¡¡ENHORABUENA!!
Ya verás como no sólo ahora, sino cuando sea muuucho más mayor, tú serás siempre su "rey", y no habrá prácticamente nada que no seas capaz de hacer o consentirle. Sobre todo cuando te haga ojitos de mariposa y te diga "papito..."

Te vas a derretir, te lo aseguro por propia experiencia, por partida doble en mi caso (y ya con 20 y 18,... ainsss, que mayor


)
De momento todo bien mañana le toca prueba del oido la del talon se la hicieron en el hospital
La verdad que si que es la princesa mi señora empieza a tener celos dice que la deje de mirar tanto jaja
Para ti,




...
Para tu señora, con mis mejores deseos:
Cuenta una antigua leyenda, que un niño estaba por nacer ….
Y le dijo un día a Dios: “Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra pero, ¿cómo viviré, tan pequeño e indefenso como soy yo?”
Dios le dice: “Entre muchos ángeles escogí uno para tí, que te está esperando. Él te cuidará.”
El niño pregunta: “Pero dime: aquí, en el Cielo, no hago más que cantar y sonreír. Y eso basta para ser feliz.”
Dios le responde: “Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.”
El niño dice: “Y, ¿cómo entenderé cuando la gente me hable si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?”
Dios le contesta: “Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y, con mucho cariño y paciencia, te enseñará a hablar.”
El niño, preocupado: “Y, ¿qué haré cuando quiera hablar contigo?”
Dios dijo: “Tu ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar.”
El niño pregunta: “También he oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?”
Dios le tranquiliza: “Tu ángel te defenderá, aun a costa de su propia vida.”
El niño insiste: “Pero estaré triste, porque no te veré más.”
Dios contesta: “Tu ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque Yo estaré siempre a tu lado…”
En ese instante una gran paz reinaba en el Cielo, pero ya se oían voces de la tierra… y el niño, presuroso, repetía suavemente: “Dios mío, ya me voy. Dime su nombre. ¿Cómo se llamará mi ángel?”
Dios, sonriendo, le contesta: “Su nombre no importa. Tú sólo le dirás...
MAMÁ”


