ETAPA 4: FOTITOS FRESCAS DEL DÍA...
dormimos en un castillo del siglo XII con fantasmas y todo...
si gritabas no te podía escuchar nadie en varios km a la redonda, pues el castillo estaba en medio de unos bosques, al que se accedía por un camino privado...
los fantasmas nos tenían preparado un parking sólo para los zetas...
las hermanas Hüerta, locas de contentas por dormir en un castillo con tanto glamour...
tanto follaje, tanto follaje... que al día siguiente estábamos con muchas ganas de marcha y de ruta...
igual nos ibamos rumbo hacia el monte Igual... La despedida de aquella bella morada, estremeció a las hermanas Huerta...
llegada al Mont Aigoual...
Visita a la torre del castillo. Preciosas vistas...
parece que tenían el mejor sitio reservado para que aparcaramos nuestros zetas...
y rumbo hacia las gargantas del Tarn y de la Jonte.
Hoy nos esperaba un día sin parar de gargantear, y las hermanas Huerta, que son muy copleras, estaban locas de contentas...
Gargantas de la Jonte...
panorámica de parte de las gargantas de la Jonte...
hacía tan buen tiempo, que hasta los coches escapaban del sol...
luego las gargantas del Tarn... ¡más de 50 km de carretera encajonada!!!!
subida hasta el mirador del Punto Sublime, para ver parte de las gargantas desde arriba...
panorámica desde el Point Sublime:
¡quien me pone la piedra encima... para que no levante cabezaaaaa!!!!!
...metiendola hasta el fondo de la garganta... metiendo la ruta, quiero decir...
...en La Malene, abandonamos las gargantas, subiendo por una pared casi vertical, para llegar hasta este mirador donde tomamos algo...
...desde allí arriba se veía el pueblecito de St Chely, con su puentecito, y hay que fijarse bien para ver las carreteras que van por arriba y las que van por abajo de la garganta...
panorámica desde allí...
seguimos nuestra ruta, hacia Mende y Langogne...
nuestro destino estaba en Sanilhac...
pueblecito que veíamos perfectamente desde la terraza panorámica donde estuvimos cenando:
y que a Ricart y Belén les encantó especialmente. Y a mi también...
en otra esquina de la mesa... estaban también emocionados con la terraza... aunque no tanto, jajaja
venga, arriba esos ánimos!!! un brindis con el vino que eligió Francisco de la carta...
Todas las noches brindábamos con un vino diferente y hacíamos una especie de ritual de cata chapucera., jeje