Cuando hay que forzar la maquinaria de basura periodística para tapar las noticias del día. Nada, que su primo (de dos años menos) le puso el nabo en la mano la mañana de Navidad. El nuevo adalid del feminismo.
El 'vía crucis' de Vanesa tras denunciar a su primo por una agresión sexual: "Me dijo 'lo siento si te jodí la noche'"
La joven relata el abuso de su familiar mientras dormían en la misma cama la mañana de Navidad
Vanesa, sin miedo a dar la cara tras denunciar la agresión sexual.
Actualizado Jueves, 12 septiembre 2024 - 10:07
Ocurrió el pasado diciembre,
durante la mañana de Navidad. Vanesa (25 años), como ya era tradición, había acudido a cenar en Nochebuena a casa de sus tíos, en Parla. Conversaciones, risas, música hasta altas horas de la noche... Y, con el sol asomando, la decisión de irse a dormir.
"Mi tía bebió un poco de más y se quedó dormida en el colchón que me habían reservado. Así que mi primo (23 años), al que prefiero llamar mi agresor, me dijo: 'No te preocupes,
mi cama es muy grande... Si te parece vamos los dos ahí para que no estés incómoda en el sofá'. Y yo acepté", comienza a relatar Vanesa, quien agradeció que su pariente le dejara ropa cómoda para descansar mejor. Tras cambiarse en el baño, se echaron a dormir.
Pero a eso de las 13.30 horas, evoca, comenzó a incomodarse. "Yo estaba de costado, dándole la espalda. Y comencé a notar un cosquilleo desde las costillas hasta cadera. En ese momento no abrí los ojos, seguía adormecida. Pero al momento lo volví a sentir, eran sus dedos rozándome. Ahí ya fui consciente de lo que estaba sucediendo", rememora Vanesa, que prosigue: "Acto seguido me tocó el pecho. Y al mismo tiempo, en la mano que tenía yo tendida sobre la cama, siento su pene, y
cómo él con su otra mano hace fuerza restregándomelo. Como si quisiera que le masturbara... Él no estaba borracho, sabía perfectamente lo que hacía".
Tras quedarse unos segundos "paralizada, sin saber qué hacer", retiró la mano, se incorporó y le espetó que
"qué c**o estás haciendo". "No contestó, fingía estar dormido. Fui al baño, me cambié, dije a mi tía que tenía que irme y salí rápido de aquella casa". Ya en la calle, al mirar su móvil, observó que en ese lapso de tiempo había recibido un whatsapp de su primo que decía:
"Sé que no debería ser así y ya me puedo ir olvidando, pero siento atracción por ti. Siento si te he jodido la noche y la mañana". No contestó. Comenzó a andar, nerviosa, y optó por llamar a su madre para contarle lo sucedido. La progenitora se quedó "muy impactada" tras escuchar a su hija. "Me creyó desde el primer momento, pero no sabía ni qué decir. Más tarde me contó que una noche mi primo nos visitó y acabó durmiendo en su cama, ya que nuestra casa es muy pequeña, y que, como mi madre tiene el sueño ligero,
se despertó cuando sintió que le rascaba el muslo... Pero me dijo que se levantó rápido e hizo como que no había pasado nada. Que él fingía estar dormido. También me aconsejó llamar e informar a mi tía, y eso hice, pero su reacción fue muy similar.
Se quedó helada".
Uno de los whatsapp recibidos por Vanesa.E. M.
Supo que ésta había hablado con su hijo cuando, esa misma noche,
su primo le volvió a escribir por WhatsApp, aunque esta vez la misiva era mucho más larga: "Me decía que se levantó empalmado, algo que le pasaba a menudo. Reconocía que me pasó el brazo por encima, lo demás no. También que se sentía atraído por mí...
Que no quería que me sintiera mal por aquello, porque no sabía por qué pasó, y tras decir que no fue su intención me pidió disculpas".
Vanesa no le contestó a ningún mensaje. Pero sí presentó ambos como prueba en la denuncia que, finalmente,
interpuso dos días después, el 27 de diciembre. Durante esas casi 48 horas, donde el "shock" le impedía "pensar con claridad", fue respaldada y aconsejada por su madre y por una amiga de toda la vida que "también había sufrido episodios similares".
Y tras tomar la decisión de presentarse ante las autoridades, silencio. No volvió a saber de ningún miembro de esa parte de la familia. Y eso que con su tía tenía bastante relación, mucha más que con su primo,
con quien "apenas hablaba".
Pero entonces, confiesa, llegó lo peor: las consecuencias «que pensaba que no iba a tener» la acabaron llevando a terapia, con una especialista en agresiones sexuales. "Me ha provocado insomnio y, cuando podía dormir, muchas pesadillas con esa persona o de situaciones de abuso hacia mí; r
echazaba el sexo con mi pareja, o paraba durante el acto ya que disociaba y no sentía nada. Al final acabamos rompiendo. También dejé de comer, vivía entre ataques de ansiedad y llantos. Incluso tuve pensamientos de suicidio, la situación me sobrepasó", enumera Vanesa.
Tras tomarse declaración a ambas partes en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Parla, y a falta de fecha para el juicio, su abogado, el experto en agresiones sexuales Pedro Resino, valora que "los mensajes que recibió Vanesa ese mismo día por parte de su primo pidiéndole perdón
van a tener peso en el juicio ya que son un indicio más que claro que respaldan la versión". Y remata: "La versión de la víctima ha sido desde el primer momento contundente y con total credibilidad".