En aquel momento publiqué esto:
No quería participar en este hilo sin currármelo un poco, estos hilos molan mucho más si tienen fotos. Hay algún hilo similar en pieldetoro, que es un foro de clásicos, donde se tira más (aún) de nostalgia.
Voy a utilizar fotos de internet, no voy a usar fotos propias. No guardo apenas fotos de los coches que tuvimos, antes era mucho más raro lo de hacer fotos. Es una pena que no retratáramos más a los coches, con los que manteníamos una relación muy especial. Recuerdo las matrículas de todos los coches que tuvimos en casa.
Empiezo con el primer coche que yo recuerdo en casa: un Seat 124 rojo, con los asientos blancos de skay (el olor era horrible en verano). Creo recordar que este 124 era el L y tenía el cuadro del 1430, con cuentarrevoluciones, pero no estoy seguro porque yo era muy muy pequeño.
Después del 124 rojo vino el 124 verde. De este me acuerdo mejor, ya era más mayorcito. Era un 124 D, que no era diesel, era un 1200 gasolina. Corría mucho.
En aquella época unos tíos míos tenían un Seat 850 azul. Con ese coche se hacían todos los años varios viajes de 600 kilómetros, en una época en que eso suponía unas 10 horas de viaje.
Mi madre nos llevaba al colegio en un Seat 600 que se compró de segunda mano, en aquellos tiempos hablaban de que había costado 60.000 pesetas y que era más caro que lo que había costado de nuevo (al Seat 600 creo que le ha pasado casi siempre eso). El primer 600 que tuvimos en casa era de los primeros, de los llamados "enseñabragas", porque se abrían las puertas hacia atrás.
Aquél 600 se rompió y entró otro 600 en casa, que creo que también costó 60.000 pesetas...
Un día nos sorprendió mi padre viniendo a buscarnos al cole con lo que nos pareció un avión: un Citroën GSA break. Aquello, comparado con el 124 y el 600, era el no va más de la tecnología. Con este coche empecé yo a conducir.
Otro tío, no el que he mencionado antes, se compró un coche que era de lo más deportivo del momento: el Chrysler 150. Tenía un color verde muy particular y pronto se le puso el nombre de "lagarto". He encontrado una foto muy pequeñita, pero es que el color era muy curioso, merece la pena recordarlo:
A mis tíos, los del 850, les iban bien las cosas y se compraron un cochazo, un Talbot Solara. Aunque era prácticamente un 150, daba la impresión de ser un coche mucho más señorial.
Cuando me saqué el carnet estuve una temporada conduciendo el GSA, al que hay que reconocer que le dimos un poco de mala vida. Mucho trote para viajes de trabajo y de ocio, aparte de algunas salidas nocturnas y diurnas con mi cuadrilla. A mi padre le ofrecieron un Seat 131 Supermirafiori Panorama 2500 sofim, y durante un tiempo coexistió con el GSA. No he conseguido encontrar una foto de un Panorama Sofim gris, así que imaginaos uno como éste, pero con la característica chepa en el motor:
Mientras yo tenía el GSA empecé a salir con la que es ahora mi mujer. Sus padres tenían un Seat 133 y me tocó conducirlo unas cuantas veces. En este cochecillo, aún más pequeño que un 850, se metía toda la familia para ir de viaje...
El GSA ya estaba dando bastantes problemas (y eso que tenía poco más de 100.000 kms) y nos planteamos comprar un coche nuevo. Después de mirar varias opciones, elegimos finalmente un Renault Supercinco GTL, rojo. Yo no me quedé muy conforme con la elección, no era el que más me gustaba de los candidatos posibles, pero éramos varios para opinar y creo que al final acabó mandando, sobre todo, la cartera. Entregamos el GSA en la operación, aunque se resistió para ir al concesionario, llegó pegando tirones.
No sé si un poco antes o después de aquellas fechas, mis tíos se compraron otro buen coche: un Renault 25, gris. Me acuerdo de que tenía sintetizador vocal y decía algunas cosas. No le hacíamos hablar mucho por si se rompía algo. Ese coche llegué a probarlo y no me convenció mucho. Corría, sí, pero las aceleraciones eran bastante peores que las de los coches que teníamos entonces. Era un coche muy pesado.
El 131 empezó también a dar problemas. Hacíamos muchos kilómetros al año y los coches no eran tan fiables como ahora. Así que empezamos otro proceso de selección, en el que ganó el Opel Vectra GT, de color blanco. A mi madre no le gustaba el color blanco, porque le parecía de taxi, pero nosotros estábamos muy emocionados con los 130 caballos del bicho, y eso que aún casi no lo habíamos probado. Ese coche era todo un pepino, parecía que tenía aún más potencia. Después de hacerle más de 300.000 kms, compramos otro exactamente igual, también de 8 válvulas. Este segundo venía un poco penalizado por el catalizador, pero también le "enseñamos" bien. También le hicimos más de 300.000 kms. Salieron muy duros estos coches, no nos dieron prácticamente ningún problema. Y la velocidad media de los viajes es de las que ahora no se pueden mencionar.
Por el trabajo de mi padre necesitábamos un todo-terreno (labor que estuvo haciendo el pobre GSA durante una buena temporada jeje). El primer todo-terreno de verdad que tuvimos fue un Suzuki SJ410, de techo duro (no el del techo de fibra). Este cochecillo andaba muy bien en el campo, pero en carretera, con su motorcillo de 1000 cc, iba muy justito. Al pobre lo llevábamos siempre a tope. Pero resistió muy bien, el campeón.
Después del Suzuki SJ410 tuvimos un Lada Niva. ¿Qué decir del Lada Niva? Podríamos hablar largo y tendido. En el campo era imbatible. En carretera se defendía, más o menos, aunque chupaba gasolina a lo bestia. Y lo de los acabados era de risa. Pero la verdad es que fue muy duro y fiable. Después de este primer Lada Niva tuvimos otro Suzuki, esta vez un 413, que andaba un poco más, y luego otro Lada Niva.
En casa de mis suegros pasaron del pequeño 133 a un Peugeot 205, no mucho más grande, pero un buen juguete para andar por carretera. Yo hice varios viajes con él y andaba bastante mejor que el Supercinco que tuvimos nosotros.
Y por aquí tengo que terminar la historia, porque por aquellas fechas compré yo mi primer coche: un BMW E21 323i. Aquel coche me dejó muy marcado, era el mejor coche que había conducido nunca. A pesar de que lo compré a sus 10 años y un número indeterminado de kilómetros, andaba muchísimo mejor que el Vectra GT. Las aceleraciones y recuperaciones de ese 323i eran una cosa muy bestia.