A
AntonioM.
Guest
Hola a todos!
La cuestión es que hoy haciendo un viaje en mi BMW 325i 4 puertas del 93 he pasado los 300.000km, y me ha hecho ilusión, no sé, me he puesto a recordar lo vivido con este coche y me ha despertado bastantes sentimientos.
Llegó para una temporada, para cubrir el expediente, y lo cierto es que ya lleva 4 años y medio conmigo. Podría decir que me ha enamorado, me podría cambiar de coche sin ningún problema, pero lo cierto es que no lo hago, y el día que por alguna avería considerable no me resulte rentable mantenerlo conmigo, sé que me dará mucha pena.
Lo compré circunstancialmente en una temporada de cambio en mi vida, una temporada muy rara, complicada, en la que no me entendía ni yo mismo. Si sabéis de qué os hablo sabreis lo que significa...
Me quedé sin coche y un amigo de un concesionario me lo ofreció. Tenía muchos años, muchos kilómetros, muchos bollos y la pintura marchita, pero era un pedazo de coche, j*der, un BMW, 6 cilindros, 2500 24 válvulas, casi 200 caballos... Venía de haber tenido un buen dueño y esto más todo lo anterior fue la única garantía que obtuve...
Lo cierto es que me lo quedé a precio de ganga y siendo lo mejor y único que me podía permitir en aquellos extraños momentos; no os podéis imaginar los otros vehículos que fueron barajados...
Y con sus 210.000 kilómetros empecé a circular con él. Qué sonido! Qué aceleración! Qué comodidad! La verdad es que (las vueltas que dá la vida) lo anterior que había tenido había sido un Mercedes Clase C casi nuevo, pero es que este coche enganchaba las curvas y pasaba a los trailers en tercera que era increible (lo sigue haciendo, hoy lo ha hecho).
Pero qué recuerdos más buenos tengo contigo. Mi primero novia. Mi entrada seria en el mundo profesional. Juergas interminables por enmedio. Multitud de viajes a Jaca, Rosas, Tudela, Illueca, Monreal del Campo; de trabajo con un gran jefe con el que las tertulias eran interminables, por ahí de discotecas volviendo a casa al amanecer, a media mañana, anocheciendo, la noche que nos metimos en aquella ventisca y casi nos la pegamos, de vacaciones en Almería, Lisboa, Cádiz, Granada, Algarve, Alentejo, Asturias, San Sabastian, Bilbao; los viajes de trabajo a León (qué bien dormíamos en el Parador golfo!), a Pamplona, por nuestra tierra de Aragón, la cantidad de gente importante que has llevado; en Valencia haciendo el golfo, en Alicante haciendo el golfo, en Barcelona y en Madrid también... En un campo, un camino o una cuneta haciendo lo que todos sabemos, algunos días un poco achispados, pero con mucho cuidado para no tener ningún problema; riendo, llorando, j*der, no pararía... Ay madre, te acuerdas aquella mañana que volviendo de una rave se te volvió loca la alarma e íbamos por todo Rosas volviendo a casa con la sirena en marcha y los 4 intermitentes en marcha jajajajajaja, qué mal lo pasamos pero cómo me estoy riendo ahora!!!
Quería contaros esto como pequeño homenaje a mi Bemi. El día que faltes te echaré mucho de menos. Estás siendo una parte muy importante de una de las etapas más importantes de mi vida, y eso pesa mucho. Espero que pase mucho tiempo hasta que me tenga que desprender de tí, porque tú ya sabes que a mi me dan igual las costuras rotas de tus asientos, tus bollos, tu pintura gastada, tus pequeños fallos o tus ronquidos al acelerar, me encanta cuando vamos juntos oyendo un disco de buena música y me haces sentir muy bien.
Muchas gracias por todo esto.
La cuestión es que hoy haciendo un viaje en mi BMW 325i 4 puertas del 93 he pasado los 300.000km, y me ha hecho ilusión, no sé, me he puesto a recordar lo vivido con este coche y me ha despertado bastantes sentimientos.
Llegó para una temporada, para cubrir el expediente, y lo cierto es que ya lleva 4 años y medio conmigo. Podría decir que me ha enamorado, me podría cambiar de coche sin ningún problema, pero lo cierto es que no lo hago, y el día que por alguna avería considerable no me resulte rentable mantenerlo conmigo, sé que me dará mucha pena.
Lo compré circunstancialmente en una temporada de cambio en mi vida, una temporada muy rara, complicada, en la que no me entendía ni yo mismo. Si sabéis de qué os hablo sabreis lo que significa...
Me quedé sin coche y un amigo de un concesionario me lo ofreció. Tenía muchos años, muchos kilómetros, muchos bollos y la pintura marchita, pero era un pedazo de coche, j*der, un BMW, 6 cilindros, 2500 24 válvulas, casi 200 caballos... Venía de haber tenido un buen dueño y esto más todo lo anterior fue la única garantía que obtuve...
Lo cierto es que me lo quedé a precio de ganga y siendo lo mejor y único que me podía permitir en aquellos extraños momentos; no os podéis imaginar los otros vehículos que fueron barajados...
Y con sus 210.000 kilómetros empecé a circular con él. Qué sonido! Qué aceleración! Qué comodidad! La verdad es que (las vueltas que dá la vida) lo anterior que había tenido había sido un Mercedes Clase C casi nuevo, pero es que este coche enganchaba las curvas y pasaba a los trailers en tercera que era increible (lo sigue haciendo, hoy lo ha hecho).
Pero qué recuerdos más buenos tengo contigo. Mi primero novia. Mi entrada seria en el mundo profesional. Juergas interminables por enmedio. Multitud de viajes a Jaca, Rosas, Tudela, Illueca, Monreal del Campo; de trabajo con un gran jefe con el que las tertulias eran interminables, por ahí de discotecas volviendo a casa al amanecer, a media mañana, anocheciendo, la noche que nos metimos en aquella ventisca y casi nos la pegamos, de vacaciones en Almería, Lisboa, Cádiz, Granada, Algarve, Alentejo, Asturias, San Sabastian, Bilbao; los viajes de trabajo a León (qué bien dormíamos en el Parador golfo!), a Pamplona, por nuestra tierra de Aragón, la cantidad de gente importante que has llevado; en Valencia haciendo el golfo, en Alicante haciendo el golfo, en Barcelona y en Madrid también... En un campo, un camino o una cuneta haciendo lo que todos sabemos, algunos días un poco achispados, pero con mucho cuidado para no tener ningún problema; riendo, llorando, j*der, no pararía... Ay madre, te acuerdas aquella mañana que volviendo de una rave se te volvió loca la alarma e íbamos por todo Rosas volviendo a casa con la sirena en marcha y los 4 intermitentes en marcha jajajajajaja, qué mal lo pasamos pero cómo me estoy riendo ahora!!!
Quería contaros esto como pequeño homenaje a mi Bemi. El día que faltes te echaré mucho de menos. Estás siendo una parte muy importante de una de las etapas más importantes de mi vida, y eso pesa mucho. Espero que pase mucho tiempo hasta que me tenga que desprender de tí, porque tú ya sabes que a mi me dan igual las costuras rotas de tus asientos, tus bollos, tu pintura gastada, tus pequeños fallos o tus ronquidos al acelerar, me encanta cuando vamos juntos oyendo un disco de buena música y me haces sentir muy bien.
Muchas gracias por todo esto.