un hábitat perfecto para las aves migratorias de paso. El Oca nace en el monte Oiz, a 1.036 metros,
pero su recorrido es muy corto y termina en una ría de 12 km donde forma amplios arenales por entre la abrupta costa cantábrica y donde se encuentra la población de Mundaca, tradicionalmente dedicada a la pesca y cuyo censo no llega a 2.000 personas. Hoy es, junto con otras poblaciones de este litoral, un lugar perfecto para la práctica del surf.
El pequeño pueblo de Ondarroa, de menos de 2.000 habitantes tiene este coqueto puerto protegido de la bravura del Cantábrico.
Después de pasar por
Ondarroa, con su coqueto puerto en la desembocadura del río Artibai, seguimos hacia Getaria pasando por Zumaya, otro puerto de pescadores a orillas del mar y del río Urola donde se puede disfrutar de la bonita playa de Santiago.
Getaria está considerado como
uno de los pueblos más bonitos de la costa vasca y se extiende entre el mar Cantábrico y los viñedos donde se cosecha su famoso txacolí.
Aquí nació Juan Sebastián Elcano, el primer marino que circundó la tierra y aquí sigue, en forma de estatua en la Plaza Elkano y de monumento, que se eleva sobre un baluarte de la muralla del pueblo. Pasear por sus empinadas calles es todo un placer y conviene detenerse en
la iglesia de San Salvador, de estilo gótico y que data del Siglo XIV y bajar hasta el puerto por el pasadizo de Katrapona, una calle bajo la propia iglesia que es todo un vestigio del sistema defensivo de la localidad. En el pueblo hay, también, un museo dedicado a otro de los ilustres hijos de Getaria, el diseñador y modisto Cristóbal Balenciaga.
Nuestro Renault 4 E-Tech aparcado en el puerto de Getaria donde despedimos este viaje por Euskadi.
El de Getaria fue uno de los puertos pesqueros más importantes del Cantábrico y
destacó por su actividad ballenera. Hoy ya no se cazan ballenas, pero sí pescado que puede degustarse fresco en los restaurantes del pueblo, acompañado de txacolí o en conserva. Desde el puerto parten también
excursiones turísticas a los Flysch de Zumaia, impresionantes formaciones rocosas naturales en la costa que se observan también desde el mirador de la ermita de San Telmo, en Zumaia. Y desde Getaria
puede pasearse por un camino costero hasta el pueblo de Zarauz, otra de las cunas del surf en esta costa vasca donde culminamos nuestro recorrido.