A mí conduciendo me han parado 3 veces, un control de alcoholemia y dos flashazos de radar. En la primera me libré porque no había catado nada de alcohol y las dos otras tuve que pagar, 400 € y 4 puntos de la primera y 100 € de la segunda.
Ahora, sin ir conduciendo, alguna si que hemos librado. Recuerdo especialmente una en la misma carretera, Benavente-Palencia, en la que me calcaron a mí los 400 € pero en sentido contrario. De esto hará unos 35 o 36 años. Aún vivíamos en el País Vasco y veníamos de vacaciones a Galicia. Hay, o había, un cruce antes de llegar a Becilla de Valderabuey que daba enfrente a un hostal que se llama Ría de Vigo. Mi padre era de los que conducían ligeros, y eso con un Talbot 150 LS y sus ¿60 CV? y cuatro marchas. El caso es que veníamos rápido y al llegar al cruce había un coche ya parado que quería girar a la izquierda y nosotros hacia la derecha. Entonces mi padre, en vez de hacer el stop que marcaba la señal, hizo un ceda el paso porque iba calculando pasar entre el coche parado y la propia señal. Yo, que ya me conocía todas casi el código de circulación después de chuparme nosécuantos viajes por carretera con mi padre, le digo así como quien no quiere la cosa.
- No sé si te has fijado pero te acabas de saltar un Stop.
Y contesta mi padre:
- No, no me fijé en lo que ponía en la señal, iba mirando para no darle ni al coche que estaba parado ni a la señal esa que dices.
A lo que le digo:
- Entonces tampoco verías a la pareja de la Guardia Civil que estaba en el aparcamiento del hostal.
Mi padre cambia de color, mira por el retrovisor y ¡tachán! ya entrando en el casco urbano de Becilla nos paran.
- Buenos días caballero. Se ha saltado usted un stop unos metros más atrás.
- Buenos días agente. Sí, ya me ha avisado mi hijo pero es que iba calculando para no darle ni al otro coche que estaba parado ni a la propia señal y me dejé ir.
- Pues dé la vuelta y síganos.
¡Hala! Dimos la vuelta y los seguimos hasta al aparcamiento en el que habían estado ellos.
Nos empieza a dar la charla sobre la seguridad, que si esto, que si lo otro, que si es una maniobra muy peligrosa, que si es una sanción grave...... y ¡de repente! un Ford Sierra y otro coche más que no recuerdo el modelo aparecen por la misma carretera y ni hicieron ademán de intentar parar, pasaron follados como alma que lleva el diablo. El agente echa mano del silbato, piiiiii, piiiii, piiii y ni p*to caso. Los tíos siguieron a todo gas y lógicamente los agentes no tuvieron tiempo a subir al coche y seguirlos porque estaban dándonos la charla a nosotros. Entonces se volvió a acercar a la ventanilla de mi padre y le dice:
- Obviamente, y después de lo ocurrido, no puedo sancionarle a usted porque al menos frenó y miró. Vaya con cuidado, atento a todas las señales y tengan ustedes buen viaje.
Imagen del cruce sacada del Google Maps. De aquella el cruce no estaba así, de hecho, la carretera por la que se accede a ese cruce ya no existe, ahora sólo sirve de cambio de sentido.