*NANO*
Clan Leader
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El Lincoln que hacía desaparecer sus puertas cumple 30 años
En pleno desenfreno de principios de los 90 se presentaba este prototipo de Lincoln Continental MK VIII con unas curiosas puertas que desaparecían.
El final de los 80 y principios de los 90 fue una época de excesos en todos los aspectos y el automóvil no fue ajeno a todo aquello. La ostentación era la regla principal y en esos años en los que triunfaba una nueva generación de ejecutivos jóvenes y ambiciosos, lo yuppies, había que alimentar esa necesidad de dejar claro que se había triunfado en los negocios. Las marcas de automóviles encargaban a empresas externas el desarrollo de cualquier característica que los diferenciara, por loca que fuese, y que permitiese cobrar un precio extra por sus coches.
Así nacía este prototipo de puertas deslizantes-invisibles que se escondían en los bajos de este Lincoln Continental MK VIII de 1993, una creación de la empresa JATECH por encargo de Ford, propietaria de Lincoln. Ver su funcionamiento resulta casi mágico y algo hipnótico, una idea realmente práctica que hacía que entrar y salir de cualquiera de sus cuatro plazas fuese mucho más fácil, aunque mejor no pensar cuál era la resistencia de esas puertas en un impacto lateral. Las puertas no tenían manetas exteriores y se accionaban con un mando mientras que por dentro ocurría lo mismo, no había apoyabrazos ni interruptores en la propia puerta, ya que los mandos de los elevalunas y del sistema de apertura debían colocarse en el salpicadero.
Caras y complicadas
El sistema fue patentado por sus creadores, con el número de patente bien visible en el interior del prototipo, pero la complejidad del sistema hizo que Lincoln desistiera de su fabricación, ni siquiera en una corta serie. No hay más que ver todo lo que lleva el prototipo en el maletero para poder accionar estas puertas, además de tener que reubicar el depósito de combustible, reforzar parte de la carrocería al eliminar el pilar B, crear un sistema de apertura en caso de emergencia si se queda sin batería… un galimatías técnico caro y complejo solo para unas puertas muy vistosas.
Aunque la idea no llegó a la producción el prototipo se vendió a un particular que en 2007 lo puso a la venta en eBay. El coche alcanzó un precio de 19.000 dólares, unos 18.100 euros. Un valor algo elevado para un coche con 14 años y que en ese momento tenía 43,250 millas en su marcador, casi 70.0000 km, aunque si tenemos en cuenta que se trata de un modelo único con una idea que no se volvió a montar en otro vehículo, resulta incluso barato.
En pleno desenfreno de principios de los 90 se presentaba este prototipo de Lincoln Continental MK VIII con unas curiosas puertas que desaparecían.

El final de los 80 y principios de los 90 fue una época de excesos en todos los aspectos y el automóvil no fue ajeno a todo aquello. La ostentación era la regla principal y en esos años en los que triunfaba una nueva generación de ejecutivos jóvenes y ambiciosos, lo yuppies, había que alimentar esa necesidad de dejar claro que se había triunfado en los negocios. Las marcas de automóviles encargaban a empresas externas el desarrollo de cualquier característica que los diferenciara, por loca que fuese, y que permitiese cobrar un precio extra por sus coches.
Así nacía este prototipo de puertas deslizantes-invisibles que se escondían en los bajos de este Lincoln Continental MK VIII de 1993, una creación de la empresa JATECH por encargo de Ford, propietaria de Lincoln. Ver su funcionamiento resulta casi mágico y algo hipnótico, una idea realmente práctica que hacía que entrar y salir de cualquiera de sus cuatro plazas fuese mucho más fácil, aunque mejor no pensar cuál era la resistencia de esas puertas en un impacto lateral. Las puertas no tenían manetas exteriores y se accionaban con un mando mientras que por dentro ocurría lo mismo, no había apoyabrazos ni interruptores en la propia puerta, ya que los mandos de los elevalunas y del sistema de apertura debían colocarse en el salpicadero.

Caras y complicadas
El sistema fue patentado por sus creadores, con el número de patente bien visible en el interior del prototipo, pero la complejidad del sistema hizo que Lincoln desistiera de su fabricación, ni siquiera en una corta serie. No hay más que ver todo lo que lleva el prototipo en el maletero para poder accionar estas puertas, además de tener que reubicar el depósito de combustible, reforzar parte de la carrocería al eliminar el pilar B, crear un sistema de apertura en caso de emergencia si se queda sin batería… un galimatías técnico caro y complejo solo para unas puertas muy vistosas.

Aunque la idea no llegó a la producción el prototipo se vendió a un particular que en 2007 lo puso a la venta en eBay. El coche alcanzó un precio de 19.000 dólares, unos 18.100 euros. Un valor algo elevado para un coche con 14 años y que en ese momento tenía 43,250 millas en su marcador, casi 70.0000 km, aunque si tenemos en cuenta que se trata de un modelo único con una idea que no se volvió a montar en otro vehículo, resulta incluso barato.