... en un ascensor.
Multa por "no guardar la distancia de seguridad" con un preso en el interior de un ascensor con 15 personas Un trabajador del Hospital Clínico, acusado de "desobediencia a la autoridad y negativa a identificarse" cuando estaba trabajando y la policía trasladaba a un preso
últimoCero
Valladolid
:: Sábado, 12 de Marzo de 2016 ::
El trabajador del Hospital Clínico E.C. B. ha roto el silencio y se ha decidido a contar a la opinión pública la situación kafkiana vivida la mañana del jueves 28 de enero en su centro de trabajo y por la que puede ser sancionado hasta con 30.000 euros por aplicación de la Ley 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como 'Ley Mordaza'.
"En la mañana del pasado jueves 28 de enero, hacia las 11.30 horas, fui equerido por el Jefe de Taller para realizar un aviso urgente. Para subir a la planta donde se requerían mi servicios, cogí el ascensor de personal número 9 en el sótano, el cual bajaba casi lleno con 12 ó 15 personas", comienza el relato a últimoCero de los hechos E. C.
"Me situé en una esquina del fondo del ascensor", continúa el trabajador, "pues era la zona más libre. Detrás de mí, entraron dos agentes de Policía Nacioonal con un recluso. En ese momento, uno de ellos, dirigiéndose a mí con tono dictactorial y poniéndome la mano en el brazo, me dijo: 'Apártese'. Di un paso hacia mi izquierda y me situé en el centro del fondo del ascensor. No conforme el policía con el lugar dóne me había colocado, me exigió con el mismo tono de voz anterior que me situara en la otra esquina del ascensor -'Póngase ahí'-, escasos centímetros más allá de mi posición. En ese instante, le hice notar mi descontento con el tono y las formas de transmitirme sus órdenes, sin faltarle al respeto en ningún momento".
El trabajador E.C. recuerda que el agente le respondió que "no tenía que decir cómo hacer su trabajo", a lo que él respondió que no había sido su intención en ningún momento. "Pues yo también estaba haciendo el mío. Aquí se acabó la conversación, de momento".
Pero al llegar el ascensor a la planta de destino de los policías, uno de los agentes se colocó en medio de la puerta del ascensor, exigiendo al trabajador del Servicio de Mantenimiento que se bajara. "A lo cual le contesté negativamente, pues yo debía continuar a una planta superior. Ante esta respuesta, el agento insistió, tra lo cual le reiteré mi negativa, recordándole que estaba trabajando, y se requerían mis servicios de forma urgente".
Como el ascensor estaba parado, los usuarios que estaban en el interior lógicamente empezaron a impacientarse. Uno de ellos, al menos increpó al policía, a fin de que dejara al trabajador en paz y liberara la puerta del ascensor, para que pudiera continuar su trayecto. "En este momento, abochornado por la situación, me bajé cumpliendo la orden del agente y evitando seguir interrumpiendo el recorrido el ascensor", explica el trabajador.
"Una vez fuera", prosigue su relato E.C., "los agentes me pidieron la documentación de forma insistente. Al ver que yo no lo hacía, llegaron a amenazarme con llevarme a comisaría para llevar a cabo mi identificación. Les hice saber entonces que mi DNI se encontraba en mi taquilla -al no estar obligado a llevarlo conmigo durante el horario de trabajo-, indicándoles que yo iba convenientemente identificado a través de la etiqueta de trabajador presente en mi uniforme. Tras ello, me solicitaron mis datos de palabra, ante lo cual yo se los facilité".
El trabajador realizó el aviso urgente que le había sido encomendado, cuya ejecución se había visto retrasado debido al incidente relatado.
Pero la sorpresa de E.C. no había acabado. A las 22.45 horas de ese mismo días -28 de enero-, dos agentes de la Policía Nacional se personaron en su domicilio en un coche patrulla, para hacerle entrega de una denuncia a su nombre "por desobediencia a la autoridad y negativa a identificarse". "Asimismo, se me informó de que la posible multa asociada a la infracción cometida podría oscilar entre 600 euros y 12.000 euro. Según la denuncia se me aplica la Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridda Ciudadana, conocida como Ley Mordaza. He consultado la citada ley, y de lo que se me acusa está tipificado como 'falta grave' y la sanción va de los 6.000 a los 30.000 euros", dice el trabajador, que aclara que la 'desobediencia' tiene su origen en que "los policías dicen que me indicaron que guardara una distancia prudencial de seguridad con el preso. Que alguien me explique cuál es la distancia de seguridad en un ascensor con 15 personas en su interior. La otra acusación es que me negué a identificarme, cosa totalmente falsa, como si no conocían mi domicilio a donde me llevaron la denuncia".
E.C. ha roto el silencio una vez que ha tenido conocimiento de que la denuncia sigue adelante y que las buenas palabras recibidas días atrás de que 'el asunto no tenía recorrido' no se han confirmado. Agravado por el hecho de que el Hospital Clínico se ha desentendido del caso.
"Reconozco que estamos sin gerente, pero no es de recibo que cuando la Junta de Personal ha planteado el tema, el Director de Gestión diga que se trata de un problema personal mío cuando se están produciendo casos similares con mucha frecuencia. También dijo que si me llega la multa habrá que hacer una colecta. ¡Por favor!", se lamenta E.C. que asegura haberse sentido humillado por los dos policías.
Protocolo de Actuación
Al día siguiente de ocurrido el incidente, en el Hospital Clínico se preparó una recogida de firmas de apoyo a un escrito dirigido al centro hospitalario. En el mencionado escrito, que se paralizó, se denuncia "los continuos abusos de autoridad que se vienen produciendo por parte de algunos funcionarios de la Policía Nacional, durante el traslado de presos a las consultas externas en los ascensores de este hospital, dándose casos de verdaderos actos de humillación y vejación hacia los trabajadores de este centro".
Tras relatar los hechos del pasado 28 de enero, el escrito exigía: "La inmediata puesta en marcha de un Protocolo de Actuación para el traslado de presos por el interior de este centro, especilamente en los ascensores, a fin de evitar incidentes como el anterior mente expuesto, así como para velar por la seguridad de los trabajadores y usuarios del recinto hospitaalrio".
"Igualmente", concluía el escrito, "exigimos a la dirección del centro que se haga cargo de la defensa y posible sanción económica que le pudiera imponer la delegación del Gobierno al trabajador, al haber sido denunciado en pleno desarrollo de sus funciones".
Fuente: Ultimocero.com Periodismo en la red sin red
Falta la versión oficial, pero es tan surrealista todo...

Multa por "no guardar la distancia de seguridad" con un preso en el interior de un ascensor con 15 personas Un trabajador del Hospital Clínico, acusado de "desobediencia a la autoridad y negativa a identificarse" cuando estaba trabajando y la policía trasladaba a un preso
últimoCero
Valladolid
:: Sábado, 12 de Marzo de 2016 ::
El trabajador del Hospital Clínico E.C. B. ha roto el silencio y se ha decidido a contar a la opinión pública la situación kafkiana vivida la mañana del jueves 28 de enero en su centro de trabajo y por la que puede ser sancionado hasta con 30.000 euros por aplicación de la Ley 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como 'Ley Mordaza'.
"En la mañana del pasado jueves 28 de enero, hacia las 11.30 horas, fui equerido por el Jefe de Taller para realizar un aviso urgente. Para subir a la planta donde se requerían mi servicios, cogí el ascensor de personal número 9 en el sótano, el cual bajaba casi lleno con 12 ó 15 personas", comienza el relato a últimoCero de los hechos E. C.
"Me situé en una esquina del fondo del ascensor", continúa el trabajador, "pues era la zona más libre. Detrás de mí, entraron dos agentes de Policía Nacioonal con un recluso. En ese momento, uno de ellos, dirigiéndose a mí con tono dictactorial y poniéndome la mano en el brazo, me dijo: 'Apártese'. Di un paso hacia mi izquierda y me situé en el centro del fondo del ascensor. No conforme el policía con el lugar dóne me había colocado, me exigió con el mismo tono de voz anterior que me situara en la otra esquina del ascensor -'Póngase ahí'-, escasos centímetros más allá de mi posición. En ese instante, le hice notar mi descontento con el tono y las formas de transmitirme sus órdenes, sin faltarle al respeto en ningún momento".
El trabajador E.C. recuerda que el agente le respondió que "no tenía que decir cómo hacer su trabajo", a lo que él respondió que no había sido su intención en ningún momento. "Pues yo también estaba haciendo el mío. Aquí se acabó la conversación, de momento".
Pero al llegar el ascensor a la planta de destino de los policías, uno de los agentes se colocó en medio de la puerta del ascensor, exigiendo al trabajador del Servicio de Mantenimiento que se bajara. "A lo cual le contesté negativamente, pues yo debía continuar a una planta superior. Ante esta respuesta, el agento insistió, tra lo cual le reiteré mi negativa, recordándole que estaba trabajando, y se requerían mis servicios de forma urgente".
Como el ascensor estaba parado, los usuarios que estaban en el interior lógicamente empezaron a impacientarse. Uno de ellos, al menos increpó al policía, a fin de que dejara al trabajador en paz y liberara la puerta del ascensor, para que pudiera continuar su trayecto. "En este momento, abochornado por la situación, me bajé cumpliendo la orden del agente y evitando seguir interrumpiendo el recorrido el ascensor", explica el trabajador.
"Una vez fuera", prosigue su relato E.C., "los agentes me pidieron la documentación de forma insistente. Al ver que yo no lo hacía, llegaron a amenazarme con llevarme a comisaría para llevar a cabo mi identificación. Les hice saber entonces que mi DNI se encontraba en mi taquilla -al no estar obligado a llevarlo conmigo durante el horario de trabajo-, indicándoles que yo iba convenientemente identificado a través de la etiqueta de trabajador presente en mi uniforme. Tras ello, me solicitaron mis datos de palabra, ante lo cual yo se los facilité".
El trabajador realizó el aviso urgente que le había sido encomendado, cuya ejecución se había visto retrasado debido al incidente relatado.
Pero la sorpresa de E.C. no había acabado. A las 22.45 horas de ese mismo días -28 de enero-, dos agentes de la Policía Nacional se personaron en su domicilio en un coche patrulla, para hacerle entrega de una denuncia a su nombre "por desobediencia a la autoridad y negativa a identificarse". "Asimismo, se me informó de que la posible multa asociada a la infracción cometida podría oscilar entre 600 euros y 12.000 euro. Según la denuncia se me aplica la Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridda Ciudadana, conocida como Ley Mordaza. He consultado la citada ley, y de lo que se me acusa está tipificado como 'falta grave' y la sanción va de los 6.000 a los 30.000 euros", dice el trabajador, que aclara que la 'desobediencia' tiene su origen en que "los policías dicen que me indicaron que guardara una distancia prudencial de seguridad con el preso. Que alguien me explique cuál es la distancia de seguridad en un ascensor con 15 personas en su interior. La otra acusación es que me negué a identificarme, cosa totalmente falsa, como si no conocían mi domicilio a donde me llevaron la denuncia".
E.C. ha roto el silencio una vez que ha tenido conocimiento de que la denuncia sigue adelante y que las buenas palabras recibidas días atrás de que 'el asunto no tenía recorrido' no se han confirmado. Agravado por el hecho de que el Hospital Clínico se ha desentendido del caso.
"Reconozco que estamos sin gerente, pero no es de recibo que cuando la Junta de Personal ha planteado el tema, el Director de Gestión diga que se trata de un problema personal mío cuando se están produciendo casos similares con mucha frecuencia. También dijo que si me llega la multa habrá que hacer una colecta. ¡Por favor!", se lamenta E.C. que asegura haberse sentido humillado por los dos policías.
Protocolo de Actuación
Al día siguiente de ocurrido el incidente, en el Hospital Clínico se preparó una recogida de firmas de apoyo a un escrito dirigido al centro hospitalario. En el mencionado escrito, que se paralizó, se denuncia "los continuos abusos de autoridad que se vienen produciendo por parte de algunos funcionarios de la Policía Nacional, durante el traslado de presos a las consultas externas en los ascensores de este hospital, dándose casos de verdaderos actos de humillación y vejación hacia los trabajadores de este centro".
Tras relatar los hechos del pasado 28 de enero, el escrito exigía: "La inmediata puesta en marcha de un Protocolo de Actuación para el traslado de presos por el interior de este centro, especilamente en los ascensores, a fin de evitar incidentes como el anterior mente expuesto, así como para velar por la seguridad de los trabajadores y usuarios del recinto hospitaalrio".
"Igualmente", concluía el escrito, "exigimos a la dirección del centro que se haga cargo de la defensa y posible sanción económica que le pudiera imponer la delegación del Gobierno al trabajador, al haber sido denunciado en pleno desarrollo de sus funciones".
Fuente: Ultimocero.com Periodismo en la red sin red
Falta la versión oficial, pero es tan surrealista todo...