Yo uso también el desvío a Catoira para ir a Vigo. Al llegar a la rotonda de la gasolinera, te metes entre ésta y el concesionario de SEAT que hay allí y tiras unos pocos kms hasta llegar a la entrada de la autopista. Es una carretera interesante, subida y bajada, tanto para coches como para motos por la cantidad de curvas que tiene y el poco tráfico que mueve. La bajada hacia allá tiene un par de curvas raras con lluvia, a la vuelta no tanto.
Y con tanta gente de la zona habrá que ir pensando en organizar una mini KDD este verano, hacia agosto para que Carlos pueda unirse ¿no?
Y en referencia a lo del agua en la autovía, un colega mío que es aparejador me lo comentó hace cosa de unos meses, un par de semanas después de haberla inaugurado. Se pegó un par de buenos sustos por culpa del agua. De todas maneras, podéis ver algo en las fotos del enlace a la noticia que puse en el post de inicio.
Palas, yo también tuve moto hace años. Una XT350, y no la echo de menos ni nada.
De Ribeira, aparte de a Carlos, conozco a bastante gente de mis tiempos jóvenes. A Fernando, el hijo de Ricardo Pérez Queiruga (ex-alcalde de Riveira-Ribeira), otro fanático de las motos y que está en A Poutada, a Luis Nespereira (sus padres tenían el supermercado Munesca y el la Cervecería del callejón y el Cúpula, aunque lo llevaban más la hermana y el hermano), a Alfonso Villar (aunque éste ahora vive en Santiago) y a alguno de sus hermanos. Menudos viajecitos nos marcábamos juntos al rallye de Portugal en aquella época. A Pablo Ayaso (tenía una CBR 600, se la probé una vez y desde aquella no quise saber más de motos de carretera, como anda) y su hermano, Dani. Con varios incluso llegué a jugar al fútbol sala (o más bien a compartir equipo, porque yo de jugar poco, soy más de correr e incordiar). A Juanchi, un fenómeno del fútbola sala, su madre tenía el bar que hay o había frente al instituto. Son algo mayores que tú pero posiblemente los conozcas.
Si te gustan las motos, mi primo se dedica ahora a restaurar algunas, a lo mejor lo conoces, se llama Jacobo y vive frente al parque del Castelo, muy cerca de Correos. Suele tener una Guzzi aparcada debajo de su casa y a veces una Ducati, dorada y roja.