Lo que más me molesta es la gente que come como si estuviera en su casa, haciendo ruido con las palomitas esas que vienen en cubos gigantes, o con las bolsas... eso lo llevo muy mal. Es una de las razones por las que no suelo ir al cine (la otra es porque ya no hay salas en el centro de la ciudad, como antes, que tomabas unas cervezas con los amigos y después al cine paseando).
Es una cuestión de educación colectiva, en Ex-paña se da bien poco. Vas en el AVE y tienes que llamarle la atención a una payasa o payaso porque está discutiendo, y ya lleva 10 minutos, al teléfono, con la madre, hijo, esposa/o, aireando su vida a grito pelado. O en el avión y te tienes que volver a decirle al padre del nene, que a la próxima patada que te de en el respaldo se ve un número, o estás en el restaurante soportando a los nenes correteando entre las mesas, o en la playa tragándote que te tiren arena encima y que dejen los envases tirados al irse... o atendiendo a un cliente y el niño de turno aporreando los cristales, delante de su puñetero o puñeterísima madre...en fin, mal panorama, y malos, muy malos, pésimos, padres en términos generales. Yaaaaaa, yaaaa ,vosotros no, los demás. Siempre los demás.
Y llámale la atención a un nene, JÁ!!!!! ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿A mi hijo????????????????????? Es mi hijo!!!!!!!!!!!!!!!! Si yo no lo quiero secuestrar señor/a, lo que quiero es que se lo meta usted en le los huevos y se lo lleve a su p*ta casa a dar por culo que esto es un negocio estoy trabajando y su hijo está aporreando los cristales con las manos llenas de chucherías y me los tiene ya como el Guernica después de 5 minutos dando porrazos y viendo usted que estamos teniendo una reunión dentro.... ¿qué es lo que no entiende? -Es que es un niño.... Ya!!!, me cago en mi vida.
El verano pasado le dije al socorrista, con gestos de la cabeza, por cierto, el joven no servía ni para estar escondido, como buen subproducto social actual, que un niño delante de él, ya hablaba perfectamente y tenía raciocinio, estaba churra en mano, meando en el bordillo de la piscina. Buenoooooo…. la madre en mi busca con el churro en la mano para darme, y no me había ni dirigido al niño.... que era su hijo, su familia, su carne, que tenía suerte de que su marido no estaba... y yo, Dios, como me de con el churrooooo… Dios mío como me de con el churro.
En fin que si voy al cien y está vacío, yo, encantado. Para aguantar lechones me quedo en casa. Debo ser un fascista, ya.