cybermad
Clan Leader
Un plato de estos le hace falta @blaki
El primer ciclista que superó los 200 km/h lo hizo a rebufo de un Mercedes-Benz 300 SL ‘Gullwing’
Fue en 1962 y lo hizo con una bicicleta personalizada de fabricación casera
Hay proezas que son alcanzables por los que superan todos los miedos y están dispuestos a arriesgarlo todo por alcanzar la gloria. Esta es una de estas historias fascinantes que demuestran el afán del hombre por superar todos los récords, un hito que permitió que el primer ciclista superara los 200 km/h de velocidad a rebufo de toda una joya clásica de Mercedes-Benz.
El nombre de José Meiffret tal vez no te resulte familiar. Nació en Francia en 1913 y un tío suyo le inculcó la pasión por el ciclista a una temprana edad. Aunque no pudo despuntar en ninguna disciplina relacionado con las bicicletas, la pasión por este deporte y su afán por superarse le permitieron convertirse en el primer ciclista que superó la barrera de los 200 km/h.
El primer ciclista que superó los 200 km/h…
Muchos fueron los que, durante el siglo XX, especialmente en la primera mitad, trataron de batir el récord de velocidad en bicicleta. Sería el un francés, Alfred Letourneur, quien lograría en 1941 superar los 175 km/h en California. El récord estaría vigente durante más de una década, hasta que, a fuerza de intentarlo, Meiffret lograría superar esta marca bajo la creencia de que “un ser humano puede crecer más allá de sí mismo mediante su voluntad”.
Meiffret cruzó la frontera de su país para llegar a Alemania después de que Francia prohibiera sus arriesgados intentos de batir récords. Sucedió el 10 de julio de 1962, en la autopista A5 entre Lahr y Friburgo, cuando el ciclista de 49 años se propuso cruzar otro límite en su objetivo de convertirse en el hombre más rápido del mundo en bicicleta.
En 1961, el ciclista francés ya había superado su marca de 175,609 km/h establecida diez años antes, logrando un récord de 186,625 km/h. Sin embargo, Meiffret quería más y pasó todo el invierno modificando su bicicleta para superar la barrera de los 200 km/h.
La bici era de construcción propia, con cuadro reforzado y llantas de madera, impulsada por un plato delantero gigante de 175 dientes y un piñón de 17 dientes en la rueda trasera. Esta relación de engranajes le permitía recorrer 16 metros con un solo giro de los pedales.
…a rebufo de un Mercedes-Benz 300 SL ‘Gullwing’
Para lograr el récord, nuestro intrépido ciclista necesitaría luchar contra el la resistencia aerodinámica, por lo que se decidió a usar un coche para generara el rebufo necesario para establecer la nueva marca. No sería cualquier coche, sino uno a la altura del récord que estaba a punto de batirse, el Mercedes-Benz 300 SL ‘Gullwing’ (prueba).
El alas de gaviota era lo suficientemente potente y rápido como para alcanzar y mantener una velocidad superior a los 200 km/h. Además, era fiable y permitiría a Meiffret intentar el récord con seguridad, evitando así otra nueva caída (en sus intentos previos había sufrido caídas, incluyendo una a 135 km/h que casi le cuesta la vida).
Meiffret salió a la carretera con una nota en el bolsillo que rezaba: “En caso de accidente mortal, ruego a los espectadores que no sientan lástima por mí. Soy un hombre pobre, huérfano desde los once años, y he sufrido mucho. La muerte no me aterroriza. Este intento de récord es mi forma de expresarme. Si los médicos no pueden hacer más por mí, por favor entiérrenme al lado del camino donde me caí”.
Afortunadamente, esta historia tiene un final feliz, ya que el ciclista francés pudo establecer el récord de velocidad. Con la fuerza de sus piernas, Meiffret puso en marcha la bicicleta, se colocó a rebufo del 300 SL y, a través de un megáfono, daba indicaciones al conductor para adecuar el ritmo y la velocidad. En el segundo intento se logró batir el récord con una velocidad final de 204,788 km/h, completando el último kilómetro de pista en solo 17,58 segundos.
El primer ciclista que superó los 200 km/h lo hizo a rebufo de un Mercedes-Benz 300 SL ‘Gullwing’
Fue en 1962 y lo hizo con una bicicleta personalizada de fabricación casera

Hay proezas que son alcanzables por los que superan todos los miedos y están dispuestos a arriesgarlo todo por alcanzar la gloria. Esta es una de estas historias fascinantes que demuestran el afán del hombre por superar todos los récords, un hito que permitió que el primer ciclista superara los 200 km/h de velocidad a rebufo de toda una joya clásica de Mercedes-Benz.
El nombre de José Meiffret tal vez no te resulte familiar. Nació en Francia en 1913 y un tío suyo le inculcó la pasión por el ciclista a una temprana edad. Aunque no pudo despuntar en ninguna disciplina relacionado con las bicicletas, la pasión por este deporte y su afán por superarse le permitieron convertirse en el primer ciclista que superó la barrera de los 200 km/h.
El primer ciclista que superó los 200 km/h…
Muchos fueron los que, durante el siglo XX, especialmente en la primera mitad, trataron de batir el récord de velocidad en bicicleta. Sería el un francés, Alfred Letourneur, quien lograría en 1941 superar los 175 km/h en California. El récord estaría vigente durante más de una década, hasta que, a fuerza de intentarlo, Meiffret lograría superar esta marca bajo la creencia de que “un ser humano puede crecer más allá de sí mismo mediante su voluntad”.
Meiffret cruzó la frontera de su país para llegar a Alemania después de que Francia prohibiera sus arriesgados intentos de batir récords. Sucedió el 10 de julio de 1962, en la autopista A5 entre Lahr y Friburgo, cuando el ciclista de 49 años se propuso cruzar otro límite en su objetivo de convertirse en el hombre más rápido del mundo en bicicleta.

En 1961, el ciclista francés ya había superado su marca de 175,609 km/h establecida diez años antes, logrando un récord de 186,625 km/h. Sin embargo, Meiffret quería más y pasó todo el invierno modificando su bicicleta para superar la barrera de los 200 km/h.
La bici era de construcción propia, con cuadro reforzado y llantas de madera, impulsada por un plato delantero gigante de 175 dientes y un piñón de 17 dientes en la rueda trasera. Esta relación de engranajes le permitía recorrer 16 metros con un solo giro de los pedales.
…a rebufo de un Mercedes-Benz 300 SL ‘Gullwing’
Para lograr el récord, nuestro intrépido ciclista necesitaría luchar contra el la resistencia aerodinámica, por lo que se decidió a usar un coche para generara el rebufo necesario para establecer la nueva marca. No sería cualquier coche, sino uno a la altura del récord que estaba a punto de batirse, el Mercedes-Benz 300 SL ‘Gullwing’ (prueba).
El alas de gaviota era lo suficientemente potente y rápido como para alcanzar y mantener una velocidad superior a los 200 km/h. Además, era fiable y permitiría a Meiffret intentar el récord con seguridad, evitando así otra nueva caída (en sus intentos previos había sufrido caídas, incluyendo una a 135 km/h que casi le cuesta la vida).
Meiffret salió a la carretera con una nota en el bolsillo que rezaba: “En caso de accidente mortal, ruego a los espectadores que no sientan lástima por mí. Soy un hombre pobre, huérfano desde los once años, y he sufrido mucho. La muerte no me aterroriza. Este intento de récord es mi forma de expresarme. Si los médicos no pueden hacer más por mí, por favor entiérrenme al lado del camino donde me caí”.
Afortunadamente, esta historia tiene un final feliz, ya que el ciclista francés pudo establecer el récord de velocidad. Con la fuerza de sus piernas, Meiffret puso en marcha la bicicleta, se colocó a rebufo del 300 SL y, a través de un megáfono, daba indicaciones al conductor para adecuar el ritmo y la velocidad. En el segundo intento se logró batir el récord con una velocidad final de 204,788 km/h, completando el último kilómetro de pista en solo 17,58 segundos.