Yo también me apunto a esta reflexión sobre el enemigo en casa. Con el aumento de las dimensiones de la Serie 3 y su cada vez mejor aprovechamiento interior, se está desplazando a parte del mercado más maduro, cliente tradicional del 5, a no dar el paso del salto de categoría entre ambas series.
Antes un Serie 3, efectivamente era bastante "compacto". Más en su interior, cuya máxima crítica era la dimensión de las plazas traseras. Yo he tenido un E30 y el cambio en este sentido (no en otros, en los que la esencia se mantiene aumentada positivamente) respecto al F30 es notabilísimo. Ahora, como se apunta, se conduce un modelo que en dimensiones es un 5 de la series anteriores, con sus cosas buenas y malas. También pasa con los rivales como el Mercedes C y el E. Conozco gente que no ha dado el salto al E por las dimensiones del C y su parecido exterior.
Pero no sólo eso. La actual política -acertada a mi juicio- de BMW de sobredimensionar todas las categorías con infinidad de variantes y modelos, hace que llegar a un Serie 5 haya tenido que pasar el filtro de muchas opciones anteriores (ej. X, Touring, GT, GC, Serie 4, etc..), con lo cual el mercado de un modelo concreto tiende a ser más específico y reducido. Ya no se da esa barrera perfilada y muy definida entre un Serie 3 y un Serie 5 de antes. Ahora no sólo es que el 3 sea más grande, sino que hay muchas opciones de la variante 3 por medio antes de llegar a un 5.
Toda acción tiene sus consecuencias. Lo que no ha cambiado es la imagen del 5. Imponente.
Saludos.