cybermad
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Miataland: visita al espectacular resort temático de Miata en Italia
Escondido en la campiña más romántica y pintoresca de Italia se encuentra un lugar como ningún otro, donde los encantos del viejo mundo chocan con el icónico roadster de Mazda.
Si quieres tocar la historia, reserva un viaje a Italia. Aquí, el pasado y el presente son vecinos. Reliquias antiguas y maravillas modernas bailan juntas, recordándonos que mucho de lo que apreciamos hoy fue descubierto, cultivado y consagrado por sociedades que caminaron sobre esta tierra hace siglos. En un mundo que se precipita constantemente hacia callejones sin salida en busca del futuro, un lugar como este nos ayuda a recordar que, como seres humanos, nuestros deseos y necesidades no han cambiado realmente.
Me refiero, por supuesto, a Miataland, un complejo turístico en las colinas del centro de Italia que es un santuario para el eterno roadster de Mazda. Aquí, en las infinitas y pintorescas colinas de Perugia, puedes conocer la historia completa de cuatro generaciones del MX-5 mientras disfrutas de unas vacaciones europeas centradas en ese pasatiempo universal: conducir por hermosas carreteras de montaña en autos deportivos livianos y descapotables. Es aquí, en un bed and breakfast poco convencional en el corazón verde de Italia, donde la eterna bondad del Miata se pone de manifiesto a la perfección.
Todo empezó, como suele ocurrir, en un foro de Internet. Andrea Mancini ya había reunido una colección de nueve Miatas en su casa de Italia y estaba a punto de conseguir la ballena blanca: su primer M2 1002, un roadster fabricado a mano y fabricado exclusivamente en Japón por una filial de Mazda que duró poco . El coche había sido enviado a Inglaterra, donde lo vio un miembro de un foro de Miata. Alguien se dio cuenta de que el coche estaba destinado a Italia, lo que hizo que los foros de mensajes se llenaran de especulaciones.
“Dijeron: ‘Probablemente sea este tipo de Milán, no, es este tipo de Padua’”, dijo Mancini. Era un asiduo al foro, leía e investigaba, pero nunca publicaba. “Fue gracioso, porque yo sabía que estaba aquí y ellos no sabían nada”.
El M2 de Andrea tardó meses en llegar a Italia. El día que lo trajo a casa, rompió su silencio en el foro y publicó una foto del raro roadster, la joya de la corona de su colección de 10 Miata.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
“Publiqué la foto y dije, ¿recuerdas esto?” Resume la reacción del foro con un gesto: manos que explotan a ambos lados de su cabeza, el símbolo internacional de la sorpresa. Los expertos del foro no podían creer que este novato hubiera creado semejante colección sin que nadie se diera cuenta. Llovieron las acusaciones de uso de Photoshop.
Para demostrar que era legítimo, Andrea invitó a los miembros del foro local a una barbacoa en su casa. Aparecieron diez Miatas con 20 invitados.
“Descubrí que eran exactamente como yo, que tenían exactamente la misma pasión”, dijo. Se quedaron mirando su flota, se pasaron consejos y arrasaron las colinas en un mini rally de carretera. Una idea comenzó a tomar forma.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Andrea y su esposa, Claudia, habían pasado años viviendo en Roma, una ciudad demasiado densa incluso para una modesta colección de compactos MX-5. Exploraron el campo y encontraron la propiedad perfecta en las afueras de Piedicolle, un pueblo rústico de unos pocos cientos de habitantes en las tierras agrícolas del centro de Italia. La casa original tenía casi 250 años, pero un nuevo edificio, a medio terminar, estaba listo para convertirse en un agroturismo automotriz, un bed and breakfast rural para viajeros que buscaban el nirvana del Miata.
Miataland es el hogar que todo entusiasta de los coches sueña con construir: una hermosa finca en lo alto de una colina apartada, decorada exclusivamente con artículos de automoción y absolutamente repleta de coches. La casa de invitados es un edificio de ladrillo luminoso y espacioso, de estilo moderno y con buen gusto, sin alterar el entorno tradicional. El mobiliario de la planta baja se compone principalmente de motocicletas Ducati y MV Agusta sobre soportes, que infunden en la sala de bienvenida un evocador aroma a aceite y aluminio.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Cinco suites para invitados ocupan el piso superior, cada una con el nombre de un color de pintura diferente del Miata. Los marcos de las cajas están modelados a partir de la columna vertebral perforada en forma de triángulo que forma el bastidor del motor de un MX-5 temprano, familiar para cualquiera que haya subido debajo de un NA o NB. Mi habitación, la suite M2 Blue, incluía una silla hecha con un asiento de conductor de Miata impecable, tan impecable que me sentí mal al sentarme en ella.
En la parte delantera, una selección rotativa de roadsters de NA, NB y ND se exhiben bajo el pabellón, listos para que los visitantes los conduzcan en las visitas guiadas diarias por carretera de Miataland. (Hay un NC en la colección, pero rara vez lo verás. "Nunca lo usamos", dijo Mancini. "Nadie lo quiere"). Cada visitante también recibe un recorrido por la casa comunal bañada por el sol en la parte trasera de la propiedad. Aquí, más apretujados que un paquete de cigarrillos nuevo, encontrará la mayor parte de la colección de 52 autos Miata de Mancini, que se cree que es la más grande del mundo.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Miataland es el hogar que todo entusiasta de los automóviles sueña con construir: una hermosa finca, en lo alto de una ladera apartada, decorada exclusivamente con automobilia y absolutamente invadida de automóviles.
El posadero abre una pesada puerta de cristal y me invita a entrar en los estantes de su biblioteca personal de Miata. El MX-5 estableció un récord mundial Guinness como el deportivo descapotable de dos plazas más vendido del mundo hace 24 años, y mantiene un dominio indiscutible de ese título hasta el día de hoy. La producción en masa rara vez genera coleccionismo, pero cada roadster en el granero de Mancini señala un momento especial, una subvariante única del descapotable de Mazda, amado en todo el mundo.
Un NA de carrocería ancha y sobrealimentado fabricado por la casa de tuning japonesa Nopro se encuentra codo a codo con un Monster Miata V8 con motor Ford 302, recientemente importado y que todavía lleva matrícula de Texas. Los roadsters remodelados van desde un falso Bugeye Sprite hasta un kit car basado en el MX-5 que presenta una visión casi convincente de un Ferrari 250 GTO. Los autos de carrera, las ediciones especiales, las rarezas y los objetos raros encuentran su hogar en Miataland.
Los gustos automovilísticos de Mancini son muy variados (hay unas cuantas docenas de vehículos que no son Miata alrededor de la propiedad, acechando bajo cubiertas grises como tramoyistas de Kuroko), pero es aquí, en el corazón del almacén, donde vemos su verdadera obsesión.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
"Me apasionan los Mazda MX-5, pero estoy loco por los M2", me dijo Mancini. Fundada en 1991, M2 Incorporated era el taller de coches para entusiastas de Mazda, que fabricaba versiones extravagantes de los Mazda convencionales en los días febriles anteriores al estallido de la burbuja económica japonesa de mediados de los 90. El M2 1001 "Cafe Racer" era un NA despojado y ligero, con todo manual, suspensión reforzada y una inyección de potencia extra; el 1002 "Vintage" era lujoso, con un panel de instrumentos retro y detalles de aluminio cepillado. M2 fabricó menos de 700 Miata mejorados antes de que la crisis económica de Japón detuviera de golpe la era dorada del JDM.
“En toda Europa, en este momento, hay cinco M2”, dijo Mancini, señalando varios rincones del almacén y señalando los cinco.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Mancini estaba en la universidad cuando se lanzó el NA Miata en 1989. Le tomó 10 años hacer realidad su sueño de tener uno. Trabajaba en un concesionario Ford en Roma cuando una joven cambió su MX-5 por un Ka nuevo. Se apoderó del pequeño roadster y lo cambió unos años más tarde para comprar su primer auto nuevo, una edición especial NB limitada a 50 ejemplares en Italia. Me llevó hasta ese auto, estacionado en el centro geográfico del garaje, encajado entre vigas de soporte. Se necesitaría una semana de Tetris en reversa con el embrague patinando para despejar el camino para que este Miata llegara a la luz del día.
“¿Recuerdas el olor de un auto nuevo?” Mancini abre la puerta de golpe. Un aroma a guante de béisbol nuevo me saluda. La tapicería de cuero blanquecino está sin manchas ni arrugas. El odómetro marca 34.000 km. Estaba pagando los pagos de este NB, pero aún extrañaba su NA.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
“Me prometí a mí mismo no vender nunca más mis coches”, dijo, señalando el atasco de tráfico que lo rodeaba. “Este es el resultado”.
Miataland dio la bienvenida a sus primeros huéspedes en 2018. El complejo está abierto en primavera, verano y otoño, "cuando es posible conducir con la capota bajada", según el propietario. Después del desayuno y el café, los huéspedes están invitados a disfrutar de la principal atracción de Miataland: el recorrido por carretera. Los visitantes se amontonan en los Miata de su elección y Andrea y un colega conducen el convoy en un viaje de dos horas por las carreteras secundarias de la campiña italiana, de una belleza cinematográfica, parando para comer y tomar fotografías, cambiando de coche y, en general, disfrutando de la vida al aire libre.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
A la mañana siguiente de mi llegada, nos preparamos para el recorrido. Silvano, un ex chef de pizzas que se convirtió en empleado de Miataland, encabezó nuestro trío en un ND rojo Soul. Andrea y yo elegimos NA de 1,8 litros, el suyo en amarillo Sunburst y el mío en el glorioso verde British Racing.
Hace más de una década que tuve un MX-5 de los primeros modelos. Al ponerme al volante, el roadster Miataland me resultó familiar de inmediato, como un par de zapatillas que había perdido hace mucho tiempo. La mayoría de los aficionados al automovilismo han visto pasar tres décadas con sus autos plegables. Ese tipo de edad en un auto suele traer consigo un comportamiento quisquilloso, arranques en frío complicados e instrucciones especiales. Aquí no hay tonterías: nuestros roadsters arrancaron al instante.
“Cualquier otro coche que tenga más de 30 años es un coche viejo, punto”, dijo Andrea. “Tengo un Peugeot 205, un Golf GTI, coches preciosos, pero viejos”. Bromeó, con sarcasmo italiano, que si su complejo turístico se especializara en Alfa Romeo o Fiat, nunca tendría suficientes coches en funcionamiento para una gira. “Cuando conduces un NA, entiendes que Mazda estaba increíblemente por delante de todos los demás”.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Nuestra ruta nos llevó cuesta abajo, a través del valle fértil y hacia San Venanzo. La música ronca de un motor de cuatro cilindros resonaba por las estrechas carreteras. Conducir el MX-5 verde era como conversar con un viejo amigo, con sus peculiaridades. Todavía hacía un poco de calor en los pies, tal como recordaba. Las ventanillas eléctricas todavía se arrastraban y crujían, y yo todavía era unos dos centímetros más alto que yo para acomodarme en la estela del parabrisas. Con el volante bailando en mis manos y la palanca de cambios rechoncha haciendo un chasquido al poner la marcha, olvidé cada debilidad. Ese día, en esa carretera, el NA Miata era la perfección.
Nos detuvimos para admirar el Comune di San Venanzo, un palacio recatado que durante siglos ha servido como sede municipal del pueblo y sus tierras de cultivo circundantes. Al otro lado del patio se alzaban las ruinas de un castillo medieval del siglo XIII. Tuve uno de esos momentos típicos de los turistas estadounidenses, en los que me esforzaba por captar la profundidad de la historia que tenía ante mí. En Estados Unidos, construimos museos en torno a reliquias que tienen la mitad de antigüedad, deificándolas hasta convertirlas en una solemne irrelevancia. Los empleados del pueblo pasaban por allí, como si fuera otro trayecto matutino más que pasa por una historia irreemplazable y tangible.
Andrea asintió con la cabeza hacia la desgastada fachada del Comune.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
"Me gusta que sea imperfecto", dijo. "No está restaurado artificialmente". Volví la mirada hacia nuestros Miatas. El roadster British Racing Green marcaba 245.000 km en el tablero. Años de viajes por el polvo de las zonas rurales habían desgastado su pintura. Los números en la perilla de madera de la palanca de cambios se estaban desvaneciendo. La transmisión y la suspensión eran nítidas y firmes, pero nunca confundirías este auto con una reina del garaje.
La historia del Mazda Miata se extiende por todo el mundo. La idea del MX-5 fue idea del periodista automovilístico californiano convertido en planificador de productos de Mazda, Bob Hall. Quería una encarnación moderna de un vehículo canónicamente británico (un descapotable ligero de dos asientos, motor delantero y tracción trasera) y no dejó de hablar de ello hasta que los jefes en Japón aceptaron probarlo.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
"Me gusta que sea imperfecto, que no esté restaurado artificialmente".
El diseñador Tom Matano nació en Japón, pero trabajaba en la sede de Mazda en Norteamérica cuando diseñó el Miata de primera generación, un coche alegre y atemporal. Ese coche debutó en Chicago en febrero de 1989, quizás el escenario menos probable del mundo para lanzar un descapotable deportivo. No importa: en 2016, Mazda había vendido más de un millón de Miata en todo el mundo, todos ellos fabricados en Hiroshima. Japonés de nacimiento, culturalmente inglés, con una fuerte dosis de intrépido optimismo estadounidense, el Miata vive fuera del tiempo o la nacionalidad, construido hoy con la misma fórmula básica que Hall y Matano idearon en 1989.
Esperaba que una flota de Miatas se sintiera fuera de lugar en Italia, cuna de legendarios fabricantes de automóviles románticos, apasionados e ilógicos. No podría haber estado más equivocado. Alfa Romeo y Fiat han abandonado el clásico roadster; Ferrari, Lamborghini y Maserati nunca han tenido mucho interés en los compradores de autos deportivos de todos los días. Todas estas marcas ahora persiguen una evolución constante, superándose unas a otras mientras compiten por la última moda automotriz de corta vida útil.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
El Miata persiste precisamente porque Mazda se niega a amoldarlo a las tendencias automovilísticas cambiantes. Al igual que los habitantes de los pueblos del centro de Italia, Mazda ha descubierto una forma de preservar la historia eterna en la vida moderna, cambiando lo suficiente los bordes para mantener a raya la irrelevancia. ¿Qué otro coche deportivo se ha mantenido tan fiel a su espíritu fundador durante 35 años ininterrumpidos? ¿Qué otro coche deportivo puede reivindicar un linaje de 35 años?
No es necesario visitar Miataland para disfrutar de la conducción de un MX-5. La magia del Miata es que se siente genial prácticamente en cualquier lugar donde haya una carretera con curvas y la posibilidad de bajar la capota. Pero, ¿qué pasa si quieres unas vacaciones europeas lejos de las trampas para turistas y quieres pasar un día conduciendo el roadster por excelencia de las últimas tres décadas, todo en un solo viaje?
Miataland es siempre la respuesta.
https://www.motor1.com/features/739551/visit-italy-mazda-miata-resort/
Escondido en la campiña más romántica y pintoresca de Italia se encuentra un lugar como ningún otro, donde los encantos del viejo mundo chocan con el icónico roadster de Mazda.
Si quieres tocar la historia, reserva un viaje a Italia. Aquí, el pasado y el presente son vecinos. Reliquias antiguas y maravillas modernas bailan juntas, recordándonos que mucho de lo que apreciamos hoy fue descubierto, cultivado y consagrado por sociedades que caminaron sobre esta tierra hace siglos. En un mundo que se precipita constantemente hacia callejones sin salida en busca del futuro, un lugar como este nos ayuda a recordar que, como seres humanos, nuestros deseos y necesidades no han cambiado realmente.
Me refiero, por supuesto, a Miataland, un complejo turístico en las colinas del centro de Italia que es un santuario para el eterno roadster de Mazda. Aquí, en las infinitas y pintorescas colinas de Perugia, puedes conocer la historia completa de cuatro generaciones del MX-5 mientras disfrutas de unas vacaciones europeas centradas en ese pasatiempo universal: conducir por hermosas carreteras de montaña en autos deportivos livianos y descapotables. Es aquí, en un bed and breakfast poco convencional en el corazón verde de Italia, donde la eterna bondad del Miata se pone de manifiesto a la perfección.
Todo empezó, como suele ocurrir, en un foro de Internet. Andrea Mancini ya había reunido una colección de nueve Miatas en su casa de Italia y estaba a punto de conseguir la ballena blanca: su primer M2 1002, un roadster fabricado a mano y fabricado exclusivamente en Japón por una filial de Mazda que duró poco . El coche había sido enviado a Inglaterra, donde lo vio un miembro de un foro de Miata. Alguien se dio cuenta de que el coche estaba destinado a Italia, lo que hizo que los foros de mensajes se llenaran de especulaciones.
“Dijeron: ‘Probablemente sea este tipo de Milán, no, es este tipo de Padua’”, dijo Mancini. Era un asiduo al foro, leía e investigaba, pero nunca publicaba. “Fue gracioso, porque yo sabía que estaba aquí y ellos no sabían nada”.
El M2 de Andrea tardó meses en llegar a Italia. El día que lo trajo a casa, rompió su silencio en el foro y publicó una foto del raro roadster, la joya de la corona de su colección de 10 Miata.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
“Publiqué la foto y dije, ¿recuerdas esto?” Resume la reacción del foro con un gesto: manos que explotan a ambos lados de su cabeza, el símbolo internacional de la sorpresa. Los expertos del foro no podían creer que este novato hubiera creado semejante colección sin que nadie se diera cuenta. Llovieron las acusaciones de uso de Photoshop.
Para demostrar que era legítimo, Andrea invitó a los miembros del foro local a una barbacoa en su casa. Aparecieron diez Miatas con 20 invitados.
“Descubrí que eran exactamente como yo, que tenían exactamente la misma pasión”, dijo. Se quedaron mirando su flota, se pasaron consejos y arrasaron las colinas en un mini rally de carretera. Una idea comenzó a tomar forma.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Andrea y su esposa, Claudia, habían pasado años viviendo en Roma, una ciudad demasiado densa incluso para una modesta colección de compactos MX-5. Exploraron el campo y encontraron la propiedad perfecta en las afueras de Piedicolle, un pueblo rústico de unos pocos cientos de habitantes en las tierras agrícolas del centro de Italia. La casa original tenía casi 250 años, pero un nuevo edificio, a medio terminar, estaba listo para convertirse en un agroturismo automotriz, un bed and breakfast rural para viajeros que buscaban el nirvana del Miata.
Miataland es el hogar que todo entusiasta de los coches sueña con construir: una hermosa finca en lo alto de una colina apartada, decorada exclusivamente con artículos de automoción y absolutamente repleta de coches. La casa de invitados es un edificio de ladrillo luminoso y espacioso, de estilo moderno y con buen gusto, sin alterar el entorno tradicional. El mobiliario de la planta baja se compone principalmente de motocicletas Ducati y MV Agusta sobre soportes, que infunden en la sala de bienvenida un evocador aroma a aceite y aluminio.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Cinco suites para invitados ocupan el piso superior, cada una con el nombre de un color de pintura diferente del Miata. Los marcos de las cajas están modelados a partir de la columna vertebral perforada en forma de triángulo que forma el bastidor del motor de un MX-5 temprano, familiar para cualquiera que haya subido debajo de un NA o NB. Mi habitación, la suite M2 Blue, incluía una silla hecha con un asiento de conductor de Miata impecable, tan impecable que me sentí mal al sentarme en ella.
En la parte delantera, una selección rotativa de roadsters de NA, NB y ND se exhiben bajo el pabellón, listos para que los visitantes los conduzcan en las visitas guiadas diarias por carretera de Miataland. (Hay un NC en la colección, pero rara vez lo verás. "Nunca lo usamos", dijo Mancini. "Nadie lo quiere"). Cada visitante también recibe un recorrido por la casa comunal bañada por el sol en la parte trasera de la propiedad. Aquí, más apretujados que un paquete de cigarrillos nuevo, encontrará la mayor parte de la colección de 52 autos Miata de Mancini, que se cree que es la más grande del mundo.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Miataland es el hogar que todo entusiasta de los automóviles sueña con construir: una hermosa finca, en lo alto de una ladera apartada, decorada exclusivamente con automobilia y absolutamente invadida de automóviles.
El posadero abre una pesada puerta de cristal y me invita a entrar en los estantes de su biblioteca personal de Miata. El MX-5 estableció un récord mundial Guinness como el deportivo descapotable de dos plazas más vendido del mundo hace 24 años, y mantiene un dominio indiscutible de ese título hasta el día de hoy. La producción en masa rara vez genera coleccionismo, pero cada roadster en el granero de Mancini señala un momento especial, una subvariante única del descapotable de Mazda, amado en todo el mundo.
Un NA de carrocería ancha y sobrealimentado fabricado por la casa de tuning japonesa Nopro se encuentra codo a codo con un Monster Miata V8 con motor Ford 302, recientemente importado y que todavía lleva matrícula de Texas. Los roadsters remodelados van desde un falso Bugeye Sprite hasta un kit car basado en el MX-5 que presenta una visión casi convincente de un Ferrari 250 GTO. Los autos de carrera, las ediciones especiales, las rarezas y los objetos raros encuentran su hogar en Miataland.
Los gustos automovilísticos de Mancini son muy variados (hay unas cuantas docenas de vehículos que no son Miata alrededor de la propiedad, acechando bajo cubiertas grises como tramoyistas de Kuroko), pero es aquí, en el corazón del almacén, donde vemos su verdadera obsesión.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
"Me apasionan los Mazda MX-5, pero estoy loco por los M2", me dijo Mancini. Fundada en 1991, M2 Incorporated era el taller de coches para entusiastas de Mazda, que fabricaba versiones extravagantes de los Mazda convencionales en los días febriles anteriores al estallido de la burbuja económica japonesa de mediados de los 90. El M2 1001 "Cafe Racer" era un NA despojado y ligero, con todo manual, suspensión reforzada y una inyección de potencia extra; el 1002 "Vintage" era lujoso, con un panel de instrumentos retro y detalles de aluminio cepillado. M2 fabricó menos de 700 Miata mejorados antes de que la crisis económica de Japón detuviera de golpe la era dorada del JDM.
“En toda Europa, en este momento, hay cinco M2”, dijo Mancini, señalando varios rincones del almacén y señalando los cinco.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Mancini estaba en la universidad cuando se lanzó el NA Miata en 1989. Le tomó 10 años hacer realidad su sueño de tener uno. Trabajaba en un concesionario Ford en Roma cuando una joven cambió su MX-5 por un Ka nuevo. Se apoderó del pequeño roadster y lo cambió unos años más tarde para comprar su primer auto nuevo, una edición especial NB limitada a 50 ejemplares en Italia. Me llevó hasta ese auto, estacionado en el centro geográfico del garaje, encajado entre vigas de soporte. Se necesitaría una semana de Tetris en reversa con el embrague patinando para despejar el camino para que este Miata llegara a la luz del día.
“¿Recuerdas el olor de un auto nuevo?” Mancini abre la puerta de golpe. Un aroma a guante de béisbol nuevo me saluda. La tapicería de cuero blanquecino está sin manchas ni arrugas. El odómetro marca 34.000 km. Estaba pagando los pagos de este NB, pero aún extrañaba su NA.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
“Me prometí a mí mismo no vender nunca más mis coches”, dijo, señalando el atasco de tráfico que lo rodeaba. “Este es el resultado”.
Miataland dio la bienvenida a sus primeros huéspedes en 2018. El complejo está abierto en primavera, verano y otoño, "cuando es posible conducir con la capota bajada", según el propietario. Después del desayuno y el café, los huéspedes están invitados a disfrutar de la principal atracción de Miataland: el recorrido por carretera. Los visitantes se amontonan en los Miata de su elección y Andrea y un colega conducen el convoy en un viaje de dos horas por las carreteras secundarias de la campiña italiana, de una belleza cinematográfica, parando para comer y tomar fotografías, cambiando de coche y, en general, disfrutando de la vida al aire libre.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
A la mañana siguiente de mi llegada, nos preparamos para el recorrido. Silvano, un ex chef de pizzas que se convirtió en empleado de Miataland, encabezó nuestro trío en un ND rojo Soul. Andrea y yo elegimos NA de 1,8 litros, el suyo en amarillo Sunburst y el mío en el glorioso verde British Racing.
Hace más de una década que tuve un MX-5 de los primeros modelos. Al ponerme al volante, el roadster Miataland me resultó familiar de inmediato, como un par de zapatillas que había perdido hace mucho tiempo. La mayoría de los aficionados al automovilismo han visto pasar tres décadas con sus autos plegables. Ese tipo de edad en un auto suele traer consigo un comportamiento quisquilloso, arranques en frío complicados e instrucciones especiales. Aquí no hay tonterías: nuestros roadsters arrancaron al instante.
“Cualquier otro coche que tenga más de 30 años es un coche viejo, punto”, dijo Andrea. “Tengo un Peugeot 205, un Golf GTI, coches preciosos, pero viejos”. Bromeó, con sarcasmo italiano, que si su complejo turístico se especializara en Alfa Romeo o Fiat, nunca tendría suficientes coches en funcionamiento para una gira. “Cuando conduces un NA, entiendes que Mazda estaba increíblemente por delante de todos los demás”.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
Nuestra ruta nos llevó cuesta abajo, a través del valle fértil y hacia San Venanzo. La música ronca de un motor de cuatro cilindros resonaba por las estrechas carreteras. Conducir el MX-5 verde era como conversar con un viejo amigo, con sus peculiaridades. Todavía hacía un poco de calor en los pies, tal como recordaba. Las ventanillas eléctricas todavía se arrastraban y crujían, y yo todavía era unos dos centímetros más alto que yo para acomodarme en la estela del parabrisas. Con el volante bailando en mis manos y la palanca de cambios rechoncha haciendo un chasquido al poner la marcha, olvidé cada debilidad. Ese día, en esa carretera, el NA Miata era la perfección.
Nos detuvimos para admirar el Comune di San Venanzo, un palacio recatado que durante siglos ha servido como sede municipal del pueblo y sus tierras de cultivo circundantes. Al otro lado del patio se alzaban las ruinas de un castillo medieval del siglo XIII. Tuve uno de esos momentos típicos de los turistas estadounidenses, en los que me esforzaba por captar la profundidad de la historia que tenía ante mí. En Estados Unidos, construimos museos en torno a reliquias que tienen la mitad de antigüedad, deificándolas hasta convertirlas en una solemne irrelevancia. Los empleados del pueblo pasaban por allí, como si fuera otro trayecto matutino más que pasa por una historia irreemplazable y tangible.
Andrea asintió con la cabeza hacia la desgastada fachada del Comune.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
"Me gusta que sea imperfecto", dijo. "No está restaurado artificialmente". Volví la mirada hacia nuestros Miatas. El roadster British Racing Green marcaba 245.000 km en el tablero. Años de viajes por el polvo de las zonas rurales habían desgastado su pintura. Los números en la perilla de madera de la palanca de cambios se estaban desvaneciendo. La transmisión y la suspensión eran nítidas y firmes, pero nunca confundirías este auto con una reina del garaje.
La historia del Mazda Miata se extiende por todo el mundo. La idea del MX-5 fue idea del periodista automovilístico californiano convertido en planificador de productos de Mazda, Bob Hall. Quería una encarnación moderna de un vehículo canónicamente británico (un descapotable ligero de dos asientos, motor delantero y tracción trasera) y no dejó de hablar de ello hasta que los jefes en Japón aceptaron probarlo.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
"Me gusta que sea imperfecto, que no esté restaurado artificialmente".
El diseñador Tom Matano nació en Japón, pero trabajaba en la sede de Mazda en Norteamérica cuando diseñó el Miata de primera generación, un coche alegre y atemporal. Ese coche debutó en Chicago en febrero de 1989, quizás el escenario menos probable del mundo para lanzar un descapotable deportivo. No importa: en 2016, Mazda había vendido más de un millón de Miata en todo el mundo, todos ellos fabricados en Hiroshima. Japonés de nacimiento, culturalmente inglés, con una fuerte dosis de intrépido optimismo estadounidense, el Miata vive fuera del tiempo o la nacionalidad, construido hoy con la misma fórmula básica que Hall y Matano idearon en 1989.
Esperaba que una flota de Miatas se sintiera fuera de lugar en Italia, cuna de legendarios fabricantes de automóviles románticos, apasionados e ilógicos. No podría haber estado más equivocado. Alfa Romeo y Fiat han abandonado el clásico roadster; Ferrari, Lamborghini y Maserati nunca han tenido mucho interés en los compradores de autos deportivos de todos los días. Todas estas marcas ahora persiguen una evolución constante, superándose unas a otras mientras compiten por la última moda automotriz de corta vida útil.
Foto de: Sevian Daupi | Motor1
El Miata persiste precisamente porque Mazda se niega a amoldarlo a las tendencias automovilísticas cambiantes. Al igual que los habitantes de los pueblos del centro de Italia, Mazda ha descubierto una forma de preservar la historia eterna en la vida moderna, cambiando lo suficiente los bordes para mantener a raya la irrelevancia. ¿Qué otro coche deportivo se ha mantenido tan fiel a su espíritu fundador durante 35 años ininterrumpidos? ¿Qué otro coche deportivo puede reivindicar un linaje de 35 años?
No es necesario visitar Miataland para disfrutar de la conducción de un MX-5. La magia del Miata es que se siente genial prácticamente en cualquier lugar donde haya una carretera con curvas y la posibilidad de bajar la capota. Pero, ¿qué pasa si quieres unas vacaciones europeas lejos de las trampas para turistas y quieres pasar un día conduciendo el roadster por excelencia de las últimas tres décadas, todo en un solo viaje?
Miataland es siempre la respuesta.
https://www.motor1.com/features/739551/visit-italy-mazda-miata-resort/
