El preparador estadounidense acaba de presentar su nueva bestia, de la que únicamente fabricará 250 unidades este año. Bajo el capó, Shelby mantiene el mismo bloque Power Stroke turbodiésel del F-250 Super Duty, un 6,7 litros V8, que ofrece idénticas cifras que recién salido de fábrica: 482 CV de potencia y 1.424 Nm de par motor máximo. Lo que sí cambia notablemente es la suspensión de esta camioneta, que recibe un kit BDS para aumentar la altura de la carrocería, componentes específicos en ambos ejes y amortiguadores ajustables Fox 2.5, que en el caso de los posteriores incluyen una botella externa. Todos estos cambios, además de nuevas llantas de 18 pulgadas con neumáticos todoterreno BFGoodrich, deberían dotar al pick-up de mejores aptitudes off-road. Tampoco faltan dos ruedas de repuesto en la parte trasera, por si las cosas se torcieran más de la cuenta. A nivel estético, Shelby ha instalado un nuevo capó, con una toma de aire funcional, además de paragolpes de acero, para una apariencia más salvaje y robusta, o dos módulos de iluminación auxiliar LED, montados en la parte inferior del paragolpes delantero y sobre la barra del cajón de carga. Algunos elementos, como los pasos de rueda o la parrilla delantera, van pintados en el mismo color de la carrocería, y también encontramos estriberas iluminadas con escalones automáticos, para facilitar el acceso a este modelo de elevada altura. Por último, el habitáculo cuenta con asientos tapizados en un cuero diferente, con logotipos Shelby bordados, y también hay molduras decorativas de acero inoxidable y de fibra de carbono. El precio de semejante bestia, eso sí, es de 125.805 dólares, unos 103.000 euros, incluido el F-250 Lariat Ultimate 4x4 en el que se basa.
