cybermad
Clan Leader
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Es importante sentirse conectado con su automóvil y, a menudo, el elemento físico y emocional de esa conexión se deriva del mismo lugar: el volante. Es la pieza más táctil y visceral de la experiencia de conducción, el elemento que cierra la brecha entre el ser humano y la máquina, y uno de los mejores ejemplos del matrimonio entre la forma y la función del automóvil.
En la película de hoy, visitamos el taller de Nardi-Personal y obtenemos una idea de la marca histórica de su actual CEO, Lorenzo Cerfolini, quien nos lleva a través de la línea de tiempo de la empresa desde su fundación a manos de Enrico Nardi.
Con una mente brillante en ingeniería, Nardi pasó un tiempo en Lancia y Ferrari con los homónimos de las empresas, Vincenzo Lancia y Enzo Ferrari, antes de hacer su propia incursión en el mundo de los automóviles. Sus creaciones resultantes fueron diseños absolutamente únicos, y corrieron en las 24 Horas de Le Mans y la Targa Florio, pero la parte más perdurable del legado de Nardi ha demostrado ser los hermosos volantes de aluminio y caoba que su compañía comenzó a producir a mediados de la década de 1950. . Ferrari usó ruedas Nardi en algunos de sus autos más icónicos, el 250 GTO, para empezar, y Nardi ha seguido cumpliendo los mismos estándares exigentes en sus productos terminados a mano, de los cuales no hay dos exactamente iguales.
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Soul Made: Nardi Steering Wheels
It’s important to feel connected to your car, and it’s often the case that the physical and emotional element of that connection are derived from the same place: the steering wheel. It’s the most tactile and visceral piece of the driving experience, the element that bridges the gap between human and machine, and one of the best examples of the marriage of automotive form and function.
In today’s film, we visit the workshop of Nardi-Personal, and get some insight into the historic brand from its current CEO, Lorenzo Cerfolini, who takes us through the timeline of the company from its foundation at the hands of Enrico Nardi.
A brilliant engineering mind, Nardi spent time at Lancia and Ferrari with the namesakes of the companies, Vincenzo Lancia and Enzo Ferrari, before making his own foray into the world of automobiles. His resulting creations were utterly unique designs, and they raced at the 24 Hours of Le Mans and the Targa Florio, but the most enduring part of Nardi’s legacy has proven to be the beautiful aluminum and mahogany steering wheels his company began producing in the mid 1950s. Ferrari used Nardi wheels in some of its most iconic cars—the 250 GTO, for starters—and Nardi has continued to adhere to the same exacting standards in its hand-finished products, of which no two are exactly alike.
