Mira aquí solo le falta llamarle....lavadora.....que buen articulo....
Agua a la vista! (BMW X3 3.0 sd)
Si hicieramos una lista con los modelos más estupidos de cada marca, el X3 3.0 sd tendría muchisimas papeletas para encabezar la de BMW. Un todoterreno con suspensión deportiva, deflectores aerodinámicos, volante deportivo y un motor diesel de 3 litros y 286 CV sacados a punta de pistola por dos turbos en cascada que consiguen que el susodicho motor diesel estire hasta las 5.000 rpm sin problemas... es una estupidez.
Es una estupidez porque en el mundo real, el de las carreteras y las autopistas, un X3 puede ser lijado -o como dicen los que están más pa allá, probables fans de este vehículo, puede ser 'ajusticiado'- por casi cualquier cualquier coche con potencia suficiente para mantenerse cerca de su inmenso culo humeante -a pesar del FAP- durante las rectas. Porque al llegar la curva, los 2.000 kilos del X3 con sus dos pasajeros parecen un flan tuneao pa carreras a punto de ser desmoldado contra un alcornoque -o por un precipicio, que de eso ya hablaremos...-. Y aunque en autopista la cosa mejora bastante, la estabilidad del X3 a sus 240 km/h de marcador -que son 230 Km/h reales- no es otra cosa que la advertencia de que si algo se coloca en nuestro carril, es 'algo muerto'. A diferencia de otros coches estúpidos, como por ejemplo una Opel Zafira OPC, el X3 llanea a supervelocidad con estabilidad monolítica, pero apoya igual de despacio que en carretera, y eso le resta habilidad para sobrevivir en un mundo en el que la gente te da ráfagas cuando les pasas a más 180 -que hijos de p*ta, y eso que no saben que se les confunde a veces con el flash de un radar- y que invaden el carril de la izquierda por sistema -porque adelantar a algo a 130 de aguja no es usar el carril izquierdo, es invadirlo-. En cualquier caso tengo que expresar mi respeto por los ingenieros que han puesto a punto la suspensión M del X3, que aunque muy dura en compresión -al menos para ir al Dakar o moverse a unos 200 km/h por los tramos malos de la A2- hace trabajar sin piedad a los neumáticos -unos 'muy camperos' Dunlop SP Sport 02 en medida 235/50-.
Ante semejante fiasco, y a pesar de que era cerca de la media noche, se nos planteaba la necesidad de encontrar un medio en el que el X3 de 60.000 pavos fuera de utilidad -y que no fuera una urbanizacion de lujo con colegios; yo siempre he sido fan de Herodes...-, de manera que dirigimos nuestro pesado culo hacia Cuenca -si, Cuenca existe-. La zona de pruebas estaba a tomar por culo, pero nos aprovechamos de nuestro modo supereconomico, que nos permitia viajar a unos 140 km/h gastando sólo 10,7 litros cada 100 km de liquido viscosillo y maloliente.
Llegados a la zona de pruebas descubrimos que el pantano de Entrepeñas y Buendia no está ni en Entrepeñas ni en Buendia, sino en un sitio llamado Sacedón. Sacedón es un pueblo típico, con un bar típico -su dueño nos confesó que sus aptitudes culinarias solo le daban para una bolsa de Ruffles, un producto que después de ver el estado de los servicios parecía la consumición más prudente-. Llenado el estómgo -para no potar prematuramente- bajamos hasta la playa de Sacedón: en pantano de Entrepeñas-Buendía.
Una de las características de este pantano es que el baño y la práctica de los deportes nauticos están permitidos. Basta acercarse a la orilla y paladear el vomitivo olor del agua corrompida para adivinar por qué: eso no se arregla ni con ósmosis inversa, ultravioleta, ozono y cloro combinados.
La otra son sus pistas. Sus infinitas pistas. Sus pornográficas pistas. Kilómetros y kilómetros de pistas forestales en aceptable estado y por las que se puede circular sin miedo porque las Castillas no están gobernadas por subnormales lameculos de mierda con vocacion de sodomitas públicos -entiendase, los que te dan por culo desde las instituciones públicas-. Queda como deberes para casa determinar qué comunidad autónoma uniprovincial es el ejemplo más cercano de dichos sodomitas públicos y sus nombres.
Asi que, ayudados por unos faros bixenon giratorios y con una potencia que en carretera casi resulta excesiva, bajamos con el X3 a las playas de Sacedón para darnos una vuelta por unas pistas por las que podría pasar un turismo -con gran sufrimiento de su propietario- si no fuera por las profundas trialeras transversales que el agua del pantano ha creado en muchas pistas y praderas al retirarse -un fenomeno, lo de la retirada del agua merefiero, que se denomina 'calentamiento global'-. Antes de llegar hasta aqui habiamos probado el X3 en unas cuantas vías pecuarias, y habíamos llegado a la conclusión de que disponíade una motricidad 'peligrosa' por efectiva. Y a la de que no se pueden aprovechar 286 CV en campo. Chorradas. Si se puede, pero hace falta ir al campo bien equipados. Por suerte Karra había previsto la situación y portaba un CD con
Won't be fooled again de The Who que procedió a insertar en el cargador de CD's para condimentar una noche negra de luna nueva tras un par de paseos para cogerle la medida al X3.
Lo que vivimos a partir de ese momento creo que podría clasificarse como una epifanía del 'outroad'. Comenzamos a recorrer las pistas con el cambio automático en la posición S y el control de estabilidad en DTC, acelerando a fondo con frecuencia. Y el X3 se movía como una centrella pero sobre todo se percibía un control absoluto del coche, incluso cuando el sobreviraje hacia acto de presencia. Sobreviraba, pero lo hacia calculada y elegantemente. Dejando a un margen la intensidad de los baches, que era entre 'notable' e 'impresionante', era como conducir en el Collin McRae por una pista de tierra en Grecia. Bastaba apuntar con el volante en la dirección correcta y frenar un poco antes que en asfalto -aunque a fondo, claro- al tiempo que tratas de anticiparte al trazado de la pista intentando ver más allá de donde alcanzan los faros.
A una velocidad de la que yo era totalmente inconsciente y a la que tras mucho pensar creo que la palabra que más le pega es 'hiperbólida' -un análisis sesudo sugiere que en campo la velocidad hiperbólida se alcanza a unos 100 km/h-, el X3 llegó a su primer obstáculo decente: una sucesión de trialeras -o zanjas- transversales de unos 40 cm de profundidad y medio metro de anchura. Era tarde, muy tarde para frenar. Y de fondo aullaba The Who a lo que daban los altavoces del X3, en reproducción continua: "I'll tip my hat to the new constitution. Take a bow for the new revolution...". Asi que mientras Karra gritaba inutilmente noseque pensé durante un segundo antes de llegar a ellas "pues me da que vamos a ver si de verdad es todoterreno". Y el X3 entró en las trialeras como un Airbus entraria en un bosque abetos, crujiendo, botando y retorciendose, pero avanzando mientras yo hacia lo unico: sujetar recto el volante seguro de que a esa velocidad atravesaríamos unas trialeras, un muro o cualquier cosa. Bummm bum bum bum buuuuummm bum bum biuuuuum bum bum clonk cloooonnnk. Ya al otro lado de las trialeras paro para hacer revisión de daños. Bueno, en realidad para ver si queda algo de los bajos después de los saltos que hemos dado. Yo no me he fijado porque solo miraba hacia delante rezando para volver a lo liso, pero Karra insiste en al caer después de los saltos más fuertes, por el parabrisas sólo se veia suelo mientras el X3 caia en picado.
Increible, el coche por fuera esta entero. Entero! Sigue habiendo parachoques y estriberas, y no están arañadas, ni aborradas ni rozadas ni lijadas ni arrancadas. ¡Está entero! Bueno, es cierto que hemos perdido los dos delos pequeños spoilers del Pack M que van delante de las ruedas, y los otros dos están colgando, pero eso se iba a acabar cayendo tarde o temprano. Una cosa está clara: no podemos ir tan deprisa.
No podemos ir tan deprisa... de hecho volvemos al coche, arrancamos y vamos... aun más deprisa. Menos mal que las pistas son infinitas, porque cada kilómetro lo dilapidamos en menos de medio minuto, pasamos desviaciones, pequeños y estrechos puentes sin petriles -que despues, con más paciencia comprobamos que tenian como cinco metros de caida hasta unos arroyos medio secos- y disfrutamos de una auténtica superespecial nocturna cortesia de BMW y amenizada por los acordes de la música. "I'll move myself and my family aside if we happen to be left half alive..."
If we happen to be left alive, que premonitorio... Circulando a velocidad hiperbólida por la enésima pista se produce una colisión. Un acolisión entre mi pensamiento y el grito de Karra. ¡Agua! ¡Ahi delante hay agua! Durante fracciones de segundo que parecen medio minuto recorro el horizonte desde el infinito hasta donde parece que el camino acaba en un cambio de rasante que en realidad es una orilla del agua más oscura que he visto en mi vida. De hecho sólo se ve gracias a una leve capa de neblina que flota sobre ella. Agua, agua infinita -de noche, los 300 metros de alcance de los bixenon determinan cuando una distancia puede considerarse infinita-. Freno. Freno con tanta fuerza que siento dolor en el pie bastante despues de que mis reflejos medulares aplasten el pedal contra la moqueta y giren el volante a la izquierda para dirigir el X3 hacia la unica escapatoria: un canchal con piedras de un tamaño que va desde el de una patata y hasta un casco de moto. Mientras, mi cerebro me muestra a cámara lenta -ficción prodigiosa, pues nos movemos a unos 25 metros por segundo- cómo se acerca la orilla y se molesta en recordarme que la profundidad máxima de vadeo es de 50 centímetros. Si entraramos en el agua a semejante velocidad nos parariamos bastante despues de que el calado alcanzase esos 50 centímetros. Los fotogramas cambian. Canchal. Piedras. Alguna piedra grande. Nos apartamos del agua. Cuesta. Entramos de lado en las piedras. Volcar. Volcar y rodar hasta el agua. Piedras grandes. Llantas partidas? Suspensión dañada? Piedra grande pasa bajo el coche. No podemos tener inercia para mucho más. Nos paramos. j*der, ¿cuantas cosas se habrán roto? j*der, j*der, j*der. Buff, casi nos matamos.
- Da para atrás y vamos a comprobar los daños, dice Karra.
Meto la marcha atrás para bajar despacio de una ladera con una inclinación de unos 30º por la que hemos subido unos 10 metros. La meto con dudas de que el coche pueda moverse aun. Se mueve. Lentamente retrocedemos, pero estoy convencido de que no puede estar entero: tenemos que haber pinchado o torcido una suspensión o destrozado el parachoques contra esas piedras que tenian el tamaño de melones. Bajamos... y no encontramos nada. El coche está entero. ESTÁ ENTERO. ES UNA p*ta MARAVILLA. ES UN p*to PANZER. Recorremos unos kilómetros despacio, escuchando un ruido que nos parece un neumático rozando con el paso de rueda en las curvas más cerradas. Aceptamos que se pueda haber arrancado el revestimiento del paso de rueda, pero despues descubrimos que ese es el ruido del sistema de bloqueo electrónico de diferenciales, que antes, como todo lo demás, estaba apantallado por The Who. Como es increible que no haya daños, aparcamos en una gasolinera para revisarlo todo mejor. Comprobamos, los parachoques, las estriberas e incluso las franquicias de las puertas y las aletas para ver si hemos 'torcido' el coche. Y comprobamos los bajos. Vaya, intacto intacto no ha salido. Parece que uno de esos melones de cuarzo, mica y feldespato se coló debajo del morro, arrancando un 40% del cubrecarter -que por otra parte es de plástico y para que engañarnos, tarde o temprano uno acaba arrancando hasta el de un Toyota Corolla-. Bueno, parafraseando al ingeniero Scotty en "Misión salvar la tierra": "no podemos saber si esos daños ya estaban ahí cuando nos dieron el coche".
De vuelta a la base buscamos ruidos o vibraciones. Nada. Todo esta en su sitio. Hasta el inmenso techo de cristal ha sobrevivido sin rajarse, y abre y cierra normalmente.
El X3 3.0 sd es un vehículo absurdo. Pero nunca había visto algo que fuera tan bien por pistas forestales. ni algo tan tan duro. Por eso, y con permiso del Range Rover Sport, hacemos entrega al BMW X3 del título de "todocamino perfecto". Eso si, si tu padre se lo compró a tu madre para llevarte a ti al colegio, que te quede clara una cosa: ella es una furcia y el la maltrata.