Como el que anda por el foro, o andaba que hace tiempo no se nada de él... 1976 Fiat-Abarth 131 Rally: An Italian Rally Legend in Tuscany Tuscany has all manner of public roads doing a laudable impressions of a tarmac rally stage, and if you’re going to drive an Italian homologation special around for a day you’d struggle to find a better area to get lost in on purpose. The Fiat-Abarth 131 Rally had some big shoes to fill when the Fiat Group hung its WRC hopes over its widened fiberglass shoulders. Unlike the Stratos which had brought Lancia a trio of constructors’ titles in the mid 1970s, it was decided that the Group’s rallying involvement would be more directly related to its mass-produced road cars; in this case the humble Fiat 131. To get the entry-level car up to the task at hand in the WRC, Fiat got Abarth involved with the preparation for rallying, and had Bertone take care of the restyling and construction of the lightweight bodywork for the 400-car homologation production. The transformation was enough to bring Fiat three WRC contractors’ titles (1977, 1978, and 1980), and drivers’ titles for Markku Alén and Walter Röhrl (in 1978 and 1980, respectively). The road-going version of the factory rally cars was impressive in its own right, with its dramatic styling backed up by the four-corner independent suspension and the Abarth-tuned twin-cam inline-four. In Stradale trim the motor made just shy of 140hp out of its two naturally aspirated liters. Fed by a single Weber carb but packing four valves per cylinder in its aluminum head, the engine isn’t what you’d call powerful outright, but it’s an impressive example of highly strung natural aspiration for a 1970s road car. Though there are some things that could make this 131 even sweeter to steer down these roads—like a limited-slip—it’s impossible not to find some enjoyment from this fascinating familiar yet wild relic from the formative years of world rallying.
1976 Fiat-Abarth 131 Rally: una leyenda del rally italiano en Toscana Toscana tiene todo tipo de carreteras públicas que hacen una impresión loable de una etapa de rally de asfalto, y si vas a conducir una especial de homologación italiana por un día, tendrás dificultades para encontrar una mejor área para perderte a propósito. El Fiat-Abarth 131 Rally tenía unos zapatos grandes que llenar cuando el Grupo Fiat colgó sus esperanzas del WRC sobre sus hombros ensanchados de fibra de vidrio. A diferencia del Stratos, que le había valido a Lancia un trío de títulos de constructores a mediados de la década de 1970, se decidió que la participación del Grupo en los rallies estaría más directamente relacionada con sus coches de carretera de producción masiva; en este caso el humilde Fiat 131. Para que el automóvil de nivel de entrada estuviera a la altura de la tarea en cuestión en el WRC, Fiat involucró a Abarth en la preparación para los rallyes y Bertone se encargó del rediseño y construcción de la carrocería liviana para la producción de homologación de 400 automóviles. La transformación fue suficiente para traer a Fiat tres títulos de contratistas del WRC (1977, 1978 y 1980), y títulos de pilotos para Markku Alén y Walter Röhrl (en 1978 y 1980, respectivamente). La versión de carretera de los autos de rally de fábrica fue impresionante por derecho propio, con su estilo dramático respaldado por la suspensión independiente de cuatro esquinas y los cuatro en línea de doble cámara ajustados por Abarth. En la versión Stradale, el motor alcanzaba los 140 CV con sus dos litros de aspiración natural. Alimentado por un solo carburador Weber pero con cuatro válvulas por cilindro en su culata de aluminio, el motor no es lo que llamarías poderoso en absoluto, pero es un ejemplo impresionante de una aspiración natural muy nerviosa para un automóvil de carretera de la década de 1970. Aunque hay algunas cosas que podrían hacer que este 131 sea aún más dulce para conducir por estos caminos, como un deslizamiento limitado, es imposible no disfrutar de esta fascinante reliquia familiar pero salvaje de los años formativos de los rallyes mundiales.
Es una gozada conducir por esas tierras, lo malo es el precio de la gasofa 98 que tienen...menudos palos me dieron la última vez que estuve
Ha que recordar que por aquí, producidos por Seat, pudimo disfrutar de los 131 y sus montores lampredi aunque fuera con cuatro puertas, eje rigido y motores meno vitaminados aunque de la misma familia. Mucho se ha hablado de la decadencia de Lancia, pero la de Fiat es similar. La una se dedica a vender Ypsilon y la otra 500.
