SEAT 1400 C Adoptaba ya la imagen que tendría el 1500 y era todo un "haiga" al estilo italiano La producción de coches por parte de SEAT, no comenzó hasta 1953, cuando se comenzó a montar el SEAT 1400. Aquel modelo no era, precisamente, un coche económico, era uno de los últimos modelos que habían puesto en circulación la italiana FIAT y contaba con algunos adelantos, como el chasis monocasco. Era un coche avanzado para su momento, y desde SEAT lo escogieron porque así, la plantilla podría aprender poco a poco las labores de su puesto de trabajo. El 600 fue el segundo coche que ponía en producción la Sociedad Española de Automóviles de Turismo S.A. y compartió concesionarios con el 1400. La firma española tuvo solo dos coches en catálogo durante mucho tiempo, aunque ambos evolucionaros durante su vida comercial. El SEAT 1400, por ejemplo, estuco 11 años en producción, tiempo durante el cual, se lanzaron un total de cuatro versiones diferentes: el SEAT 1400, el 1400 A, el 1400 B y el 1400 C. La última generación, quizá, el SEAT 1400 C, es la que más confusiones crea, pura adoptó la imagen de los FIAT 1800/200, dos coches que se presentaron en 1959 y que también sirvieron poco después, para que se lanzara en España el SEAT 1500. Y he aquí la confusión, el SEAT 1400, a simple vista, se puede confundir fácilmente con el SEAT 1500. No estuvo mucho en producción, hasta 1964. Se fabricó también en versión de carrocería familiar y es evidente que su fuente de inspiración son los haigas norteamericanos. Durante aquellos años, los estadounidenses pasaron por una de las épocas más exageradas en cuanto a diseño, querían demostrar que eran la nación más fuerte del mundo y cualquier excusa era buena. Además, también era la época de los viajes al espacio –el hombre llegaría a la luna en 1969– Por eso, sus coches empezaron a recibir aletas y prominencias de todos los tamaños y colores, unos detalles que también se dejaron ver en algunos modelos europeos, como es el caso del FIAT 1400 C y por tanto, de “nuestro” SEAT 1400 C. Era totalmente diferente de las anteriores versiones y su aspecto era imponente, sobre todo por sus aletas acabadas en pico, sus pilotos verticales o por la chapa de su carrocería, realmente lisa, lo que provocaba una sensación de estar ante un coche más grande de lo que en realidad es. De hecho, el SEAT 1400 C es poco más grande que un compacto y está por debajo de cualquier sedán mediano, al tener una longitud de 4.46 metros y 1,62 de ancho. La sensación de ser un coche grande, un haiga yankee, es eso, una sensación. Los ocupantes se encontraban con una situación similar al acceder al habitáculo. El diseño era muy yankee, con asientos corridos, un enorme volante con aro central cromado, salpicadero realmente sencillo y el cambio, que era manual, colocado en la columna de dirección. Presumía de impronta, y si, también de confort y cierto lujo. Bajo el capó había un cuatro cilindros de 1.395 centímetros cúbicos, el mismo motor del SEAT 1400 B, que daba nombre al modelo por su cubicaje. La culata era de dos válvulas, con varillas y balancines, la distribución era por cadena y por supuesto, la alimentación corría a cargo de un carburador. La potencia llegaba a los 58 CV a 4.600 revoluciones y la velocidad máxima no superaba los 135 km/h, una velocidad suficientemente alta en una época en la que había muy pocas carreteras donde poder alcanzar con soltura esa velocidad y además, suficiente también para un coche con frenos de tambor. El cambio radical del SEAT 1400 B al 1400 C, era adecuar su imagen, “poco a poco”, a la que tendría el SEAT 1500 que llegaría poco después. SEAT rehusó montar el motor de seis cilindros que tenía el FIAT 1800/2000 por temas de costes y por supuesto, por precio. el SEAT 1400 C costaba 150.000 pesetas, más del doble de lo que costaba un SEAT 600, que rondaba las 65.000 pesetas. Por cierto, puedes descargarte el catálogo del SEAT 1400 C digitalizado pinchando aquí mismo.
Me encantaba ese coche. No había nacido yo aún, pero en mi familia hubo unos cuantos. Abuelos, tíos... A fecha de hoy me sigue gustando la estética. No es moderna, ya no podría serlo, pero sigue siendo atractiva. También me parecía en su momento un coche enorme. A fecha de hoy, no creo que lo pareciera al lado de un SUV con anabolizantes de esos que hay a montones. Además eran los coches-tanque. Todo acero. Duros como piedras en todos los sentidos. Con la mentalidad de hoy, el no tener una estructura deformable los hace inseguros. No llevar ABS, ni AIRBAG pues también los convierte, mirando con ojos de 2023, en un peligro rodante. Claro que para la DGT serían coches muy seguros: velocidad máxima 135 km/h y nada de infoentretenimiento, ni GPS ni nada que distrajera al conductor... el vehículo ideal. Ironías aparte, era un gran coche para su época que dió muchas alegrías.
Y esta si seria la trasera de un SEAT 1400 C de 1960. Mecánicamente basado en el 1400 B Especial de 1958.