Vaya dos locos...
La tía de los niños secuestrados de California: “Creíamos que vivían una vida perfecta”
La amplia familia de David y Louise Turpin se muestra horrorizada con las revelaciones del maltrato que infligieron a sus 13 hijos durante años
Globos y juguetes enviados por desconocidos se acumulan en la puerta de la casa de los Turpin.
Una comida al día, dos duchas al año
Quiero que los niños sepan que durante años suplicamos para hablar con ellos por Skype, suplicamos poder verlos, toda la familia, durante 20 años”. Elizabeth Flores trataba esta semana de dar una explicación a lo inexplicable. Su hermana Louise había sido detenida junto a su marido, David Turpin,
por mantener secuestrados a sus 13 hijos en una casa del interior de California sin ver la luz del día y en condiciones que la fiscalía califica como tortura. Estados Unidos se pregunta estos días cómo fue posible que los Turpin mantuvieran en secreto esa situación durante tantos años.
La tía de los niños habló el jueves en la cadena ABC para explicar que durante años trató de tener contacto con ellos, pero que su hermana y su cuñado les sacaron de su vida. “Cuando eso pasa durante 20 años, incluso antes de los niños, no lo ves como anormal”, dijo Flores en la entrevista. “Si hubiera sido que hace dos años de pronto nos hubiera ignorado, podríamos haber pensado, uy, algo no está bien. Pero esto ocurría desde antes incluso de que tuvieran hijos. Eran muy particulares”.
Flores reveló también detalles inquietantes de su cuñado David. Cuando estaba en la universidad, vivió durante un tiempo con los Turpin. David solía entrar en el baño a mirarla cuando se estaba duchando. Nunca se lo dijo a nadie. También explicó que dejaron fuera incluso al padre de ella. Una vez sacó un billete para ir a visitarlos y cuando avisó de que iba, Louise le dijo que no lo hiciera. Con el nombre de Elizabeth Flores, es una autora de libros de superación personal y da conferencias.
El mundo ha visto con sorpresa como una familia que vivía supuestamente tan en secreto publicó fotos en Facebook de su vida durante los últimos siete años. En un perfil conjunto, los Turpin han publicado fotos de al menos tres bodas en la misma capilla de Las Vegas, con el mismo imitador de Elvis. La fecha de publicación de las últimas fotos es entre abril y mayo de 2016, con todos los niños. También hay fotos de viajes a Disneyland y fotos de Louise Turpin con el bebé de dos años, el menor de los niños. Las fotos tienen comentarios de gente que parece ser amigos o familia y halagan la publicación, como en el perfil de cualquiera.
Louise Turpin (a la izquierda) y David Turpin (con pelo blanco largo), el jueves en los juzgados de Riverside, California.
Una de ellas es Teresa Robinette, otra de las seis hermanas de Louise Turpin. “Estamos dolidos, impresionados y enfadados como todo el mundo”, dijo en una entrevista en NBC. La hermana asegura que preguntaba por el aspecto sorprendentemente canijo de los niños. “Siempre le comentaba a Louise, cuando hablaba con ella, ‘Dios, son muy flaquitos’. Ella le quitaba importancia y decía ‘bueno, David es muy alto y larguirucho, van a ser como él”.
“Nuestra vida no era perfecta cuando crecimos, pero ella no vivió así. ¿Y David? David creció en una familia rica. ¿De dónde viene esto? Es como un mal sueño”, decía Robinette en una entrevista desde Tenessee, donde vive. Según ella, creían que David trataba a su hermana como una reina, pero se preguntaban por qué nunca les dejaban hablar con los niños. “Siempre pensamos que estaba viviendo una vida perfecta. “Nos decía que iban a Disneyland todo el tiempo, o a Las Vegas”.
Se saben aún pocos detalles de la vida de esta familia. Es como si hubiera un gran vacío entre el momento en que Louise Ann Robinette conoció a Davis Turpin y el pasado domingo, cuando sus fotos aparecieron en medios de todo el mundo junto a la descripción de la situación monstruosa en la que vivían sus 13 hijos. Ambos eran de Princeton, West Virginia, según una de las tías. Vivieron en Fort Worth, Texas, durante 17 años. Se mudaron a Murrieta, California, en 2011, y a Perris, donde fueron detenidos, en 2104. Según la fiscalía, el abuso sobre sus hijos se fue incrementando progresivamente con los años, y especialmente a partir de 2011.
Robinette contó que Louise, nacida en 1968 se casó con David cuando tenía 16 años, en 1984. Él era ocho años mayor. Si el mayor de los hermanos encontrados en la casa tiene 29 años, debió de nacer en 1988. Su tía asegura que los Turpin eran muy estrictos con los niños. “No se les permitía tener citas, no podían tener una vida social”, dijo en la entrevista en televisión. “No les permitían ver la televisión, hablar por teléfono, invitar a amigos, cosas así. Cosas normales que hacen los niños”. También confirmó que los Turpin renovaban sus votos matrimoniales a menudo, como se puede comprobar en Facebook.
Una tía de la madre, Brenda Taylor, apuntó una cuestión muy de estos tiempos. “Por las fotos de Facebook, pensabas que eran una gran familia feliz”. Taylor no había vistió a la familia desde mediados de los noventa, cuando solo tenían dos hijos.
Los 13 hijos secuestrados por sus padres dormían por el día, se bañaban una vez al año y pasaban meses encadenados. Nunca habían visto un policía o una medicina.
Vivían de noche y dormían de día, por eso nadie los vio durante años. Los niños no comían, no veían la luz del sol, no sabían lo que era un agente de policía o una medicina. Llevaban dos años planeando la huida. Finalmente, una niña de 17 años reunió el valor suficiente para salir por una ventana de su casa, llamar a la policía y sacar a la luz uno de los casos más espantosos de abuso infantil que ha visto Estados Unidos. Este jueves se conocieron los primeros detalles de la casa de los horrores de Perris, California, donde la policía encontró a 13 hermanos, de entre dos y 29 años, desnutridos y malolientes secuestrados por sus propios padres.
La rueda de prensa del fiscal del distrito de Riverside, Mike Hestrin, para explicar los cargos contra David y Louise Turpin reveló el infierno que se ocultaba en un chalet de clase media a 120 kilómetros al Este de Los Ángeles y que fue descubierto por la policía a las siete de la mañana del domingo pasado.
La familia entera se acostaba sobre las 5 o las 6 de la mañana, explicó el fiscal. Dormían todo el día y estaba despiertos toda la noche. La casa apestaba. A los niños solo se les permitía bañarse una vez al año. Si se lavaban las manos por encima de las muñecas, los padres los castigaban por malgastar el agua.
Esos castigos incluían palizas y estrangulamientos, pero sobre todo consistían en ser atados a los muebles. Al principio, los ataban con cuerdas. Después de que uno se escapara, empezaron a usar cadenas y candados. Esos castigos “duraban semanas o meses”. El domingo por la mañana, tres de ellos estaban encadenados cuando la policía acudió al domicilio de los Turpin. Dos de ellos, de 11 y 14 años, fueron desatados antes de que los agentes entraran en la casa. Una joven de 22 años seguía encadenada. “Por las pruebas encontradas en la casa, no se les permitía ir al baño” cuando estaban castigados.
La única actividad que parecían tener permitida los hijos de la pareja era escribir en diarios. Hay cientos de diarios, asegura el fiscal, que son considerados fundamentales para la investigación.
La fiscalía cree que el maltrato duró mucho tiempo, hasta el punto de que los padres van a ser acusados de 12 cargos de tortura y 12 cargos de secuestro. La fiscalía de Riverside solo se refiere a hechos ocurridos desde que la familia se mudó a California, en 2010. Primero vivieron en Murrieta y, desde 2014, en Perris, dentro del mismo condado. Antes de eso vivieron en Fort Worth, Texas, durante 17 años. Según el fiscal, el maltrato se intensificó al mudarse al Oeste. Son 12 cargos, y no 13, porque el bebé de 2 años sí aparentaba estar bien cuidado, explicó el fiscal.
Además de los cargos de tortura y secuestro, están acusados de siete cargos de maltrato a adultos dependientes (por los mayores de edad) y seis cargos de maltrato de menores, y al menos un cargo de abuso sexual del padre sobre una de las niñas.
La fiscalía apenas hizo una descripción somera de la vida que han vivido esos niños, pero fue suficiente para hacerse una idea del espanto. Uno de los niños, de 12 años, tiene el peso normal de uno de siete. Otra de las hermanas, de 29 años, pesa 37 kilos. La que logró escapar y denunciar tenía 17 años. Cuando los agentes fueron a su encuentro les pareció que tenía 10.
Los 13 jóvenes están hospitalizados y recibiendo alimentación para reconstituirlos. Ninguno de los niños había visto un médico en al menos cuatro años. Además, por las primeras entrevistas con ellos muchos carecen de los conocimientos básicos sobre la vida. Algunos niños no sabían lo que era un agente de policía. Cuando a la de 17 años le preguntaron si había medicinas en la casa, preguntó qué era una medicina.
David Turpin tenía trabajo, aunque el fiscal no precisó cual. Según informó The New York Times el martes, trabajaba como contratista de empresas de defensa e ingresaba 140.000 dólares al año. La familia tenía cuatro coches.
El maltrato parecía tener también una dimensión psicológica, un nivel especial de crueldad. Los padres compraban comida para ellos, se la comían delante de sus hijos y no la compartían con ellos. Compraban pasteles, asegura el fiscal, y los dejaban sobre la mesa con la prohibición de tocarlos. En la casa también había muchos juguetes. Pero estaban en sus cajas. Los niños no tenían permitido tocarlos.
“Este es un comportamiento depravado”, resumió el fiscal Hestrin. “Como fiscal, hay casos que te afectan y te atormentan. “A veces ves pura depravación humana. Eso es lo que estamos viendo aquí”.
Sigue habiendo muchas preguntas sin respuesta. Dónde nacieron los 13 (la fiscalía cree que fue en hospitales), cómo nadie pudo darse cuenta en las extensas familias de David y Louise Turpin, cómo al menos uno de los mayores pudo ir a clases sin despertar sospechas (la madre lo llevaba, lo esperaba en la puerta, y lo devolvía a la casa). La investigación sobre el mayor horror infantil de los últimos tiempos acaba de empezar. “Alguien tuvo que ver algo, alguien tuvo que saber algo, necesitamos su ayuda”, dijo el fiscal Hestrin.
Los padres se declaran no culpables de todos los cargos
A las 13:46 de este jueves en los juzgados de lo Penal de Riverside, Califonia, comparecieron por primera vez David y Louise Turpin, los padres sobre los que pesan un total de 38 cargos por tortura y maltratos a sus propios hijos. Ambos tienen abogados de oficio. A través de ellos, se declararon no culpables de todos los cargos.
El juez fijó la fianza en 12 millones de dólares para cada uno. El juicio comenzará el 23 de febrero, a la 1:30 de la tarde, en estos mismos juzgados.
El juez hizo referencia a la expectación mediática que ha despertado el caso y que podría esperarse durante las sesiones. Alrededor de un centenar de periodistas trataron de entrar en la sala para ver en directo a los padres acusados de monstruosidades.
Louise y David Turpin estaban vestidos con chaquetas negras. Con el mismo aspecto desaliñado de las fotos policiales, pero serios y calmados. Solo hablaron una vez, para decir “sí” a su abogado en una cuestión procedimental.