Aunque mi caso no tiene nada que ver con el de
@Pichon82 o el de @“NANO”, lo pongo por aquí por si sirve de algo.
Hace 19 años, teniendo yo 41, tuve un episodio de mareos y malestar general, que tras varios errores médicos y con 15 días de retraso me diagnosticaron una meningitis que me hizo entrar en coma y perder el control de mi cuerpo. Llegó el momento en que sólo podía mover la mano derecha y el párpado del ojo del mismo lado y me hacía mis necesidades encima. Hecho el diagnostico, controlaron la enfermedad, pero el daño cerebral estaba hecho, por lo que salí del hospital en silla de ruedas, pérdida auditiva de un 85 %, sensación de mareo continua, visión única del ojo derecho y con un pronóstico de recuperación incierto, ya que los neurólogos no sabían las secuelas que iban a quedar.
Tras seis meses de rehabilitación conseguí empezar a andar con bastones, pero totalmente amargado porque me sentía un inútil. Gracias a la impagable ayuda de mi mujer, que siempre fue optimista y la rehabilitación, al año ya andaba casi con normalidad y a los dos años empecé a conducir de nuevo con sumo cuidado y ya hacía algunos trabajos en mi oficio de agricultor. Me fui acostumbrando a mi nueva situación física, haciendo vida casi normal, pero con ansias de vivir intensamente por darme cuenta de lo frágil que puede ser la vida. Tanto me llegó a gustar la fiesta que me pasé de frenada y llegué a tener problemas con el alcohol. Corregido esto y con algunos problemas económicos, nuestras dos hijas acabaron sus estudios y hoy son funcionarias y totalmente independientes, y nosotros deseando que nos hagan abuelos.
Hoy día, con 60 años y bastantes problemas físicos, intento disfrutar de las cosas que SÍ PUEDO HACER, y olvidar mis limitaciones. Soy un apasionado de las motos clásicas, tengo 7 e intento disfrutarlas al máximo, porque posiblemente no me quede mucho tiempo de poder conducirlas.
Con mi pequeña historia lo que intento transmitir es que hay que luchar por lo poco o mucho que te dé la vida, y mientras estemos en este mundo hay que intentar adaptarse a él siendo lo mas felices posible, por eso mi lema es: “no es mas rico el que más tiene, sino quien menos necesita”. Por todo esto disfruto de cosas que para mucha gente son insignificantes y a mí me hacen feliz.
Algunos de los enfermos del hilo quizás pasen por momentos muy duros, pero si salen adelante, la vida puede ser muy grata a pesar de todo, mi caso es el mas vivo ejemplo