Off Topic Lo que el corazón esconde. Para ti, Papá. ACTUALIZADO: seis años después

Actualización en enero de 2019, seis años y medio después:

Esta mañana estaba un poco nostálgico por haber regresado de pasar toda la navidad en Sevilla (como muchos sabéis, vivo en Madrid desde 2014) y, recordando, recordando, me vino a la cabeza este post que escribí cuando mi padre llevaba unos cuantos meses enfermo y no veía solución cercana a su situación.

Seis años y medio después, me alegra poder contaros el desenlace rápido de aquella fea etapa de nuestras vidas.

El 26 julio de 2012 (20 días después de escribir el post original), un hígado compatible apareció con nocturnidad. Llamaron a mi padre, que en ese momento estaba en casa con Cecilia, su pareja, y le dijeron que debía estar en el hospital en el plazo de dos o tres horas (no recuerdo cuánto exactamente). Mi padre por entonces ya no podía conducir por lo torpe e impedido que estaba. Vanesa (mi chica) y yo, estábamos fuera de casa, pero no muy lejos. Me llamaron y de inmediato salimos pitando para recogerle y llevarle al hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde esa noche lo operaron y, hasta hoy, todo ha sido de nuevo la estabilidad y mucha calidad de vida.

Lo digo esto porque una de las cosas más amargas de esta etapa fue la del trato, precisamente, con un colega de profesión (pero no compañero) de mi padre. El especialista en aparato digestivo que lo trató de su cirrosis hepática terminal antes de la operación (a posteriori se encargan del seguimiento los cirujanos), se mostró siempre hostil y prepotente ante nosotros, colaborando a regañadientes.

Os cuento:

Cuando a mi padre se le diagnosticó cirrosis hepática (las cirrosis, hasta que no son muy avanzadas, no dan síntomas), lo que no se aclaraba fue el porqué de su enfermedad. Qué lo había causado. Lo más habitual es asociarlo al alcoholismo, aunque hay otras causas. Mi padre nunca ha sido bebedor, ni siquiera de lo que se suele llamar "bebedor social". No toma cerveza ni vino (ni tomaba). Sí un cubata en fin de año, o en alguna celebración. Pero ya está.

Pues bien, este doctor que lo trató en la etapa pretransplante, desde el primer día en consulta puso en su informe médico que la causa de la cirrosis era "alcoholismo". Cuando nos dimos cuenta, unos días después del alta tras el primer ingreso, leyendo el informe, regresamos a consulta y se lo dijimos: ni es, ni ha sido bebedor. Jamás, nunca.

El tipo, en vez de creer lo que decíamos tanto los familiares como mi propio padre, respondió rotundo: usted bebe. No hay que comentar, además, el estigma que supone tener un diagnóstico así en un informe médico.

En este punto, debo comentaros que, para entrar como candidato en una lista de trasplantes, debes demostrar, en caso de ser alcohólico, que llevas más de seis meses de abstinencia total. Si no es así, quedas descartado para trasplante.

Pues, "como favor", para que mi padre no se quedase sin trasplante, a la hora de hacer la petición de estudio para colocarlo en lista de espera tuvo el "detalle de poner que el paciente declara que llevaba más de seis meses de abstinencia.

Dos años y medio después de haber sido trasplantado, un día, por un comentario mío sobre mi abuelo (su padre), mi padre empezó a atar cabos, pues siempre había estado totalmente en contra con el diagnóstico por alcoholismo de su cirrosis. Os recuerdo que es especialista en Medicina Interna. Ha tratado cientos de casos así.

Existe un déficit proteico, denominado déficit de Alfa 1 antitripsina que, sin ser una enfermedad, es un "defecto" hereditario que, si se desconoce, puede cursar, principalmente, con dos tipos de enfermedad a la vejez: enfisema pulmonar o cirrosis hepática. Resulta que mi abuelo había tenido enfisema pulmonar años atrás, sin ser fumador, pero quedó sin estudio al respecto.

Mi padre se hizo las pruebas (resultó que él ya había solicitado las pruebas de Alfa 1 cuando le hicieron el ingreso, había saltado una alarma en laboratorio y nadie había echado cuenta al resultado) y, voilá, déficit de Alfa 1 Antitripsina. Pidió además la confirmación de una nueva biopsia hepática específica y confirmaron sus sospechas clínicas: la cirrosis estaba causada por déficit de Alfa 1.

Casi tres años después, él fue capaz de diagnosticar algo que un médico cabezota e incompetente no quiso reconocer como posible. Que la causa de la cirrosis no fuera la más fácil y "lógica", y que requería estudio.

Afortunadamente llevo unas cuantas navidades celebradas desde entonces a su lado. Mi padre disfruta a sus casi 71 años de una vida plena, con un tratamiento inmunodepresor muy suave que apenas le limita en su día a día, y disfruta como consultor médico prestando ayuda a pacientes de forma desinteresada, en especial a pacientes que tienen una "enfermedad" rara como la suya, el déficit de Alfa 1. Conduce y juega al golf a diario. Perfectamente.

Procurad aprovechar los momentos con vuestro padre. Yo los disfruto tanto como cuando era pequeño.




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Post original de 6 de julio de 2012:

Son las cuatro de la mañana. Tumbado en la cama desde hace dos horas, he seguido el impulso de lo que me pedían mis emociones. Ya había apagado la luz hace rato, pero en mi cabeza yace un hervidero de sensaciones, ideas y pensamientos que se empeñan en aporrearla con el martillo de la conciencia, para traer a la razón la realidad de mi vida.

Ni siquiera sé cómo empezar a contaros esta historia. Tal vez desde el principio.

Fue en Diciembre, un día trece para más inri. El día que comenzó mi calvario. Pero sobre todo, el suyo.
Mi padre me llamó por teléfono a media mañana y ya en su voz noté que algo era distinto. La especial delicadeza con que se dirigía a mí me hacía presagiar que no todo marchaba bien. Me pidió que al salir del trabajo, recogiese algunos enseres de casa que le harían falta y me pusiera de acuerdo con Cecilia, su pareja. "Me voy a tener que quedar ingresado hoy en el Hospital".

Quizás no lo he contado, pero él es médico. Tras algo más de dos meses haciendo caso omiso a los síntomas que se notaba, esa mañana un compañero que lo encontró especialmente débil le obligó a bajar al laboratorio y sacarse sangre. Siempre lo he sabido de él, pero no imaginé hasta qué punto, el miedo a enfrentarse a la realidad que tan bien conoce en el día a día con sus pacientes le llevó al extremo de aguantar hasta la extenuación, a la espera de un diagnóstico que sabía no sería prometedor. No quería afrontarlo. Como buen médico, mal paciente.

"Tengo una hepatopatía severa"; Yo no sabía exactamente qué significaba aquello, aún. Por la tarde en el hospital, él mismo se encargó de explicarmelo. Los detalles, no. Cirrosis hepática en un estado muy avanzado, y una esperanza de vida no superior a los dos años, en el mejor de los casos.

Cuando te has criado en una familia pequeña, la pérdida de un solo familiar supone un gran cambio en tu vida. Y cuando hablo de pequeña, hablo de tener la mitad de mi familia (la paterna) en América, y la otra mitad, con la que me he criado, en un pañuelo. Mi madre, que murió cuando yo tenía 6 años (de cáncer), mi abuela, que murió en 2.002 (de cáncer), mi abuelo, que me dejó el año pasado y a quien ya dediqué unas letras aquí mismo, y mi tía, única hermana de mi madre, que es soltera y no tiene descendencia. Soy hijo único y nieto único. Sólo me queda mi padre.

Desde aquel 13 de Diciembre, todo lo que quedaba en mi estable vida se ha desmoronado por completo. Estable porque mi padre se encargó desde que yo era pequeñito de que lo fuera.
Casi siete meses después, hoy he sido más consciente que nunca de la crudeza de una enfermedad así. Hoy he sentido con especial nitidez que poco a poco lo arrebata de mi vida. Que me arrebata a mi padre.

Mi novia dice que soy muy frío. Me lo ha dicho esta noche, cuando he salido a recogerla del trabajo y, como cada noche, hemos dado un paseo y nos hemos contado los pormenores de la jornada. Al preguntarme por cómo ha pasado el día "el enfermito", al que ve casi a diario, le he dicho que la enfermedad avanza. Ella también lo ha notado.

Su vida entera la ha dedicado a la Medicina Interna. Qué paradoja, aquello a lo que tantos años entregó de su vida, ahora le requiere a él, pero desde el otro lado de la mesa. El lado del paciente.

No es fácil ver a tu padre, la persona a la que más admiras en el mundo, a la que has visto dejarse las pestañas en los libros de medicina, horas y horas de estudio dedicados por amor a su profesión. No es fácil, repito, ver a quien ha tenido el mayor de los reconocimientos por su dedicación, de compañeros, de pacientes y hasta de profesores, despojado de una dignidad que no se palpa pero que él sí siente. Entregado al bienhacer de quien otrora fuese compañero en las largas horas de una guardia, y ahora es su propio médico.

Esta enfermedad no es sólo cruel por el estigma que conlleva. La cirrosis hepática con mucha frecuencia se asocia a alcohólicos. No se ha podido establecer la causa de que él la sufra, pues jamás ha sido bebedor ni siquiera de cerveza o vino. Jamás. Pero le ha tocado. Y es cruel porque te desprende poco a poco, a veces repentinamente, de la conciencia, los reflejos y la capacidad intelectual. Las toxinas hacen mella en el cerebro y poco a poco van mermando sus capacidades. Siete meses en que creí que sólo había que esperar a que llegue un órgano. Pero no, también hay que convivir con una persona que ya sólo es la sombra de quien era.

No sabéis, o espero que nunca tengáis que saber, lo duro que resulta sentirte por obra y gracia de una enfermedad, manos y pies de tu padre. Si antes he dicho que mi familia es pequeña, es porque no tengo hermanos, ni tíos, ni abuelos o primos cercanos que puedan compartir conmigo la situación. Que me ayuden a llevarlo y a traerlo. A pasar con él las horas en que estoy ocupado.
Miento, sí tengo a alguien. Es Cecilia, su pareja, su novia. Llevan 20 años juntos, aunque por separado, y me ha demostrado que aunque no les unan lazos maritales, su dedicación, su entrega y abnegación bien merecen algo más que mi agradecimiento.
Nunca ha vivido en casa con nosotros. Ahora lo hace en días alternos, o mi padre se queda en su casa. Ella es enfermera, y por encima del cariño de un hijo, debo reconocer que está la profesionalidad de quien sabe cuidar a alguien con la asertividad necesaria. Y además, sabe hacerlo con amor.

También tengo a mi novia, Vanesa. Todo lo que diga es poco. Gracias, Corazón.

Pero no sólo soy ya sus pies y sus manos. Desde hace semanas soy, cada vez más, su memoria y su intelecto. Él que presumía de tener un ojo clínico tan agudo que pocos médicos le igualaban en conocimientos. Brillante, moral, tenaz y constante en el trabajo. Y nunca valoré lo suficiente su labor como padre, porque siempre estuvo ahí.
Mi padre nunca ha sido un dechado de emotividad y afecto. Es una persona seria, chapado a la antigua, y como tal en su digna compostura las muestras de afecto siempre han sido comedidas. Pero nunca jamás me he sentido falto de amor o cariño. Y quizás porque el amor de un padre muchas veces queda velado en el trasfondo de sus sacrificios, de sus desvelos y privaciones, y de darme todo lo que ha tenido en esta vida con total dedicación. Sin aspavientos.

Por eso hoy siento especialmente que esta maldita enfermedad me arrabata de él sus mejores momentos, aquellos que llegarían con su jubilación, con su merecido descanso. Aquellos en que yo podría devolverle al menos una mínima parte de toda una vida de entrega, dándole no sólo cariño, sino mi tiempo y mi prosperidad, el fruto de su trabajo.
Siete meses en que la pendiente de esta cuesta que desciendo ha ido poco a poco inclinándose. Ahora de repente es tan abrupta que me sorprende descalzo, sin frenos. He vivido tan al margen de sentir, tan abstraido por mi manía de pasar por los problemas sin que ellos pasen por mí, que ahora lo siento todo.
Si al menos no le despojase de su dignidad. Si todo fuera menos patente. No recuerda lo que ha hecho por la mañana, no se concentra, y hasta mantener una conversación le cuesta lágrimas, porque tiene tantos pensamientos asaltando su maltrecha memoria, que ni lo que iba a decir concluye.
Él me mira y con sus ojos ruega comprensión, y yo que se la quiero dar toda de golpe, no aprendo a dosificarla y me exaspero. Luego me arrepiento y le abrazo, y me repito sin que lo sepa, que cada minuto que le dedico no vale por todas las horas en que él me cuidó.
Yo quiero cuidarte también, Papá. No me lo pones fácil, y sé que no lo haces queriendo. En cada discusión, en cada explicación que pides, en cada pequeño chantaje que aprendes para conseguir lo que necesitas, sé que hay un dolor profundo por sentirte impedido. No te sientas así, Papá, porque tus manos, tus pies y tus ojos, siempre me tendrán a mí.

Siento si en estas dos últimas semanas no he contestado algunos mensajes privados. No estoy de ánimos para hacerlo, y sólo me dedico, como siempre, a escribir tecnicismos y espetar chorradas en algún que otro post, que me sirve para desconectar de mis emociones. Como si se pudiese desconectar de quien uno es y debe ser.

En fin, gracias a todos por estar ahí de algún modo. No sabéis cuán balsámico puede resultar el foro en ciertos momentos. O bueno, sí, muchos sí lo sabéis. Por eso puedo compartirlo con vosotros.

Buenos días ya. Y disculpad si me he puesto melancólico.

 

Mario, siento profundamente lo que estás viviendo. Esa maldita enfermedad me tiene despierto esta noche. El mejor amigo de mis padres se marchó ayer. Maldita enfermedad.


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Tu padre estaría orgulloso. Has pensado en leerle lo que has escrito? Me parece extraordinariamente bonito.


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Lo he pensado Obi. Y necesitaría fuerzas para hacerlo, que no sé si tendré. Llevo una hora llorando.
Gracias, de todo corazón.

 

Muchos animos Mario. Estoy seguro que tu padre se siente orgulloso de ti

 

Tu padre te conoce mejor que nadie, sabe lo que estas haciendo por él, y créeme que se sentirá orgulloso de la persona a la que ha dado forma, de la misma forma que tu te sientes orgulloso de esa persona que ha sido todo para ti.

Mucho ánimo paisano, como hijos que somos tenemos que estar ahí cuando llegan "ciertos momentos" los cuales no quisiéramos que llegasen nunca, pero por desgracia llegan. Es cierto que se haría un poco más liviano si tuvieras hermanos con los que repartir el "peso" que llevas, pero piensa tambien que su cariño nunca ha sido repartido con otros, siempre ha sido para ti solo, y ahora debes corresponderle como se merece, como lo estas haciendo...

Espero que sufrais lo menos posible, y para lo que necesites, ya sabes que estamos por aquí más de un@

Un abrazo.

 

Mucho ánimo, que aunque lo que estás pasando es muy duro, al menos te queda el consuelo de que le estás dando a tu padre todo tu cariño y atención.

 

Ánimo Bimmer, sobre lo que has escrito se nota perfectamente que sale del corazón, muy bonito y a la vez duro por la situación que estás pasando.

 

Yo no se que decirte que no te hayan dicho ya los demás, pero lo que has escrito es precioso....



solo decirte que siento lo que estas pasando tiene que ser durisimo!


animo!

 

Me identifico mucho en esas lineas, en lo que sientes y en lo frío que eres,por lo que te entiendo perfectamente

Mucho animo y fuerza

Un abrazo

 

Animo Mario, yo también he pasado por eso, mi padre se fué hace casi 4 años despues de pasar 1,5 sufriendo por esta p*ta enfermedad. No hay dia del año que no me acuerde de el.

Solo me arrepiento de no haber pasado mas tiempo a su lado y abrazarle y decirle que lo quiero mil y una veces al dia.

Un abrazo

 

Ufff, que duro macho. Extraordinario escrito, demuestra todo lo que llevas por dentro. Se que desde un foro es complicado, pero los que ya llevamos dias por aquí, sabemos lo que reconforta (dentro de lo posible) recibir alientos de ánimo cuando uno esta jodido; no en vano, pasamos media vida en él. Así que, si sirve de algo, te mando todo el ánimo del mundo para que sigas adelante y saques ese punto positivo que en cada momento de la vida existe.
Fuerza Mario ;-)

 

Bimmer : lo que tengo muy claro, es que tu padre no lo pudo hacer mejor como padre, y para prueba, tus palabras.

Si mi hijo me escribiera lo que tú acabas de escribir, sería la persona más feliz del mundo. (Mis hijos aún son muy pequeños, pero me esfuerzo dia a día por intentar hacer de ellos unas buenas personas en el futuro, y no es nada nada facil............,)


Estás haciendo lo que tienes que hacer, ser sus manos, sus pies y su cabeza, y ya está recibiendo el fruto de su esfuerzo : un hijo que está ahí para lo que necesite.


Un abrazo.

 

No puedo decir nada compañero se.me.están callendo las lágrimas a puñados , animo y fuerza de verdad aquí.no tienes a " tu familia" que si bien no es lo mismo ni por asono sabes que te ayudaremos en lo que en nuestras manos esté . un grandísimo abrazo!!!!

 

Mucho ánimo y mucha fuerza Bimmer. En todo lo escrito, se te nota un corazón y un sentimiento altísimo. Un fuerte abrazo online.

 

Mucho mucho animo y sobre todo paciencia.
Un fuerte abrazo.

Me he emocionado leyendo tu relato.

Enviado desde mi MT15i usando Tapatalk

 

Conmovedora expresión de sentimientos.

Animo y un fuerte abrazo.

 

Mucha fuerza y animo!!! me hace pensar muchas cosas tu escrito. Intenta leerselo a tu padre, lo agradecereis los dos.

Un saludo.

 

Animo Bimmer

"La esperanza es el sueño de un hombre despierto."

Gracias a ti :yawinkle

 

Mucho animo compañero.

 

Mucho animo Mario....me has llegado al alma.

Yo he tambien vivido algo similar aunque mil veces menos "angustioso" (no se me ocurre otro adjetivo). A un mes de su jubilacion oficial mi padre sufrio un leve ataque al corazon. Y al igual que tu padre no hay causas, solo una genetica predispuesta, ya que ni fuma, apenas bebe, y hace mucho deporte. Por suerte, tiene a mi buena madre, y tambien una de mis hermanas vive en Madrid. Mi otra pobre hermana (tambien medico internista) tuvo que "diagnosticarle" por telefono, y aguantar angustiosas horas para ver si era lo que se temia. En nuestro caso, por suerte todo acabo bien y gracias a su sana vida, los danios fueron minimos.

Por como has descrito a tu padre me ha recordado mucho al mio...tambien serio, aparentemente distante pero en absoluto falto de afecto.

Nuevamente animo!!!

 

Fuerzas Mario, para todo.
Te puedo entender, ya que yo también vivo bastante solo, ni única familia, es mi mujer, mi hija, y mis suegros, no tengo a nadie más, murieron mis tres hermanos, no tengo padres, ni abuelos, ni primos..........en fín, que solo con fuerzas, ganas, y sobre todo, pensar en que a tú padre, eres al que más falta le haces. Hoy serás, lo que eres por él, así que devuelvele el cariño que te dió, que vea que ha hecho un buen trabajo contigo.

Ánimo.

 

Levantate cada dia, tanto si has dormido como si no, eleva la cabeza y demuestrale al mundo que eres la obra que todo buen padre desea ver cumplida,y la primera persona a la que debes mostrarselo es a tu padre como estas haciendo ahora mismo.

Y no olvides que cuando flaquees, podras pasar por aqui a recibir apoyo ;-)

Pero si tienes dudas, creo que todo padre se sentiria orgulloso de leer un texto como el tuyo, y mucho, mucho mas de que se lo leyese su hijo

Animo Mario

 

Pues vaya Bimmer, siento mucho la situación tan dramática por la que estás pasando. Un fuerte abrazo y muchísimos ánimos compañero, no estás sólo.

PD: teniendo a todo un MAESTRO en casa, cómo es que no te dio por estudiar medicina? Alguna vez te has arrepentido? con lo "aburrida" que es la ingeniería... ;-)

 

j*der !!!! Mucha Fuerza !!!! La vida muchas veces es injusta, incluso con personas que viven para hacer el bien como es el caso de tu padre. Pero no podemos hacer nada, comparte todo el tiempo que puedas con él, ten paciencia y aunque seguro que te cuesta, yo como han dicho varios compañero, le leería lo que has escrito, será un momento que siempre te quedará en la memoria.

Un abrazo y gracias por compartir tus sentimientos !!!!

 

¡Ánimo Bimmer!... tus palabras dan fe del corazón y los sentimientos que te sostienen. Me parece extraordinaria tu capacidad para ordenar tus pensamientos y manifestar tu dolor. Un abrazo para tí y para tu padre.

 

j*der Bimmer, no tengo palabras.

Lo siento mucho.