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Mira cómo el Porsche Carrera GT bate su tiempo de vuelta original en Nürburgring
El Porsche Carrera GT, un coche del año 2004, fue capaz de marcar un tiempo de vuelta de 7:12 en la legendaria pista de carreras gracias a unos neumáticos modernos.
12 de diciembre 2024
Es sorprendente lo que un nuevo juego de neumáticos puede hacer por un coche clásico.
Puede que el
Porsche Carrera GT no te parezca un coche clásico, pero el tiempo no se detiene para nadie. El legendario superdeportivo con motor V-10 ya tiene 20 años, lo que le permite obtener matrículas históricas en algunos estados.
A pesar de que el último Carrera GT salió de la línea de montaje a mediados de la década de 2000, Porsche continúa brindando apoyo a los propietarios, ofreciendo repuestos,
realizando retiros del mercado y, tan recientemente como en octubre de este año, instalando neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 nuevos en todos los Carrera GT, sin cargo.
Porsche asegura que los nuevos neumáticos,
diseñados específicamente para esta aplicación , hacen que el Carrera GT rinda mejor que el nuevo. En concreto, la empresa promete distancias de frenado más cortas, un manejo más comunicativo y, lo mejor de todo, tiempos de vuelta más rápidos.
La publicación alemana
Sport Auto tuvo la oportunidad de probar las afirmaciones de Porsche, utilizando al piloto de fábrica de Porsche, Jörg Bergmeister, y un CGT amarillo brillante equipado con el nuevo caucho, con el apoyo en la pista de Manthey Racing.
Con Bergmister al volante, el Carrera GT logró un tiempo de vuelta de 7 minutos y 12 segundos. Eso es 16 segundos más rápido que el tiempo más rápido anterior logrado por el Carrera GT, según
Auto Bild , que contó con la leyenda del rally Walter Röhrl al volante del coche en 2004 con los Pirelli P Zero originales de fábrica.
El nuevo tiempo del Carrera GT también es más rápido que el de un puñado de coches modernos, como el
991 GT3 , el
BMW M4 CSL y el
Lexus LFA con el paquete Nürburgring. Prueba de que la tecnología moderna de neumáticos ha avanzado mucho y tiene el poder de dar nueva vida (y nuevos niveles de rendimiento) a nuestros clásicos favoritos.
