Quienes nos definimos por cierto gusto por la vida y tenemos aficiones y gustos bastante particulares, nos solemos quedar con el dicho de sólo lo mejor es bueno.
El jamón es uno de esos placeres irrenunciables y una de las 10 cosas por las que encuentro sentido vivir.
Soy un auténtico adicto y he probado cientos...
pero hubo un día, que en una degustación de un acontecimiento, probé uno... y me cautivó. Era distinto a todo. Parecía jamón de otra galaxia.
Como montar en un Ferrari. El Ferrari de los jamones.
Pensé que sería esa loncha. Probé más. Me acabé el plato. Fui a por otro. Y otro. Y otro más.
Me acerqué a ver ese jamón, quería saber qué era, qué estaba comiendo, ver ese caliz sagrado que tan manjar a la altura de los dioses daba.
JOSELITO, de Salamanca rezaba.
Desde entonces lo tengo claro: Ferrari, Stradivarius, Briori, Don Perignon... y
Joselito.
Ya no quiero otra cosa.
Joselito, El mejor jamón del mundo.