ponencia de un filosofo en referencia a temas de trànsito vial

Tema en 'Foro General BMW' iniciado por labtor, 22 Jun 2006.

  1. labtor

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    Leyendo el post "Pere y la psicosis generalizada" y todo lo que esta sucediendo en la actualidad en cuanto a radares, permiso por puntos, etc. me ha venido a la cabeza un documento que tuve la suerte de conocer hace ya tiempo, que habla desde una visión filosofica de la realidad que nos toca vivir en referencia a temas como, las autoridades, las normas de circulación, los agentes, etc.

    el documento surge "si mal no recuerdo" en la "II Edición del Congreso Internacional sobre normas de trànsito" celebrado en Barcelona en el año 2003 y organizado en esta edición por el "Servei Català de Trànsit".

    Hubo ponencias de los principales responsable en materia de seguridad viaria de distintas capitales europeas, si alguien esta interesado creo que podria rescatar alguna mas tb muy interesante, decir que dispongo de esta información por motivos laborales y que ha sido publicado en un libro que resumia dicha edicion del congreso y traducido a varios idiomas.

    La ponencia que adjunto en cuestion es de un reconocido filósofo catalán Sr.Josep Maria Terricabres y personalmente me encanto.

    Aviso que es un tocho considerable para amantes de la lectura, tomarselo con calma, espero os guste como a mi y os haga reflexionar en un sentido u otro.

    Disculpad ya que alguna frase o palabra no esta correctamente escrita ya que parte de una locución en catalán que despues transcribimos y luego traducimos a distintos idiomas, la versión que conservo era la trascripcion en catalán que previamente he pasado por un traductor automatico.

    Que lo disfruten.....
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  2. labtor

    labtor Forista

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    Muchas gracias. Realmente en esta amable presentación ya s’ha dicho. Seguramente algunos de ustedes, yo pienso que quizás todos, estarán admirados y sorprendidos por el hecho que aquí haya un filósofo. Yo también estoy admirado y sorprendido de ser aquí, es decir, en esto coincidimos. Qué hace una persona como yo aquí? Claro está que soy %[conductor] pero, qué hace una persona como yo aquí? A mí me parece que la idea es buena. No porque me hayan escogido a mí, sino porque la idea es buena: reflexionar sobre los valores. Sobre valores yo no tengo ninguna definición especial, valor se aquello que valoramos y ya está. Aquello que todos valoramos. Por lo tanto, la gente tiene valores diversos. Ahora bien, también es verdad que los ciudadanos compartimos unos valores determinados de los cuales yo hoy querría hacerme ressò. Y es bueno que reflexionamos porque al en pos de todas nuestras acciones y decisiones siempre hay unos valores determinados, siempre. Cuando vamos a comprar, compramos unas cosas determinadas y no d’otras porque tenemos unas preferencias u otras. Cuando vamos en coche a 200 km/h y no a 80 o a 90, es porque tenemos unos valores, equivocados o no, pero volamos conseguir unas cosas determinadas. En este sentido me parece que nuestras actuaciones no son meramente inocentes. Por lo tanto, creo que las actuaciones de la policía de tránsito no deben ser meramente técnicas. Deben tener técnica, deben tener muchos conocimientos técnicos, pero al detrás’d esto también hay d’haber muchos, muchísimos valores. Por esto querría empezar recordando una cosa que encuentro que a menudo olvidamos, y los la quiero recordar. Yo diría que ahora estamos en un tipo de sociedad en qué damos mucha importancia a los hasta que volamos conseguir y, en cambio, no damos demasiada importancia a los medios con qué los volamos conseguir. Y quiero recordarlos que hay una ética,que podríamos denominar l’ética de los medios. Puede haber hasta absolutamente nobles, buenísimos, por ejemplo, la globalización o la integración de la inmigración o el acabamiento del terrorismo..., hasta nobilíssims que según a través de qué medios se quisieran conseguir..., estos medios serian absolutamente nefastos. Es decir, el que no podemos hacer es pensar que conseguiremos hasta bonos con medios malos. Porque si vamos desperdigando y sembrando cosas malas, por decirlo así, después no conseguiremos recoger buenos resultados. Quizás sí a corto plazo, pero a medio y a largo plazo sólo conseguiríamos resultados malos. Y si no, si os place, no hace falta que piensen ni en el terrorismo ni en la carretera, piensen en casa suya, en los objetivos que vuelan conseguir con’l educación de los hijos o en la convivencia familiar. Se han de conseguir con unos medios determinados. Según qué medios pongan, crearán más malestar familiar y más dificultades de convivencia con la pareja. Volvemos pues a l’ética de los medios, que me parece muy importante, y en este caso es especialmente importante para ustedes. Por qué es especialmente importante para la policía, y para la policía de tránsito? Si son importantes los medios por conseguir ciertos finos, todavía debemos vigilar más que los hasta que hayamos triat sean buenos. Es decir, debemos vigilar los medios que utilizamos por llegar a los finos. Pero cuenta, también debemos vigilar qué son estos finos! Y lo digo porque es fácil que la policía, y especialmente la policía de tránsito, tenga por ejemplo como finalidad l’eficacia, cosa que no hemos parece nada mala. Pero claro está, un se pregunta: eficacia, por qué? Observen, ahora pondré ejemplos absolutamente ridículos pero porque se entiendan, así, deprisa. Por ejemplo, una manera muy eficaz que tendría un país de resolver los problemas de las prisiones seria fusilar los delincuentes. Supongo que se ve el drama que supondría. No habría ningún problema a las prisiones, evidentemente! No habría ningún problema a las prisiones! Claro está, habríamos eliminado las prisiones! O los problemas que pueda haber a los centros de salud, en los manicomis. Mire, escuche, que la gente corra por la calle... Puede haber objetivos buenos pero con medios horrorosos y también objetivos problemáticos. Aquí hay una diferencia fundamental, ustedes son policías democráticos. No quiero decir que hayan de discutir democráticamente las sanciones con todo el mundo, no quiero decir esto. Quiero decir que son policías que pertenecen a sociedades democráticas y que, por lo tanto, tienen unos valores diferentes de los policías de las sociedades autoritarias. Esto está claríssim. Por lo tanto, los que piensan que, por ejemplo, la posición de la policía es neutra, que es la misma la posición de la policía en una sociedad democrática que en una sociedad autoritaria, me parece que se equivocarían, porque pondrían marcha mecanismos, medianos, que podrían ser absolutamente erróneos. Y el que piensas que la policía sólo tiene una finalidad, sólo una, por ejemplo la represión, también pondría marcha mecanismos que no serian los adecuados por hacer su trabajo. Me parece evidente.
    Yo soy del mayo del 68, quiero decir que la policía me ha corrido al trasero y sé seguro que la policía tiene finalidades represivas, y las tiene. Incluso en una situación democrática debe reprimir pero este no debe ser su objetivo básico y central. La policía de una sociedad democrática, qué hace? Debe defender los derechos y las libertades de los ciudadanos. Y como que debe defender los derechos y las libertades de los ciudadanos, cuando alguien no respeta estas libertades lo debe reprimir. Pero su objetivo primario no es la represión, su objetivo primario es defender las libertades, proteger las libertades, fomentar las libertades. Y justamente por hacer esto, de vagadas se ve obligada a reprimir gente que no va en esta dirección. Por lo tanto, si estamos de acuerdo en esto, entonces debemos decir que la policía de tránsito, o cualquier clase de policía pero menos la de tránsito y esto es del que estamos hablando aquí, no se puede plantear como una policía meramente represiva. Como una policía que ve permanentemente el conductor como un posible agresor, como un posible transgresor, como un posible delincuente, como un posible... No, debe considerar el conductor como un ciudadano más, como él, al cual convendrá que ayude y, evidentemente cuando haga falta, que sancione pero sobre todo convendrá que l’ayude. Entonces, voy a plantearlos el tema concreto de l’eficacia. Ustedes deben ser gente eficaz, muy eficaz, además deben ser eficaces trabajando en condiciones algo especiales. Su eficacia es diferente de la del señor que arregla televisores. La persona que arregla televisores también debe ser eficaz, me debe volver el televisor bien arreglado, pero puede tardar una semana, puede tardar quince días y puede tardar cuatro meses. Quiero decir que tiene tiempos, l’arregla y me’l trae.
    En cambio el policía de tránsito actúa con muy poco tiempo, debe reaccionar en poco tiempo y en situaciones muy a menudo de tensión y de riesgo, incluso d’exaltación por parte d’algún conductor que esté exaltado o en condiciones físicas no mucho adecuadas. Esto reclama del policía de tránsito una atención especial y un comportamiento, yo diría especial. Por esto la pregunta que nos debemos hacer siempre, también lo han dicho en la intervención anterior, la pregunta que nos debemos hacer siempre es una pregunta global: qué volamos obtener? Planteémonos algo los finos y ponemos bien los medios. Qué volamos obtener nosotros en un país que tiene una policía de tránsito con espíritu y con sentimiento democrático? El que volamos es que los ciudadanos puedan circular libremente con seguridad y sin poner en peligro la seguridad de los otras. Esto es el que volamos, y estos son los objetivos que deben tener ustedes. Podría ser que ciertos medios que pusiéramos no persiguieran estos objetivos, aunque fueran medianos escogidos con muy buena fe, se podría conseguir el efecto contrario. A mí me parece que hay una cosa fundamental que es prácticamente la más fundamental que querría decir esta mañana en el poco rato que tengo. Tengo la impresión, la fortíssima impresión, que el que debe cambiar básicamente la policía de tránsito es el hecho de ser vista, quizás injustamente cuenta! pero es la realidad, ser vista por los conductores como quienes está a la otra banda. Porque esto provoca entre los conductores infractores y los no-infractores un clima de solidaridad. Aquello que se hace a la carretera que avisas cuando hay un policía, avisas, alguien que va deprisa en vez de, por decirlo así, irlo a denunciar: “escuche, esto no se hace”. Pues no: “hay la policía y te pillarán!”. A ver, hay una actitud de la policía que ayuda a esto. Si la policía es a las carreteras sólo como sancionadora, como represora, la misma policía está fortaleciendo a menudo la mala práctica de los conductores, sin querer evidentemente. Porque está fabricando una situación en qué los conductores sólo vigilarán cuando los vean y cuando no los vean no. Por lo tanto, cuando no hay policía todo es permitido sólo se debe vigilar cuando ha, porque la policía es quien te pilla y debemos vigilar que no nos pillen. La policía como enxampadora de gente. Claro está que una de las funciones es la de pillar aquel que no cumple, pero si vemos la policía sólo así, esto provoca todavía más solidaridad entre los infractores. Y provoca incluso solidaridad entre infractores y buenos conductores. Solidaridad que no se debería dar, pero que la provoca porque la policía es quien queda en frente, contra quien te debes proteger, no fuera caso que t’pillara Los conductores se ponen de acuerdo: el que debemos hacer es esquivar todos juntos la policía y si lo esquivamos, después podemos hacer los disparates que queramos. Cuando se llega a esta situación, que me parece que es fuerza frecuente a nuestras carreteras, lo digo porque soy usuario habitual de carreteras, cuando se llega a tener esta situación la policía es condenada por los usuarios. Y se autocondemna a hacer un trabajo estrictamente represivo y se pone al margen del servicio de los ciudadanos. Porque la represión es una parte del servicio a los ciudadanos pero se una parte pequeña, como he dicho antes. Ahora bien, si la policía ha de estar al servicio de los ciudadanos y si debe ser eficaz, porque lo debe ser a la hora de hacer este servicio, entonces conviene que la policía trabaje a favor de la educación viaria. Conseguir que haya una conducción menos agresiva, menos peligrosa, más amable, más satisfactoria para todos. Por esto conviene una policía que cambie de mentalidad y no vea los conductores como infractores en potencia sino que vea que conviene ayudar, que conviene orientar, que conviene servir. Todas las tareas de prevención que pueda hacer la policía de tránsito, siempre serán mucho más eficaces que aquellas tareas que llegan tarde porque la infracción ya se ha cometido. Un médico no es sólo aquel que cura enfermos y menos todavía aquel que extiende certificados de defunción, también lo puede hacer y también lo debe hacer, pero no es sólo esto. Un médico es aquel que mantiene la gente con buena salud. Este es realmente un buen médico. Debe hacer un trabajo preventivo, ha’d evitar que la gente se contagie, por esto le pone vacunas, etc. Del mismo modo, el policía de tránsito no es alguien que sólo arregla desastres y castiga infracciones, sino alguien que las evita y que hace entender a los conductores que ellos son los protagonistas de la conducción, que ellos son los que pueden evitar los daños, el sufrimiento y la muerte. La policía no puede, la policía no puede. Mejorar la cara amable de la policía de tránsito es fundamental. Alguien me dirá: “hombre, esto es relajar nuestra tarea”. No, al contrario, es fortalecerla. Porque cuando los conductores entiendan que las infracciones no sólo son malas cuando tienen consecuencias malas para ellos, es decir, cuando los pillan, sino que son malas por el simple hecho de ser cometidos, porque pueden tener consecuencias nefastas para todos y también para ellos. Sólo cuando s’den cuenta que la infracción es mala incluso cuando no hay presencia policial, sólo entonces conseguiremos una ganancia evidente a las carreteras, porque tendremos más responsabilidad, un mejor comportamiento a la hora de conducir. La policía debe perder protagonismo y pasarlo al conductor. Y esto quiere decir unas cuántas cosas. Y ahora me permitirán que diga unos cuántos disparates, porque al sentir las cosas que diré a partir de ahora seguramente pensarán: “pobre que poco que entiende!”. Hasta ahora me parece que las cosas que he dicho eran cosas, pero las que diré ahora, como que no entiendo nada, seguramente los técnicos dirán: “ay, madre de Dios, que dice este hombre! Se ve muy bien que es un filósofo!” Pues, disculpen y simplemente piensen en el que diré, porque quizás no en esta dirección, sino en otra, se podría hacer algo. He aquí el que quiero decir: A mí me parece que la policía, y cuando digo la policía no me refiero sólo a los individuos, a los policías que están de servicio, quiero decir la institución, quiero decir el servicio de tránsito y quiero decir, incluso, los responsables políticos que hay al en pos del cuerpo policial, es decir, todo este organigrama. La policía ha’d informar bien del estado del tránsito y de las carreteras. A mí me resulta incomprensible y contraproducente ver carreteras cortadas por la policía o encogidas por la policía, cordero porque hay un accidente, bien porque están buscando alguien, por el que sea! Y que te puedas pasar allá una hora, sin que nadie te dé ninguna explicación. Saben cuál es la impresión de que tiene el conductor cuando salgo de una hora de retención? Saben a quien maldice? No a aquel que buscan, no al que ha tenido el accidente, sino a la policía. Como puede que te tengan allá una hora sin que nadie te diga porque te tienen? La policía debe trabajar porque está con la gente, con los conductores. La policía ha de estar a favor de los conductores, ha de informar del estado del tránsito y de las carreteras, la policía debe contribuir a la fluidez del tránsito.
    Yo conozco algo la situación europea, ustedes seguramente también. Pero un ciudadano holandés se esgarrifaria que un policía de tránsito lo pudiera parar sólo por mirarle la documentación, se esgarrifaria. Diría: “- Escuche, qué se ha creído? - Es que le quiero mirar la documentación.” Y contestaría: “Yo también le quiero mirar su, qué es esto? Qué escándalo es, este? Si he hecho alguna, sí, pero si no he hecho nada..., parar por mirar la documentación... Y ahora, pero qué es esto?” La policía no se ha de esconder y camuflar a la carretera como el cazador que espera su presa, una presa despistada. Sólo esto, ya hace pensar en la policía como alguien que no quiere contribuir a evitar errores, no los quiere evitar sino que quiere que se produzcan y después pescar el culpable. Como planteamiento, la idea es terrible. La policía se ha de aliar, y la policía como he dicho es el servicio de tránsito, son los políticos..., se ha de aliar con los conductores en la petición de medidas de seguridad, se ha de aliar con las asociaciones de consumidores a l’hora de reclamar que los vehículos no sean armas letales, ni por su capacidad de correr ni por su incapacidad de reacción o d’adaptación. Se ha de aliar con los usuarios ofreciéndolos buenas rutas alternativas o acordando incluso si se pudiera esglaonaments de entradas y salidas en días clave. Y yo pienso también, y esto ya sonará escandaloso, yo pienso que la policía se habría de aliar en’l exigencia que hacen muchos ciudadanos por ejemplo de levantar las barreras de peaje en momentos determinados, cuando estas crean dificultades enormes de tránsito. No digo que la policía se deba meter en sí hay d’haber o no peajes, sino que en momentos en qué el mantenimiento de las barreras de peaje crea unas dificultades enormes, brutales, unas colas terribles y unos peligros inmensos y entonces la policía dice: “Yo nada, la gente que proteste”, yo creo que la policía habría de estar con la gente. Porque está a favor del ciudadano, no en contra. La policía no ha de anunciar sólo medidas más y más punitivas. No debe castigar sólo los conductores infractores sino que debe buscar maneras de premiar, d’animar, de fomentar la conducción correcta. La policía ha de ayudar. Este es el punto absolutamente importante, ha de ayudar los ciudadanos a entender que su derecho a una circulación en buenas condiciones también comporta deberes a l’hora de participar en la conducción. Y que, por lo tanto, el ciudadano tiene derecho a conducir en buenas condiciones pero a la carretera también ha’d anteponer sus obligaciones de respeto a los otras. Ustedes que se dedican profesionalmente a estas cosas, yo pobre de mí no, saben si tiene algún sentido el que yo he dicho o no. Estas cosas tan concretas se habrían de llenar de contenido, se debería ver que se’n hace. E incluso hay otras cosas, otras muchas cosas que habría podido mencionar. Voy a comentar una que yo siempre he pensado que tendría mucha gracia, pero además necesitaría un punto de sentido del humor. Y no es con sólo que la policía tenga poco, que francamente tiene poco, sino que incluso los conductores tenemos poco, de sentido del humor. Pero una sanción fantástica, literalmente fantástica, a un conductor que vaya mucho prisa, no es multar-lo, es entretenerlo una hora a la carretera. Fantástica, es de una eficacia extraordinaria, porque él sabrá que ir despacio es mejor que ir deprisa, porque llega antes. Hemos’d influir en otras cosas. Antes han hablado del transporte público evidentemente, pero también habríamos de influir en la manera de pensar. Mientras nuestra sociedad piense que tener coche es señal de estatus, estamos perdidos, lo tenemos difícil. Tener coche es señal de estatus y tener un coche que corra muy todavía es señal de más estatus. No he sentido antes cifras, pero m’interesaría muy -porque a mí estos temas m’interesan muy- ver estudios entre conductores hombres y conductores mujeres. Porque supongo que los “machos” conducimos d’una manera mas “bestia”, casi estoy seguro que conducimos más bestia que las mujeres. Quizás hay una idea, una idea ecológica que no estaría mal tener presente e implantarla. Creo que la idea de sostenibilidad es muy importante. A veces hablo de sostenibilidad democrática, es decir, la democracia debe poder ser sostenible, pero debemos hacer cosas que la mantengan y que la refuercen, y l’ecología también. Nosotros lo que debemos hacer sostenible es la conducción viaria. Y la idea de sostenibilidad quizás nos podría ayudar en algunas de estas cosas. En todo caso el que me parece claro es que las carreteras no serán más seguras porque la policía las haga seguras, sino que sólo serán más seguras cuando los mismos ciudadanos las hagan seguras. Y la policía debe contribuir a esto. No digo que siempre que haga falta no se deba reprimir, sancionar, es evidente, y en general es el’que s deberá hacer. El que digo es que se debe revisar cuando se debe hacer y, sobre todo, se debe tender a adoptar actitudes y medianos que hagan que cada día sea menos necesario sancionar. Por lo tanto, la il•lusió del policía de tránsito no puede ser poner muchas multas. Su il•lusió debería ser no poner cabeza. Las sociedades democráticas se diferencian en esto de las autoritarias, en el hecho que l’autoridad s’ejerce con sentido democrático, porque l’autoridad es un servicio. Por esto los valores de la vida democrática son valores de respecto de los unos por los otras, respecto del policía hacia el infractor o hacia el conductor no-infractor, y del conductor hacia el policía, de cooperación entre unos y otras. Y esto se debe ver también a la carretera.
    El cambio más fundamental que todos podemos desear es que algún día se entienda que no es cierto que los policías de tránsito son enemigos de los conductores; que los policías, como decía antes, no deben ser a una banda de la carretera mientras todos los conductores pasan por la otra mirando que no los pillen. Porque se entienda esto, los conductores habremos de cambiar muchas de nuestras actitudes, seguro. Pero sólo lo podremos hacer si vemos que la autoridad, es decir la policía, adopta de una manera clara, diáfana y definitiva, acciones preventivas, acciones de col•laboració, de facilitació, de ayuda. Mientras los tengamos allá escondidos esperándonos, será muy difícil que nuestras actitudes cambien. La ayuda a la carretera no debe ser sólo la ayuda que nos dan los teléfonos de carretera y las grúas cuando tenemos el coche estropeado. La ayuda a la carretera también es aquel que viene de la policía de tránsito, tanto del servicio de tránsito como de cada uno de los policías que están de servicio. Con sus actuaciones, tanto por parte de la institución como de los agentes, deben hacer entender a los conductores que si existe la policía de tránsito es por ofrecer un servicio público al ciudadano. Igual que hay un Instituto Catalán de la Salud, que existe Enseñanza, se trata d’ofrecer un servicio público al ciudadano. Los ciudadanos hemos’d entender, y su tarea es hacérnoslo entender, que la policía de tránsito tanto si es a la carretera como si no es, el que quiere es ayudar a hacer posible un tránsito eficaz, agradable y seguro. Muchas gracias.
     
  3. llubi

    llubi el Austra_liano Coordinador

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    MOla... pero te hjas olvidado de adjuntarla :) :) :)

    Me edito... :p
     
  4. Hamijo

    Hamijo Forista Senior

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    y donde esta la ponencia mi no ver

    edito
    ya esta puesta
     
  5. labtor

    labtor Forista

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    calla calla que es tan larga que la meto en el siguiente post :) :) :)

    que si me peta a media redaccion mia, me ca** on tó
     
  6. Francisco Obregon

    Francisco Obregon Forista

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    ostiin esto el la madre de todos los ladrillos, hare un copi paste para leerla con tranquilidad, mas aun
     
  7. labtor

    labtor Forista

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