En la era digital, los dispositivos inteligentes nos permiten estar más conectados que nunca. Pero la conectividad ya no es exclusiva de ordenadores y smartphones, sino que alcanza otros elementos cotidianos como el coche. Uno de ellos es el parabrisas. Los avances tecnológicos en el mundo del motor son cada vez más rápidos en la búsqueda de una conducción más cómoda, sencilla y automatizada. La seguridad es otra de las principales premisas. La tecnología permite limitar los errores humanos, reduciendo los riesgos de accidente y de colisiones. Hacemos un repaso de las propuestas actuales y venideras de la industria donde el parabrisas se posiciona como uno de los protagonistas indiscutible de la revolución automovilística. Sistemas de ayuda a la conducción Los sistemas de ayuda a la conducción o ADAS, por sus siglas en inglés (Advanced Driver Assistance Systems) son uno de los principales avances tecnológicos en el sector automovilístico. Recogen cualquier asistencia al conductor en favor de una mejor conducción. Dentro de los ADAS, el parabrisas es un elemento clave, ya que en él se instalan las cámaras que se encargan de detectar objetos cercanos al vehículo a distancias de hasta 500 metros. Con la ayuda de la inteligencia artificial, estos objetos se identifican y se transforman en información útil para el conductor. Funciones de las cámaras en sistemas ADAS Las cámaras son uno de los sensores más importantes de los sistemas ADAS, pues además de recoger información visual se conectan con el resto de sensores para una asistencia integral. Algunas de sus funciones más importantes son: Lectura de señales de tráfico: reconocen y notifican la presencia de señales de tráfico que a veces pasan desapercibidas. Así podrá saberse el límite de velocidad en cada momento o las prohibiciones de adelantar a otros coches. En caso de que se incumpla alguna de estas advertencias el sistema emite una alerta. Detección de ángulos muertos: localizan los diferentes puntos muertos, aquellos espacios ciegos que no se pueden ver en los retrovisores y por los que podrían acercarse otros vehículos. Si detecta la presencia de alguno, se enciende una luz para advertir al conductor. Identificación de objetos móviles: detectan la cercanía de personas o animales y sus movimientos para estimar si pueden interferir con la trayectoria del vehículo. De percibir algún peligro, se activan sistemas de disminución de velocidad o frenado automático. El correcto funcionamiento de las cámaras de los ADAS depende de una adecuada calibración. Por ello es tan importante tener cuidado ante cualquier incidente que afecte la integridad del parabrisas, sobre todo cuando estos necesiten ser sustituidos. En esos casos es necesaria una recalibración de los sistemas de ayuda a la conducción para asegurar que estos sensores sigan transmitiendo sus datos de forma correcta. El futuro del parabrisas La revolución tecnológica de los coches da pasos agigantados. La apuesta por una conducción automática en la que la persona al volante pase a ser solo un ocupante, está cada vez más cerca. Con los vehículos autoconducidos, el parabrisas dejará de ser un elemento para observar la carretera y se convertirá en el centro de control de un artefacto que hace mucho más que trasladarnos de un lugar a otro. Las expectativas apuntan a que esta luna sirva como una pantalla interactiva para controlar todas las funciones del vehículo según las preferencias de los pasajeros y, además, ser un centro de entretenimiento y conexión. Recibir videollamadas, ver una película o las noticias más recientes serán solo algunas de las prestaciones que se encuentren en el parabrisas. La era digital ha alcanzado todos los rincones posibles y el sector automovilístico va a la cabeza con tecnologías que buscan mejorar nuestra experiencia en el coche. La ficción se acerca más a la realidad, y funciones que hace pocos años nos parecían futuristas hoy son proyectos en desarrollo con miras a ponerse en marcha más pronto que tarde.
