Volkswagen Polo R WRC: ¡Bendita homologación!
Esteban Delgado | Madrid
Actualizado martes 22/10/2013 09:28 horas
Comentarios 1
Para evitar prototipos diseñados y construidos ex profeso, se suele exigir en el mundo de la competición, especialmente en rallyes, que el vehículo elegido sea fabricado en un número mínimo de unidades.
En los ’70-’80, homologar un modelo en Grupo 4 requería construir 400 unidades idénticas, que posteriormente fueron reducidas a 200 en el Grupo B (con evoluciones de 20 unidades) antes de que los accidentes mortales supusieran en 1987 un cambio radical y más exigente para los más racionales Grupo A, con 5.000 unidades.
Por esta causa, Volkswagen necesitaba construir 2.500 unidades de un modelo de calle con una serie de especificaciones similares, que afectaban principalmente a la posición del motor, reubicando los largueros del chasis. De hecho, el VW Polo R WRC ya se alineaba junto a su ‘musculado’ hermano de competición durante la presentación de éste último en Montecarlo en diciembre del año pasado.
El nuevo Polo R WRC deja en pañales al hasta ahora Polo más potente, la variante GTI con el motor 1.4 litros TSI de 180 CV, ya que monta un potente 2.0 TSI de 220 CV, y 350 NM par motor. Pero la exclusividad, que de eso se trata, no se detiene ahí.
El VW Polo R WRC sólo se encuentra disponible en color blanco con las con bandas decorativas azul y gris como el vehículo de rallyes trazadas a lo largo del capot delantera y en el lateral inferior de la puerta. Los parachoques delantero y trasero son de corte deportivo, similares al de competición y las carcasas de los retrovisores son en negro (en el WRC los de Sébastien Ogier son de color azul, los de Jari-Matti Latvala de color rojo y los de Andrea Mikkelsen, amarillos).
Destacan las 4 llantas tipo Cagliari, de 18 pulgadas con neumáticos de 215/35 que albergan las pinzas de freno en azul. El spoiler trasero es mucho más discreto que el de su más potente versión, en color negro con el número de fabricación de las 2.500 unidades.
En el interior, los asientos resultan muy deportivos en una combinación de alcántara, al igual que el volante que tiene un tacto exquisito que invita a cogerlo con fuerza. Destacan también los pedales en aluminio logrando una atmósfera deportiva no reñida con cierto lujo y buen gusto.
Lo mejor del Polo R WCR
Pero el punto fuerte del VW Polo R WRC son sus prestaciones. Gracias a su potente motor 2.0 TSI de 220 CV heredado de las versiones R de la marca alemana (Scirocco y Golf VI), lo que significan 40 CV y 100 Nm más que el Polo GTI; se permite batir por una décima al actual Golf GTI, quizá por esos veintisiete kilos de menos que les separan, parando el crono en 6,4 segundos.
Alcanza una velocidad máxima de 243 km/h, tres inferior al Golf y el consumo medio homologado es de 7,5 litros cada cien kilómetros. Para adelgazar su peso el capó del Polo R WRC es tipo sándwich al introducirse una capa de polímero entre dos de acero que reduce el peso en 1,9 kilos sobre un total de 7 kg y que igualmente monta la versión de competición.
Sentado al volante el VW Polo R WRC resulta francamente dócil a nuestras exigencias. Acelerando con decisión, sobre un piso normal, no presenta pérdidas de tracción ni se desvía ni a derecha ni izquierda. La dirección es precisa y sus reacciones muy nobles y el enorme par ayuda ante casi cualquier error al abordar una curva: basta apuntar la dirección hacia el centro de la carretera y pisar el acelerador, que hacía allí irá el coche.
La suspensión no resulta dura ni transmite todas las irregularidades del asfalto pese al perfil bajo de los neumáticos, así que realmente se puede llegar a rodar muy rápido con el Polo R WRC, casi sin despeinarse.
Lamentablemente, el Volkswagen Polo R WRC, que se fabrica en la planta de Pamplona al igual que las carrocerías de los World Rally Car, tiene un precio de 34.860 euros contra los 31.010 del Golf GTI serie VII. Por tanto, resulta más caro que un modelo de más empaque, habitabilidad y maletero con unas prestaciones muy parecidas.
Y ese es su gran enemigo. Solo alguien muy identificado con los recientes éxitos de la marca alemana en el Mundial de Rallyes se decantará seguramente por el Polo, y por ello el importador español no confía en vender en nuestro país más allá del medio centenar de unidades.
http://www.elmundo.es/elmundomotor/2013/10/18/coches/1382106071.html
Esteban Delgado | Madrid
Actualizado martes 22/10/2013 09:28 horas
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Para evitar prototipos diseñados y construidos ex profeso, se suele exigir en el mundo de la competición, especialmente en rallyes, que el vehículo elegido sea fabricado en un número mínimo de unidades.
En los ’70-’80, homologar un modelo en Grupo 4 requería construir 400 unidades idénticas, que posteriormente fueron reducidas a 200 en el Grupo B (con evoluciones de 20 unidades) antes de que los accidentes mortales supusieran en 1987 un cambio radical y más exigente para los más racionales Grupo A, con 5.000 unidades.
Por esta causa, Volkswagen necesitaba construir 2.500 unidades de un modelo de calle con una serie de especificaciones similares, que afectaban principalmente a la posición del motor, reubicando los largueros del chasis. De hecho, el VW Polo R WRC ya se alineaba junto a su ‘musculado’ hermano de competición durante la presentación de éste último en Montecarlo en diciembre del año pasado.
El nuevo Polo R WRC deja en pañales al hasta ahora Polo más potente, la variante GTI con el motor 1.4 litros TSI de 180 CV, ya que monta un potente 2.0 TSI de 220 CV, y 350 NM par motor. Pero la exclusividad, que de eso se trata, no se detiene ahí.
El VW Polo R WRC sólo se encuentra disponible en color blanco con las con bandas decorativas azul y gris como el vehículo de rallyes trazadas a lo largo del capot delantera y en el lateral inferior de la puerta. Los parachoques delantero y trasero son de corte deportivo, similares al de competición y las carcasas de los retrovisores son en negro (en el WRC los de Sébastien Ogier son de color azul, los de Jari-Matti Latvala de color rojo y los de Andrea Mikkelsen, amarillos).
Destacan las 4 llantas tipo Cagliari, de 18 pulgadas con neumáticos de 215/35 que albergan las pinzas de freno en azul. El spoiler trasero es mucho más discreto que el de su más potente versión, en color negro con el número de fabricación de las 2.500 unidades.
En el interior, los asientos resultan muy deportivos en una combinación de alcántara, al igual que el volante que tiene un tacto exquisito que invita a cogerlo con fuerza. Destacan también los pedales en aluminio logrando una atmósfera deportiva no reñida con cierto lujo y buen gusto.
Lo mejor del Polo R WCR
Pero el punto fuerte del VW Polo R WRC son sus prestaciones. Gracias a su potente motor 2.0 TSI de 220 CV heredado de las versiones R de la marca alemana (Scirocco y Golf VI), lo que significan 40 CV y 100 Nm más que el Polo GTI; se permite batir por una décima al actual Golf GTI, quizá por esos veintisiete kilos de menos que les separan, parando el crono en 6,4 segundos.
Alcanza una velocidad máxima de 243 km/h, tres inferior al Golf y el consumo medio homologado es de 7,5 litros cada cien kilómetros. Para adelgazar su peso el capó del Polo R WRC es tipo sándwich al introducirse una capa de polímero entre dos de acero que reduce el peso en 1,9 kilos sobre un total de 7 kg y que igualmente monta la versión de competición.
Sentado al volante el VW Polo R WRC resulta francamente dócil a nuestras exigencias. Acelerando con decisión, sobre un piso normal, no presenta pérdidas de tracción ni se desvía ni a derecha ni izquierda. La dirección es precisa y sus reacciones muy nobles y el enorme par ayuda ante casi cualquier error al abordar una curva: basta apuntar la dirección hacia el centro de la carretera y pisar el acelerador, que hacía allí irá el coche.
La suspensión no resulta dura ni transmite todas las irregularidades del asfalto pese al perfil bajo de los neumáticos, así que realmente se puede llegar a rodar muy rápido con el Polo R WRC, casi sin despeinarse.
Lamentablemente, el Volkswagen Polo R WRC, que se fabrica en la planta de Pamplona al igual que las carrocerías de los World Rally Car, tiene un precio de 34.860 euros contra los 31.010 del Golf GTI serie VII. Por tanto, resulta más caro que un modelo de más empaque, habitabilidad y maletero con unas prestaciones muy parecidas.
Y ese es su gran enemigo. Solo alguien muy identificado con los recientes éxitos de la marca alemana en el Mundial de Rallyes se decantará seguramente por el Polo, y por ello el importador español no confía en vender en nuestro país más allá del medio centenar de unidades.
http://www.elmundo.es/elmundomotor/2013/10/18/coches/1382106071.html
