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El McLaren F1 GTR que se convirtió en el arma secreta de Mercedes-AMG
5 de junio de 2025
Cuando hablamos de leyendas del automovilismo, el McLaren F1 GTR siempre está presente. Este chasis en particular, el GTR #11R, tiene una historia que formó parte no solo del programa de automovilismo de McLaren, sino también del de Mercedes-AMG.
En tres años, solo se fabricaron 28 McLaren F1 GTR . En ese período, se produjeron tres evoluciones: el trasero corto, producido en 1995, que se hizo famoso tras conseguir la victoria absoluta en las 24 Horas de Le Mans; y un trasero corto actualizado, con una aerodinámica mejorada y materiales más ligeros, producido en 1996.
Por último, el Long Tail, fabricado en 1997, contaba con una parte trasera extendida que proporcionaba mayor carga aerodinámica. Cada uno de los 28 chasis tiene su propia importancia, y todos los McLaren F1 son especiales, pero ¿qué distingue al #11R del resto? Pues bien, para ello, nos fijamos en AMG Mercedes y la categoría de carreras LMGT1.
Una alianza secreta… sin que McLaren lo sepa

Con Porsche, Ferrari y McLaren en la lucha por las 24 Horas de Le Mans de 1996, Mercedes AMG observaba desde la sombra, desarrollando motores, aerodinámica y componentes propios. A puerta cerrada, el equipo AMG aceleraba el desarrollo de su propio LMGT1 de carreras, el CLK GTR. Con el éxito continuo del McLaren F1 GTR en pista y la fecha límite acercándose rápidamente, Mercedes tuvo la brillante idea de adquirir en secreto un F1 GTR retirado para sus propias pruebas.
Este coche retirado no era otro que el chasis n.º 11R, que tuvo cierto éxito y se consideró un chasis rápido y consistente durante su servicio. Esto lo convirtió en el banco de pruebas perfecto para Mercedes. Esta adquisición y todas las pruebas de Mercedes se realizaron en total secreto. Muchos de los eventos relacionados con el desarrollo se basan en testimonios de testigos presenciales a lo largo de los años, ya que Mercedes AMG nunca ha hecho declaraciones oficiales al respecto.
El mejor corredor de Frankenstein

La historia, supuestamente, es la siguiente: Mercedes extrajo el motor V12 de 6.1L fabricado por BMW y le implantó un Mercedes-AMG M120 V12 modificado. La legendaria carrocería de F1 fue desmontada y ensamblada con piezas aerodinámicas y paneles de carrocería prototipo que posteriormente se convertirían en el CLK GTR. Una vez listo, este coche de carreras, convertido en Frankenstein, dio sus primeras vueltas en el Circuito del Jarama, donde mostró tiempos prometedores antes de chocar con Bernd Schneider al volante, lo que puso fin al programa.
Con la experiencia en ingeniería (supuestamente) obtenida en este programa e incontables horas estudiando el chasis, la aerodinámica y la potencia de salida, Mercedes crearía su CLK GTR, que no solo mostró una gran promesa durante la temporada, sino que también se llevó el Campeonato General de Pilotos con Bernd Schneider y el Campeonato General de Equipos para AMG Mercedes en 1997.
Regreso a McLaren y una nueva vida

Tras el accidente, el #11R regresó a McLaren, donde fue restaurado. Este chasis también sufrió una conversión excepcional, lo que lo hizo legal para circular. Desde entonces, el #11R ha llegado a una colección privada en Europa, donde se exhibe con una decoración de competición, rindiendo homenaje a la vida que vivió.
Una característica clave de este chasis se aprecia en la parte delantera: los faros. Estos faros de estilo "burbuja" se diseñaron para ofrecer a los pilotos de McLaren una mejor visibilidad durante la parte nocturna de las carreras, gracias a su ángulo en múltiples direcciones. Solo unos pocos chasis incorporaron esta tecnología, ya que fue rápidamente reemplazada por los faros planos, más conocidos y aerodinámicos.
Círculo completo en Villa d'Este
Este año, en Villa d'Este, presentado por BMW Classic, pudimos admirar y escuchar esta belleza de primera mano. ¿Lo mejor? Casi treinta años después, se encontraba aparcado a pocos metros de su homólogo CLK GTR.
The McLaren F1 GTR That Became Mercedes-AMG’s Secret Weapon
Discover how a McLaren F1 GTR secretly became a Mercedes-AMG test car, shaping the legendary CLK GTR’s development.